✨Royalty✨

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- ¡Rápido, tras el! -
- ¡Se está escapando! -

El peli-naranja corría realmente rápido, a pesar de ser de pequeña estatura.
Tal vez era por el hecho de que toda su vida se había dedicado a robar para sobrevivir junto a su gemelo.

Recapitulemos...

India, un país de baja economía y el hogar de dos gemelos.
No tenían de otra, tuvieron que adaptarse a la pobreza.
Soñaban con salir de ese país y dejar de dormir en las casas abandonadas o calles.

Pero tenían una ventaja, vivían en Allahabad; un pueblo algo pequeño, pero con un pequeño reino.

Por fin era el día, ese día los gemelos irían a robar al enorme palacio del reino para conseguir joyas y poder salir de la pobreza.

Toda su vida, desde niños, habían sido educados para robar ya que eran huérfanos y no tenían otra opción.

Habían sido criados por un par de ladrones, sin embargo, al llegar a la edad de 11 años, fueron asesinados.
Los gemelos se lo tomaron muy mal, con suerte sobrevivirán invierno.

Pero por suerte, ya con 15 años cumplidos, se habían adaptado a  manejar las situaciones y diferentes climas. Sin embargo, la preocupación no se iba, ya que, ya eran algo reconocidos por robar, así que debían ser más discretos.

Los Kawata llegaron silenciosamente al palacio, eran altas horas de la noche y según su plan, a esas horas ya todos estaban dormidos, además los guardias estarían cenando en el comedor de aquel palacio.

Tenían todo estudiado. Solo era entrar y salir rápido, no?

Algo salió mal... Al parecer uno de los guardias se dio cuenta...

Pronto los guardias comenzaron a ir tras ellos, realmente esas ovejitas de colores corrían rápido.

Se separaron, Souya por la izquierda y Nahoya por la derecha.

Nahoya seguía corriendo por los largos pasillos.

Carajo, que grande era ese palacio.

De repente, el peli-naranja fue jalado por un largo brazo, adentrandolo a una enorme habitación en la que había una cama grande, coronas, joyas y más cosas que se veían jodidamente valiosas.

Después de un par de segundos en el que el mayor de los gemelos analizó el cuarto, vio a la misteriosa persona que lo había arrastrado hasta ahí.

Unos ojos amatistas se cruzaron con el.

Nahoya no pudo evitar toser por el humo que era desprendió desde la pipa con tabaco que el mayor tenía.

Analizo más al mayor, era guapo, su cabello lacio y largo, rubio y negro, muy alto, su pálida piel, se podía decir que sus ojos amatistas lo hacían sentir intimidado.

- Y tu... ¿Quién eres? - Humo salió de la boca del mayor cuando se dispuso a hablar.

Nahoya se sentía tímido ante el, su voz no salía, ya que al parecer sus ojos no eran lo único intimidante, también su relajada y firme voz.

De repente la cabeza de Nahoya volvió a pensar... El no era cualquier tipo raro...

Era el Príncipe, Ran Haitani.

Si esto iría así, ojalá se hubiera encontrado con su hermano, el príncipe Rindou Haitani.

Ran era el tipo de persona que sonreía al ver como torturaban a las personas, le agradaba el dolor de otras personas y siempre organizaba fiestas en ese pueblo con tal de sacrificar a alguna persona para cerrar con broche de oro sus extravagantes fiestas.... Seguro moriría esa misma noche.

- E-eh...yo...- Nahoya habló, sabía que estaba jodido. Ran volvió a mirarlo cuando hablo.

El Haitani lo analizó, se veía confundido y con miedo, era lindo... Tenía una extraña cabellera, parecía una ovejita melocotón... Tenía sus ojos cerrados ¿Acaso era ciego? Portaba piel blanca y lechosa, era suave, sus mejillas eran de un leve tono rosa, sus labios carnosos también llevaban el mismo tono.
Seguido vio su cuerpo, ese chico en verdad era delgado... eso era tierno.

