Capítulo 4

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Como se había planeado el día anterior, Naruto fue a buscar a Karin a su apartamento, ya que como le había mencionado a su sensei, vivían en el mismo edificio, una vez ella lo recibió, el uso los sellos de manos adecuados para ser transportado al monte Myoboku, apareciendo en una explanada frente al templo del Gran sapo sabio, Fukasaku y Shima, que lo veían sorprendidos por aparecer directamente ahí 

-Naruto chan, que bueno verte de nuevo - Fukasaku saltó para quedar al frente del último discípulo de Jiraiya

-si no a pasado tanto, apenas unos meses- sonrió un poco sonrojado

-si apareciste aquí, quiere decir que vienes por la llave- se notaba la preocupación en la voz de Shima

-¿entonces es verdad esa locura de liberar al Kyubi?- Karin interrumpió la conversación que tenían

-No te había visto, Naruto ¿quién es la chica?- preguntó Shima con curiosidad

-perdón por no presentarme, soy Karin Uzumaki, mucho gusto- se inclinó mientras sujetaba sus lentes, hablando de manera nerviosa

-que chica tan linda, espera, dijiste Uzumaki?- la sapo cuestionó el apellido de la joven-

-si, eso dijo Ma, muchas felicidades Naruto chan- esas palabras sorprendieron a ambos chicos

-será el resurgimiento del clan Uzumaki, Pa- esa alegría desconcertó al rubio

-qué quieren de… - 

-OOOYEEEE!!!!!! que no veníamos a buscar lo del Kyubi?- la pelirroja que sí entendió a qué se referían decidió interrumpir a Naruto 

-es verdad, por favor, díganme porque mi padre quería liberar al Kyubi- recuperó un poco la seriedad y se volvió enfocar en su misión 

-Naruto chan, veo que ya sabes que el cuarto hokage era tu padre- el viejo sapo solo pudo ver la cara de sorpresa de la pelirroja para continuar -su intención no era liberarlo, ya que eso te mataría, no, él dejó la llave para que lo controles 

Todos se quedaron en silencio, mirando a Fukasaku, esperando que continuará, pero no lo hizo

-No puede ser, ¿cómo se supone que haré eso?- era la primera vez que los sapos veían tan nervioso al rubio

-No lo sabemos, pero tu padre creía firmemente que es algo posible- respondió igual de nerviosa Shima

-es posible- todos miraron de manera incrédula a la pelirroja -cuando estaba con Sasuke, y nos unimos a Akatsuki- Fukasaku se sorprendió por lo dicho, pero no interrumpió -peleamos contra el ocho colas y su raro Jinchuriki tenía control total sobre el biju, de hecho, no pudimos derrotarlo-

Naruto miró a su nueva amiga y tras un par de segundos, le sonrió con decisión y asintió con la cabeza -si ella dice que es posible, entonces lo intentaré-

el viejo sapo dejó de confiar en la chica tras escuchar que estuvo en Akatsuki -Naruto chan, no estoy seguro de ésto, ella no me es de fiar-

-Oiga!! Hace menos de cinco minutos pensó que yo era de confianza, mire mi hombro- señaló su nuevo protector de Konoha -ahora soy de Konoha, Tsunade en persona me dio ésto, además soy la nueva compañera de Naruto, se que me equivoque en el pasado, pero ahora me esfuerzo por corregir mis errores… - iba a continuar, pero el rubio la interrumpió 

-yo confío en ella- tomó a la pelirroja por el hombro -puedes creerme- 

Ambos sapos lo miraron con duda, pero aún así decidieron continuar, entregándole un pergamino sellado, indicándole que esas eran las instrucciones para romper el sello y que debería pensarlo bien, así que el rubio lo recibió y lo guardo

-si eso es todo, deberíamos volver a la aldea, para comenzar con esto- el rubio mencionó con algo de urgencia, ya que había notado que se hacía tarde y eso solo significaba una cosa

-espera Naruto chan, quédense a comer, ya casi está listo- la cara del rubio se puso azul al recordar el sabor de la comida

-me parece buena idea- respondió la pelirroja 

-Bien, vengan conmigo- Fukasaku comenzó su camino a la aldea, mientras Naruto jalaba a Karin para susurrarle al oído 

-oye, no debiste aceptar, mejor vámonos- sonaba algo desesperado

-No, quedemonos a comer no seas grosero- se acercó a su oído para susurrarle de vuelta 

-No es grosería, la comida de aquí es.. - 

-ya llegamos, pasen por favor- los interrumpió Shima que les abría la puerta de su casa

Ya sin opción, Naruto se resignó a entrar a la pequeña casa donde apenas y cabían en cuclillas, a los pocos minutos salió Shima con un par de platos hondos, cuyo contenido era un caldo de orugas amarillas, de inmediato el estómago del rubio se revolvió y miró a la pelirroja, que veía con asombró el contenido del plato, que cuando notó que el rubio la miraba, tomó compostura y agradeció por la comida, tomó una cuchara y con algo de temor se llevó la primer cucharada a la boca 

-¿qué te parece?- el anciano preguntó emocionado mirando a la pelirroja, mientras Naruto trataba de aguantar la risa, después de todo, él le había advertido 

-No está mal, aunque creó que sabría mejor asada- tras responder se llevó otra cucharada de sopa a su boca

-¿Asada? Suena bien, habría que intentar, ¿verdad pa?- Shima sonreía mientras se dirigía a su esposo

-si, suena bien ma, lo intentaremos después- contestaba igual de entusiasmado que su esposa, mientras el rubio la miraba sorprendido

Tras varios minutos que duró la comida, y con un Naruto haciendo hasta lo imposible por no vomitar, finalmente se despidieron de los sapos y tras unos sellos de manos hechos por el rubio, volvieron a la aldea de Konoha, justo al campo de entrenamiento siete,

La misión (Naruto X Karin)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora