•El cielo y el infierno•

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Hoy por fin se le iba a declarar, después de pasarse dos semanas pensando en como lo haría ya tenía todo listo, un ramo y una carta algo cursi en su opinión pero ese estilo de cosas le gustaban a su "ángel" como le decía en secreto, ya que si el lo supiera podría morirse de la vergüenza.
Nervioso miro a los lados para asegurarse de que nadie lo estuviera viendo, de manera veloz dejo las cosas en el casillero de su personita especial y se fue de igual manera sin notar la mirada atenta de cierto pelirrojo de vestimenta ciertamente peculiar.
.....

Después de dos eternas horas tocaba cambio de clase lo cual dependiendo de que tocara sería bueno o malo.
Un chico de cabello rubio cual oro se acercaba a su casillero en compañía de un joven de cabello rubio con rulos y una dama de vestido verde, al llegar y abrir su casillero se topo con una sorpresa, ya que en este no solo habían libros y demás sino que una carta y un hermoso ramo de rosas, sorprendido agarro la carta y la abrió.

"Querido Philip:

Se que no he sido la mejor persona pero, necesitaba que supieras que te amo, amo cada cosa de ti, amo la forma en la sonríes a pesar de haber tenido un día de mierda, amo como siempre perdonas a cualquiera, aunque eso también me hace enojar y ojalá poder hacer algo para que eso cambié.
Volviendo al tema, amo la manera en la que me haces sentir, me haces sentir tan tonto, tan vulnerable, tan humano, amo cuando hablas de cualquier tontería solo para hacer reír a los demás, amo como siempre tienes algo que decir en momentos difíciles incluso amo tu extraña obsesión al té y tu raro odio a los franceses, amo todo de ti.

¿Me darías el honor de ser tu novio?"

Estaba de mas decir que la cara del joven ahora era un tomate, con cuidado y una enorme sonrisa dejo la carta de nuevo dentro de su casillero y agarró el hermoso ramo solo para darse cuenta que una nota entre las rosas.

"Si aceptas nos vemos en la salida detrás de la secundaria"

Aún sonriendo dejo el ramo y la nota junto a la carta y agarró su libro de matemática, para partir directo al salón mientras que sus acompañantes se miraban confundidos y mientras lo seguían no se habían dado cuenta de la ansiosa mirada de un nervioso azabache.

.....

La hora de la salida ya había llegado y Pip se dirigía a la salida tracera dónde se encontraría con su pretendiente, estaba de mas decir que estaba nervioso y millones de pensamientos lo atormentaban "¿Y si es una broma?" Pensó al no ver a nadie "Tal vez tengo razón y debería irme antes de que llegue Cartman o alguien mas" se aseguró a si mismo al esperar por unos 15 minutos más o menos, daba igual realmente ya que no había nadie y nadie parecía estar siquiera cerca de donde se encontraba el, una pena, pensó ya que el de verdad esperaba que fuera esa persona que lo hacía dudar de que tan hetero era, algo desanimado se dió la vuelta para irse pero cuando lo iba a hacer alguien se lo impidió.

-Espera!-Ese alguien era nada más y nadie menos que Pocket, el rubio se sorprendió-Por favor no te vayas no sin antes decirme si ¿Quieres ser mi novio?-Esas palabras la deseaba escuchar era verdad pero no de el, algo sorprendido y sonrojado no sabía que decir solo podía ver cómo su amigo le sonreía.
Tomando valor suspiro y miro hacía otro lado solo para verlo a el, el hijo del mismísimo demonio llorando con una rosa en sus manos, en su cara podía ver su dolor.
El azabache no aguanto más y salió corriendo en dirección a Dios sabría dónde, el rubio se dió cuenta de esto y decidió hablar antes de que perdiera de vista al otro.

-Perdon Pocket pero solo te veo como un amigo-Tras decir eso salió corriendo en la misma dirección en la que se había ido el oji-rubi, teniendo la ligera esperanza de que esté le escuchará-Damien! Damien!-Lo empezó a llamar desesperado, pero el otro se había escondido no lo muy lejos como para no escuchar como el ojos color cielo lo llamaba pero si como para no escucharlo susurrar-Te amo...

Y es así como el cielo se volvió rencoroso y el infierno ablando aunque sea por una vez su corazón.
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