De repente el peli-naranja habló, - S-señor discúlpeme porfavor...- El Kawata quería ver a su gemelo, estaba asustado y quería irse de ahí.

- ¿Sabes?... Eres lindo, ¿que tal si nos divertimos? - Dejó a un lado su pipa.

Su plan era el de siempre, coger y votarlo. Poco le importaría que fuera un chico o que fuera pobre.

- ¿Q-qué?... No espere, quiero ver a mi gemelo..- Nahoya estaba asustado
¿El príncipe era un pervertido?

- ¿Gemelo?...- El Haitani lo pensó un segundo, después volvió a hablar. - ¡Oh! Ya entiendo... Entraron a robar, los guardias los atraparon, ustedes corrieron y tu llegaste aquí... Entonces me imagino que el se fue por el pasillo de la izquierda - Una sonrisa se formó en el Haitani. - Entonces llegó con Rindou. - Dijó lo último con una sonrisa sacarrona.

- ¿Cómo lo sabes? - El Kawata estaba sorprendido.

- Cariño, ustedes no son los primeros en querer robarnos... - Rodo los ojos. - De todos modos, el está bien, si es tu gemelo es igual a ti. - Lo señaló con su dedo y lo apegó más a el. - Eres toda una preciosura... De seguro Rindou ya cayó enamorado. - Soltó una leve risa tonta.

El Kawata estaba nervioso, quería comprobar que Souya estuviera bien, Ran le entendió en seguida... Al parecer se estaba encariñando con el chico.

- ¿Quieres comprobarlo, cariño? - No le dio tiempo de responder, alzó una pequeña campana y la agitó, provocando el sonido de está.

Seguido una chica entro al cuarto
- ¿Que desea, mi señor? - Aquella chica dio una reverencia.

- Quiero que veas como está el gemelo de este chico, es igual a él pero-- - fue interrumpido por el menor, que estaba en los brazos del Haitani, siendo mimado y acariciado por el susodicho.

- Es como yo... Pero el tiene el cabello y ojos celeste, porfavor ayúdeme. - El Kawata hablo rápido y firme, claro, con un tono preocupante.

El Haitani asintió aburrido...¿Por qué tenía que ser tan ruidoso? Una idea pervertida le llegó a la cabeza y sonrió.

La chica asintió y habló. - El señor Rindou se encontró con este, al parecer hablaron... En este momento están firmando la carta para casarse...
¿Alguna otra petición? - La chica volvió a dar una reverencia y salió de la enorme habitación, después de que Ran hiciera una seña con sus manos.

Nahoya estaba en shock, la leve sonrisa que tenía se borró. Solo habían entrado a robar... Y su hermano ya se estaba casando.

- Que mierda....- Nahoya lo dijó en casi un susurro.

- ¿Ves? Te dije que mi hermano caería enamorado... Bueno, la verdad es que yo también, me encantas. - Volteo a ver a su menor. - ¿Cómo te llamas?-

- Nahoya... Nahoya Kawata - Obviamente a Nahoya no le molestaría estar casado, con el príncipe y futuro rey, lleno de lujos.

- Bonito nombre, Naho. - Llevo a peli-naranja a su enorme cama. - Cásate conmigo, ¿Qué dices? Juro que te seré fiel...al parecer quería algo de una noche... Pero conocí al amor de mi vida. - Sonrió sincero, nunca pensó que amaría a alguien con apenas conocerlo.

- No soy como mi hermano, te quiero conocer más... Pero por el momento acepto ser tu futuro prometido. - Nahoya se sonrojó, sentía su cara arder.

- Bien, Nahoya Haitani... Juro amarte por el resto de mis días. - Lo abrazo y finalmente, besó esos carnosos labios y se dieron un beso de sincero amor.

HOLA, voy a subir más capítulos ahorita para ponerme al día...

No me gustó como quedó... Asi que perdón.

Bendiciones 😸

(1040 palabras)

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