Neurodivergencia. [Hyunho]

𝐈

Minho llegaba tarde. Otra vez.

Había quedado con sus amigos para simplemente ir al parque a pasar el rato, pero puede, solo puede, que se hubiera entretenido en una siestecita con sus gatos.

Tampoco iba tan tarde, solo diez minutos.

Caminó rápido hacia el punto de encuentro, se suponía que hoy iría alguien nuevo. Solo esperaba que fuese agradable.

Llegó a la pequeña plaza, buscando con la mirada a sus amigos, distinguiendo la característica cabellera azul de su amigo Chan, junto al pelo rubio de su amigo Félix.

Caminó hacia ellos, que estsbsn en un banco junto al resto.

— hola.— saludó algo agitado, pues había corrido desde su calle hasta hacía un par de calles, donde decidió que su corazón no daba para más.

No estaba hecho para el cardio.

El resto del grupo saludó y el nuevo asomó la cabeza entre los cuerpo del resto que se amontonaban para saludar al que llegaba tarde.

— Hola— saludó un poco nervioso por conocer a gente nueva.

Hyunjin por su parte, llevaba un rato charlando con los que habían llegado más temprano y lo cierto es que todos le caían muy bien.

Todos menos el que acababa de llegar. No porque le cayese mal, no, sino porque el joven llevaba una cara seria que era indescifrable.

Minho se giró a ver al nuevo, repasandole con la mirada unos instantes, dando una sonrisa que él juraba que estaba, pero era más como una mueca incómoda.

— Hola...— lo saludó simplemente, pues le daba algo de vergüenza intentar entablar una conversación.

Sabía quién era, Jisung le habló de él, y le había contado que compartían algunos gustos, pero no se animó a mencionarlo.

— Soy Minho.— añadió unos segundos después, dando una sonrisa un poco más en condiciones, acomodándose su mochila mejor y jugando con sus dedos en los bolsillos de su sudadera negra.

— Hyunjin— le dedicó una pequeña sonrisa. Los introvertidos eran su debilidad.

— Me dijo Jisung que tenías gatos. ¿No?— preguntó, buscando comenzar aquella conversación sabiendo que el contrario no daría el primer paso.

El de cabello morado lo miró cuando mencionó a sus gatos, mostrando una mirada algo emocionada, asintiendo suavemente y sacando de su bolsillo el teléfono, enseñándole unas fotos que tenía en su funda transparente, solo eran la cabeza de cada gatito, pero eran adorables.

— Son tres, Soonie, Doongie y Dori.— explicó, señalando a cada uno en su funda. El contrario le miró sonriente, observando a los tres gatitos.

— Siempre he querido gatos— comentó—. Me da mucha envidia que puedas vivir con estas tres cositas tan monas.— añadió divertido, tocando las fotos a través de la funda.