el comienzo

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Narra Lucius

Ya pasó una semana desde que pedí el divorcio, tres desde que supe que me engaño, la verdad yo no la amaba, los dos lo sabíamos, ya que solo nos unimos por la precisión de mi padre, ella me vio como premio y tuve que aceptarlo para mí desgracia.

Creí que nuestra charla antes de que naciera Draco era clara, pero todos estos años fui un ciego, creyendo  que su lado materno saldría al ver a Draco nacer, ella podía hacer lo que quisiera conmigo, claramente jamás le daría sus gustos en la cama, solo pedía  que cuidara de Draco, era lo único que quería.

Pero ante mi ignorancia y creer que ella respetaría ese acuerdo, no me di cuenta de cuánto daño hacia a mi hijo, si no fuera por el elfo que tenía listo para que sirviera a mi hijo al ser mayor, el era leal a mi pequeño así que no soporto más lo que hacía con mi bebé, no sabría lo que hubiera pasado esa noche si no me hubiera advertido.

Ella lo tenía todo planeado cuando me conocio, lo sabía, estaría conmigo y tendría un título, prestigio, sería una Lady, ya que su familia la iba a echar, dos años después de que nació Draco ya me estaba engañando, como lo sé? Ella me lo dijo en su rabieta por no complacerla, no me interesaba su vida, ni lo que hacía en las sombras mientras no trajera su asqueroso trabajo a la mansión... Pero esa noche.

Mi hijo, mi dragón, Draco apenas tiene diez, ni siquiera los cumplió todavía! Cómo había podido! Yo, yo, yo no sé que pensaba esa maldita zorra casi le hace ver cosas que ni quiero nombrar, pero tenía que hacerlo en el juicio que pronto se acercaba de dar.

No dejaré su camino libre, protegeré a mi hijo de esa porquería de bruja, la dejaré en la calle si era preciso que todos vieran la prostituta que era, dañando lo que más le importa  su reputación, está vez sería el mejor padre, antes  siempre creí que lo fui ante la atención y el cariño que le daba a mi pequeño o eso creí, ya que mi hijo no tuvo la confianza de contarme lo que pasaba, fui tan ciego.

El había sufrido mucho daño psicológico y para mí suerte nada físico o eso creo, eso quiero creer, esa zorra era astuta, saber que pudo haberlo echo sufrir más, solo me hacía querer matarla, si no me hubiera enterado... La verdad no sé qué hacer, por suerte mi amigo Severus va a llegar por la tarde, el siempre me apoyaba, junto a el traería al pequeño Harry, se que sería un gran apoyo para Draco.

Y Quién es Harry?

Pues es el hijo de los Potter, solo hace dos años de que Severus se enteró que una familia muggles lo cuidaba y que  lo estaban maltratando, Albus, el viejo chupa limón, no se había fijado como vivía, así que mi amigo tomo todo en sus manos, lo adoptó como su hijo.

Para el fue fácil, ya que era su padrino, claramente antes el no lo sabía, repito ese chupa limón tiene la culpa, lo cual  Severus está de acuerdo, la pruebas son irrefutables, ya no se puede confiar en albus dumbledore, aún que yo ya no confiaba en él hace mucho tiempo fue un golpe duro para severus, al ver que otra vez sus elecciones no fueron para bien.

Ahora me encontraba en la sala, ya casi iba hacer hora de nuestra reunión, quería una charla tranquila con Severus, Draco ahora está jugando, pronto Harry estará aquí y podrán jugar juntos, quiero que el viva una vida tranquila como todo niño, que no tenga que sufrir lo que yo sufrí, tarde me había dado cuenta, pero agradezco tener los ojos por fin destapados.

Narra Severus

Faltaba poco para la hora acordada, solo me faltaba arreglarme un poco, ya había cambiado a Harry, así que solo faltaba yo.

Aún recuerdo cuando lo encontré, había averiguado la dirección de la casa de esos muggles gracias a mis contactos, ese día había llegado a escondidas queriendo ver si estaba tan  bien como decía albus, al principio solo quería ver desde lejos ya que sabía que no tenía el valor de verlo a los ojos, sintiéndome culpable por la perdida de sus padres, pero nunca creí que ese día vería  el infierno que vivió ese pequeño.

No Soy Mujer!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora