Alexandria

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Desmond era oficial de policía, había mantenido a sus amigos y algunos desconocidos a lo largo del apocalipsis. Siempre se convertía en el líder de los diferentes grupos en los que habían estado sin que realmente lo quisiera, pero dado su entrenamiento de policía sabía lidiar con los problemas que se les presentaban.

Actualmente habían sido encontrados por un grupo que los acogió y les ofreció casas, electricidad gracias a paneles solares y lo más importante, grandes muros que los protegían de lo que ocurría afuera con los muertos vivientes.

Las cosas habían estado delicadas al principio, dada su experiencia a lo largo de los años, no podía confiar en la amabilidad tan fácilmente, pero pasados los meses se fueron sintiendo más cómodos, hasta que un día llegaron hombres armados exigiendo la mitad de todo lo que tenían. Dess, como siempre, se rehusó y quiso pelear, pero no contó con el poder de grupo oponente,  estaban armados hasta los dientes y fácilmente se percató de que no podrían contra ellos, no de momento al menos.

Quiso luchar, en serio que si pero después de que el líder, que se hacía llamar Negan, matara a uno de sus mejores amigos frente a sus narices todo de lo que se creía capaz se fue al infierno. Y no bastó con Glenn, también había hecho pedazos el cráneo de otro de sus amigos. Remató con llevarse a su mejor amigo y aunque algunos intentaron dar guerra, Negan de inmediato los inmovilizó.

Aunque era nuevo en Alexandria se volvió el líder en el momento en que tranquilizó a todos para mantener la calma y hacer lo mejor para permanecer vivos.

Fue así que Negan obtuvo la mitad de todo lo que tenían.

— Carajo, viven en el cielo. ¿Camas comodas, sodas y caramelos? Esos nos los llevaremos todos.

— Dijiste que la mitad. — Confrontó Dess.

— Sí, pero la mitad que yo considere. Se pueden quedar con esa mierda de comida enlatada. Tomaremos en cambio las camas, algunos muebles y los caramelos y sodas. — Les indicó a sus hombres que empezaran a cargar lo dicho cuando irrumpió en su vista un muchacho de rizos chocolates.

No le dio importancia hasta que se abalanzó hacia él e intento apuñalado directo al corazón. Negan sólo lo tomó de la muñeca y se burló. 

— Estuviste a punto, lastima que le falte fortaleza a tu brazo.

Y aunque lo había alejado un poco, mantuvo su agarre en su mano.

— Vaya, esta es una muy buena navaja. — La arrancó de su agarre y la metió en su chaqueta. — Gracias por tu regalo chico.

— ¡Regresamela!

— Harry, ve a tu habitación. 

Lo dijo como una orden, pero su voz denotaba el miedo que tenía de que le hicieran algo a su hijo.

— Sí Harry, vamos a tu habitación, veamos que cosas tienes.

Negan lo rodeó con un brazo de sus hombres, asegurándose de mantenerlo en sí lugar y los tres caminaron a la habitación.

— ¡Carajo, si que se la pasan muy bien aquí! Hasta historietas tienes. Eres un muchacho afortunado, lamento tener que tomarlas.

De la habitación del muchacho tomó una mochila y metió en ella todas las historietas que había y algunas chaquetas. Para cuando iba a salir por fin de ahí notó algo colgando del cuello del chico. Era un colla de cruz, uno bueno que pensó le gustaría a Niall, así como todo lo que encontró en ese cuarto.

Se acercó y se la sacó del cuello con el cuidado que se podía después de que el chico intentara alejarse lo más posible, evitando que le arrebatara el collar.

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⏰ Última actualización: Feb 17 ⏰

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