Ninoska—Nils algo — dijo Maddie mientras tambaleaba un poco sobre la silla — se lo sacó.
—¿Puntuación? — preguntó una de las chicas de segundo.
—Ñeee, promedio tal vez.
—Con esa cara y reputación no se si vale un promedio — aporte y sentí como empujó mi cabeza con su mano, reí abrazando a Felice a mi lado.
—La verdad, no se los recomiendo, no gemía y además lo hacía raro — algunas de las chicas solamente se rieron ante el comentario y Felice solo me miró para después rodar los ojos divertida. — ¿que hay de ti? — mire a mi amiga la cual sonreía mientras saltaba de la silla para después sentarse — ¿la pequeña Hillerska por fin subirá a la silla?
Me senté de nuevo correctamente, no pude evitar sonreír al escuchar a todas riendo.
—Lo siento, creo que en base a las puntuaciones que les dan a todos no será este año.
—Vamos, hay uno nuevo sin puntuación — reí al sentir como empujaron mi hombro.
—Lo lamentó chicas, tal vez después — Felice acarició mi hombro.
No era sorpresa que la bocazas de la escuela era la única que ni siquiera había dado su primer beso, además de ser vista como la señorita prefecta y perfecta, era un horror, aunque mis amigas siempre me decían que no debía sentirme presionada, la tradición de la mesa no ayudaba en nada.
—Ahora yo — Valentina, una chica de cabello rosa de segundo curso subió rápidamente a la silla.
Mire a Felice sonriendo un poco y ella acomodó mi cabello con cariño.
Si, ser la solterona y sin pretendientes era una basura.
***
—¿Te gusta? — entrecerré mis ojos mirando la foto de mi amiga.
—Si, me gusta como luce tu cabello — se lo entregue de vuelta enfocándome en la música de mi celular — ¿Que hora es?
—Once vente.
—Mierda — me levanté rápidamente de las piernas de Felice, tenía mi cabeza recargada en una de ellas y aunque eran cómodas tenía cosas que hacer — me tengo que ir.
—¿A donde?
—Tengo tutoría — tome mi bolso al igual que algunas carpetas y planes de estudio — nos vemos. — comencé a bajar las escaleras rápidamente colocándome mis dos audífonos.
—Ninoska — fingí no haber escuchado eso, no por que sea grosera solo... ay la verdad no me interesaba — ¡Ninoska! — me giré con mi ceño frunció a quien quiera que me estuviera molestando pero me encontré com Wilhelm.
—Ah hola — me quite mi auricular—¿que pasa?
—Nada solo lindos anteojos.
—Gracias — mire el libro en sus manos y recordé que mi abuela me encargó enviar una carta a los padres de Wilhelm — ah tutorías.
—Si.
—¿Iras a clase de matemáticas? — giré mirando a Felice — se te olvidó — mire confundida al labial en su mano que evidentemente no era mío.
—Ah, si gracias — lo guarde en mi bolso — me tengo que ir — coloqué de nuevo mi auricular al entender el mensaje, quería un tiempo a solas.
—Te acompaño — hablo él mire a mi amiga — es que no se a donde es.