veinticinco

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Sirius no había buscado a Violet desde aquel 12 de febrero, y ella tampoco se había molestado en buscarle a él. Aunque Sirius tampoco se esperaba que lo hiciera.

Desde su conversación en el baño del primer piso, solo la había visto en clase y en la comida. Ni se presentaba al desayuno, ni aparecía en la cena. No era como si le importara, se quería hacer creer.

Durante la semana siguiente, después de las clases, sus pies se dirigían solos hacia la biblioteca, y tenía que recordarse a sí mismo que no pintaba nada allí y que donde realmente quería ir era a su sala común.

Durante las dos siguientes, había tenido que sacudir la cabeza más de una vez cuando pasaba por el pasillo de Helena Ravenclaw, alejando el recuerdo del 5 de diciembre, cuando Violet se durmió en su hombro.

No recordaba la última vez que había tenido que alejar tantos pensamientos sobre una persona de su cabeza, ni siquiera creía que hubiera tenido que hacer eso alguna vez en su vida. Pero al parecer, desde que había desaparecido de la vida de Violet, su rostro no paraba de aparecerse en sus sueños, y tampoco le dejaba en paz cuando intentaba concentrarse haciendo deberes. Incluso había tirado los guantes que le dejó en su salida a Hogsmeade, porque cada vez que los veía se acordaba del corto momento en el que sus rostros estaban a diez centímetros.

—¿Nos vamos?—Le preguntó Remus, dejando su copa en la mesa.

—¿Irnos? ¿A dónde?—Cuestionó Sirius después de tragar el trozo de filete.

—¿Cómo que a dónde? Hay partido hoy, ¿recuerdas? Gryffindor contra Hufflepluff.

—Oh, sí, cierto, cierto. Vamos, quiero ver cómo Cornamenta les da una paliza.

—Estabas pensando en Violet, ¿verdad?

—No, no, no, no. Solo me había quedado embobado durante un momento. Violet es pasado, no pienso en ella.

Remus le inspeccionó con la mirada, haciendo una mueca.

—Ya, claro. Vámonos ya, venga, es el último partido del trimestre y quiero ver cómo ganamos.

Sirius asintió y se levantó de su asiento, siguiendo a Remus por el Gran Comedor.

Toda la sala común de Gryffindor temblaba por los vítores y los gritos de los alumnos. La nueva victoria cambió el humor de todos los alumnos preocupados por sus notas del trimestre. La próxima semana serían los exámenes trimestrales, y la siguiente, algunos alumnos se irían a casa y otros se quedarían en Hogwarts, disfrutando de las vacaciones de primavera hasta el 5 de abril.

Sirius reía mientras abrazaba a James.

—¡Eres increíble, Cornamenta! ¡Ese último punto ha sido fantástico!

ICE [SIRIUS BLACK]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora