𝟎𝟒 | 𝑪.𝑹.𝑼.𝑬.𝑳 𝑵𝒐 𝑬𝒔 𝑩𝒖𝒆𝒏𝒐

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          EN EL MOMENTO EN QUE LOS PIES DE SILVERY TOCARON el césped de el Área, supo que no le iba a resultar sencillo adaptarse a la vida que los habitantes llevaban en ese lugar, sabía que le costaría ganarse la confianza de ellos y el cariño

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          EN EL MOMENTO EN QUE LOS PIES DE SILVERY TOCARON el césped de el Área, supo que no le iba a resultar sencillo adaptarse a la vida que los habitantes llevaban en ese lugar, sabía que le costaría ganarse la confianza de ellos y el cariño. Por eso, decidió seguir todas las reglas que le habían puesto por más difícil que le resultara, pues seguir reglas de personas que recién conocía no era una idea que le fascinara.

Además, no sólo ella tenía que seguirlas, sino también todos los habitantes, y en realidad no eran tan complicadas ya que solo eran tres reglas. Tres sencillas reglas.

La primera: todos tenían que hacer su parte, no se permiten holgazanes en el Área. La segunda: jamás se deben lastimar entre ellos, los habitantes son como una familia que funciona con la confianza y el respeto. Y la última pero la más importante: queda prohibido adentrarse al laberinto si no eres corredor.

La regla que se le complicó mucho a Silvery fue la segunda, en especial cuando algunos chicos eran groseros con ella, lo único que deseaba era darles un golpe en la cabeza hasta dejarlos inconscientes. Al cabo de pocos días, los chicos dejaron las bromas e insultos de lado y la trataron como una habitante más.

Silvery creía que las demás reglas eran sencillas y que no iba a llegar alguien tan idiota para romperlas. Ese día llegó el primer idiota.

—Hey, newt —dijo Silvery con la mirada enfocada a espaldas de Newt, cuando el rubio le prestó atención ella señaló en dirección a los muros del laberinto.

Observó al novato acercarse peligrosamente a la abertura entre los muros, y a Gally, quien se acercaba a él a paso veloz. Segundos después el cuerpo del azabache impactó el suelo tras recibir un fuerte empujón por parte del constructor. Enseguida, el nuevo se levantó y comenzó a reclamarle a Gally.

Silvery arrojó el azadón y corrió con Newt detrás hacia los chicos, algunos habitantes ya estaban ahí mientras que otros apenas iban llegando.

—¿Pero qué les pasa a todos ustedes? —exclamó alterado.

—Solo cálmate, ¿si? —dijo Newt con las manos alzadas en un intento de apaciguarlo.

—No, no lo haré —Alby fue el último en llegar —, ¿por qué no me dicen que hay allá afuera?

—Intentamos protegerte —habló Alby.

—Es por tu bien —dijo Newt.

—¡No pueden encerrarme aquí!

—No dejaremos que salgas —Silvery se acercó levemente hacia él recibiendo su atención. El novato calló pero respiraba con rapidez todavía molesto y exaltado.

Un estruendo dentro de los muros obligó al nuevo a girar sobre sus talones para descubrir qué era ese ruido. Al cabo de unos segundos, una intensa brisa salió desde el fondo del laberinto y los cubrió por completo despeinando a la mayoría.

𝑷𝒓𝒐𝒚𝒆𝒄𝒕 𝑾𝒊𝒅𝒐𝒘  |  𝑴𝒂𝒛𝒆 𝑹𝒖𝒏𝒏𝒆𝒓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora