CAPITULO 1:El pueblo

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~CAPÍTULO 1: El pueblo~

Soy de Nueva York, tengo 15 años, soy modelo, pero hace meses no he modelo, o no hago castings por el tema que mayor mente mis fotos terminan en paginas pornor.No es lo que quería en mi vida, sabía que podía llegar lejos, desde pequeña estoy en esta industria por lo que he decidido tomar un descanso.

Grayston,un pueblo ubicado a las afueras de Asheville, aunque no tan pequeño.

Me mudaría un tiempo con mi tía Susan, hermana de mi mamá, tía Susan es una viuda que es enfermera que vive con Sara mi prima mayor tiene 17 años y mi prima menor Bella que tiene 13 años, las chicas Johnson.

—Recuerda que no puede comer chocolate, o cualquier otra golosina, Brisa—Ordenó mi madre, solo asentí sin más, me puse mis audífonos mientras miraba por la ventanilla, ese es mi nombre Brisa Tomas Johnson.

Llegué a la casa de tía Susan, no era ni muy grande ni muy pequeña, mamá me dejó en la entrada, bajé mis tres maletas y se fue.

Toque el timbre.

Y la señora rubia abrió, y sonrió amablemente —Señorita Brisa Tomás, bienvenida a su casa—anunció dejándome entrar y ayudándome con mis maletas.

—¡Brii!—exclamó Bella y me abrazó, correspondí el abrazo.

Alguien me tocó el hombro cuando nos separamos, era una chica castaña con piel blanca y ojos color café claro.

—Hola pequeñaja—me llamo abrazándome.

—Dios estás tan alta—halague a Sara.

Acomode mis cosas en mi habitación, Sara me ayudó.

—¿Me acompañas a comprar algo?—pregunto.

—Depende de lo que sea—respondí.

—Harina—contestó en voz baja, Sara venía saliendo de rehabilitación y quiere drogarse.

—¿que tan mal estás mentalmente como para tener la necesidad de hacerlo?—pregunte.

Ella se lamió los labios —Mamá está saliendo con alguien…—respondió, Sara siempre ha sufrido más de lo que debería por la muerte de su padre, eran muy cercanos.

Con el dolor de mi alma me atreví a responder—Está bien.

Nos montamos en nuestras bicicletas, haciendo carreras como cuando éramos tan solo unas niñas.

Llegamos a una tienda, que al lado de ella había una gasolinera, dejamos las bicicletas y entramos.

Abrimos la puerta y sonó una campana —Hey Dan—Hablo Sara.

Observé la tienda, no parecía como si vendieran drogas, es más se veía tranquilo, los vidrios estaban extremadamente limpios, las cosas estaban muy bien ordenadas, era como si todo estuviera nuevo, aunque no fuese así.

—¿Tienes Ativan?—pregunto desimudamete.

El tal Dan, era alto, tenía el cabello negro y ojos color café, con tatuajes en los brazos, el lamió los labios y negó —Mierda Sara—maldijo—no te pienso vender.

Ví la expresión molesta de mi prima —Por favor Dan las necesito —rogo.

El solo un suspiro —Habla con Asher—contestó.

Paso el mostrador, la seguí.—Sara,¿quién es ella?.

Sara se volteó y me miró —Oh, es mi prima de Nueva York, Brisa—me presento.

—Hola, un gusto —dije amablemente.

—¿que edad tiene?—pregunto.

—tengo quince años—respondí.

—¿Te drogas?—interrogó.

—No,no yo no consumo esa basura —conteste siendo honesta.

—Es lo mejor que puede hacer, no meterte mierda en el cuerpo—dijo y note  Sara rodó los ojos y siguió caminando, la seguí.

Llegó como a una "oficina"

Me apoyé en la puerta, y en una silla ví a un chico con cabello era castaño oscuro y sus ojos color pardo. En la cara tenía A.D tatuados en el lado derecho era pequeño pero que no pasaba desapercibido y al lado izquierdo un signo de dólar, este sin duda pasaba desapercibido .

— Hey, Asher, mi amigo—habló Sara con una sonrisa.

Antes de que Sara pudiera seguir hablando él la detuvo —Ni pienses que te voy a vender drogas, estás muy equivocada, me debes doscientos dólares—recordó

—Sí y por eso traje mi alcancía de cerdito andante—me miró, y yo pensaba que quería pasar tiempo conmigo.

Sus ojos pardos se clavaron en mi.

—¿Vas a prostituir a una chica, para pagar tus deudas?—Consultar.

—¡¿Crees que soy un monstruo?!—Exclamo—Es mi prima idiota, aún que si te la regalaría para pagar mis deudas, pero no—contesto, tengo que admitir que esa se me hizo tierno, y más si venía de Sara, que aveces es muy fria—Ella tiene mucho dinero.

Suspiré sacando de mi pequeña mochila sacando un rollo de dólares—Esto cubrirá lo de Sara,lo que debe—él me observó a los ojos—y lo que llevará, si sobra te lo quedas.

El tomo el rollo, me miró, para luego volver a poner la vista en el rollo de dólares, los desarmo y empezó a contar, cuando terminó los dejo en la mesa.

—¿Que edad tienes?—preguntó.

—Tengo quince.

—¿en qué trabajas?— interrogó

—Soy modelo—respondí.

—Y de las mejores —sigui Sara.

El chico dejó una bolsa con unas pastillas encima del escritorio, Sara la tomo y sonrió.

—Gracias Ash—dijo tomándome del brazo y nos fuimos.

—Adios Dan—me despedí.

Salimos de la tienda, y caminamos con las bicicletas al lado.

—¿Qué mierda  ese chico?—pregunte.

—¿quien?—respondió—¿Asher?—asenti.—Asher y Dan son hermanos, no de sangre pero ambos darían la vida por el otro—contestó—Ash, siempre ha tenido ese carácter de mierda, desde niño.

—¿Cuál es la necesidad?

—ninguna, solo él es hacia, nada ni nadie la cambiaría.

—¿Tiene amigos?

—Obvio, que haya crecido entre narcos y que tenga un carácter de mierda no significa que no tenga amigos.

—¿y cómo los trata?

—Cómo nos trata a todos.—contestó sin más.

—¿No hay nada que lo justifique?.

—No—soltó—no,no él siempre ha sido haci, él está consciente que tiene un mal carácter, y el mismo no usa nada, ni las cosas que le hayan pasado en la vida como para justificar eso.

Ya me había quedado más que  claro que él era sí, por qué quería  y por qué podía, y nadie podía hacer que cambiase.

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