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Fuimos a su casa y subimos las escaleras hasta llegar a la habitación, me senté en la cama mirando la habitación, cuando le miré se estaba desabrochando la camisa.

-Que habitación tan bonita.
-Si, lo es, pero no hemos venido aquí a hablar de la habitación -dijo desabrochándose el último botón de la camisa-
Me empujó con fuerza hacia atrás, cayendo en la cama. Se puso encima mía y empezó a comerme la boca, mientras me quitaba las medias de rejilla que llevaba puestas, me apartó el tanga hacia un lado y empezó a tocarme muy suave, haciendo que me mojase instantáneamente. Solté un leve gemido mientras mi cuerpo se movía por el placer, me dio un par de besos en el cuello y me susurró:

-Esta noche lo vas a disfrutar tanto que la próxima vez que nos veamos, cuando me mires a los ojos, no podrás dejar de pensar en todo lo que te voy a hacer.

Un escalofrío recorrió mi cuerpo y mi vello corporal se puso de punta.
Me metió los dedos mientras me besaba el cuello, a lo que yo respondí con un gemido fuerte. Sacó sus dedos de mi vagina y los lamió mirándome a los ojos, como si de un helado se tratase, se levantó y de repente, una luz roja iluminaba toda la habitación, me cogió del cuello y me levantó de la cama, llevándome a un hueco que había entre la cama y un espejo igual de grande que está. Me bajó el top y empezó a comerme las tetas mientras me seguía tocando muy suave, cada vez con más intensidad. Mis ojos se ponían en blanco del placer, hasta que me cogió del cuello y empezó a besarme de nuevo, paró y me dio una bofetada:

-Esta noche vas a ser mía, y vas a tener que seguir mis órdenes, ¿lo has entendido?
-Si... -dije entre gemidos-

Me dio otra bofetada

-¿Si?, se dice "Si, amo", ¿lo has entendido?
-Si, amo -dije mirándole a los ojos-

Me cogió del cuello y me puso de rodillas, empezó a desabrocharse el pantalón mientras yo empezaba a tocarle por encima de este, se lo bajé mirándole a los ojos y mordiéndome el labio, se sacó la polla y empecé a tocarle muy suave y a darle pequeños lametones para aumentar la intensidad del ambiente, empecé a comerle muy muy despacio para que lo disfrutase y a jugar con mi lengua sobre su glande para darle más placer aún. Me agarró bruscamente del pelo, dirigiendo él la marcha e intensidad, empezó a moverse rápido, mientras gemía y se miraba al espejo. Saqué su polla toda babeada de mi boca y empecé a tocarle de nuevo, me cogió de la barbilla, haciendo que le mirase a los ojos, mientras gemía, nos quedamos mirando a los ojos por cinco segundos cuando de repente me dio otra bofetada:

-Que guarra que eres, y eso me pone muy guarro a mi.

Me agarró del pelo y me levantó, llevándome de nuevo a la cama, me terminó de quitar la ropa y me tumbó, se dirigió hacia una cómoda, y del último cajón sacó una cuerda negra, se dirigió de nuevo hacia mi, y me ató las dos manos a la cómoda de la cama, se puso sobre mi y empezó a besarme de nuevo, mordiéndome con fuerza el labio: empezó a bajar dándome pequeños besos por todo el cuerpo hasta llegar al coño, me abrió de piernas, me rozó con su dedo índice el clítoris y solté un leve gemido. Empezó a comerme suavemente, con mucha saliva, mientras tocaba mis pezones. Yo me podía mirar en el espejo, nunca había hecho algo así, pero ese día descubrí que me gustaba mucho. Empezó a subir la intensidad cuando empezó a meterme los dedos, y ese momento fue clave para que hiciese que me corriese. Acabó y me miró a los ojos:

-¿Te ha gustado?
-Si... mucho -dije jadeando-

Se puso de nuevo sobre mi y me penetró, yo solté un gemido bastante alto, a lo que él me tapó la boca:

-No gimas tan alto, o si no, te tendré que castigar, ¿lo has entendido?
-Si.

Me dio una bofetada.

-¿Si? ¿Que te había dicho?
-Si... amo...

Me penetró de nuevo, cada vez más fuerte, con más intensidad, yo intentaba no gemir muy alto, pero era imposible. Se apartó, me desató la cuerda de las muñecas y me puso en cuatro, mirando hacia el espejo, me levantó haciéndome estar de rodillas, empezó a tocarme y a besarme el cuello, mientras me miraba en el espejo y el también se miraba:
-Espero que no gimas muy alto, porque ya sabes que te pienso castigar si lo haces -me susurró-
Me quedé con casi todo el cuerpo tumbado, solo la parte de mis caderas y culo estaban alzadas, comenzó a penetrarme de nuevo mientras me agarraba del pelo, obligándome así a mirarme en aquel espejo, cada vez me daba mas fuerte mientras que me daba azotes fuertes en el culo, era imposible no gemir, que al fin y al cabo era lo que él quería, cada vez que gemía fuerte él me daba mucho más fuerte, cuando los dos ya íbamos al compás, estábamos a punto de llegar al orgasmo, y así fue, sacó la polla y se corrió en mi culo, dejándome muerta de cansancio en aquel mismo instante, mientras que él gemía cuando se corría.

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⏰ Última actualización: Aug 11, 2022 ⏰

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