Tenues brochazos de luz, y una densa oscuridad, el mundo no se componía de millones de colores radiantes, se componía de un enorme abismo de nada, no existía diferencia entré la luz o oscuridad , ambas eran solitarias y vacías. El mundo de Alice se componía de eso desde que habia cumplido cinco años, aun recordaba como fue, lo que empezo como una dificultad leve para ver a distancia que se solucionaba con forzar la vista, se convirtió en la incapacidad de darse cuenta de los objetos mas cercanos, seguido de constantes tropezones, hasta que una mañana despertar creyendo que aun tenia los ojos cerrados, no veia nada, solo luz o sombra, aun con sus ojos abiertos, escuchaba la voz de sus padres preocupados... Pero no veia sus rostros.Aún era capaz de recordar la sonrisa de su madre y su padre en unos rostros llenos de felicidad, el hermoso cabello rizado de su madre y los ojos redondos de su padre... Recordaba cuándo sus padres la llevan a la playa en el pasado, ella siempre se detenía a observar la vista, maravillada por el dorado de la arena, o los colores cálidos qué el sol, era hermoso ver ésos naranjas, amarillos, aveces rosados rayos de luz reflejando en cada rincón qué no estuviera protegido por la sombra, pero sobré todo Alice adoraba observar el horizonte, en ése punto dónde cielo y mar eran uno.
En aquél horizonte, dónde no se distingue en qué punto comenzaba uno y terminaba el otro, dónde el mar se volvía un espejo del cielo, qué reflejaba con magnificencia las nueves, el sol qué la adornan, sus llamativos colores. El cielo y el mar dejaban de ser para Alice dos entidades apuestas, incompatibles, eran una hermosa imágen,digna de ser vista en los mejores museos.
Pero sus padres ya no la llevaban a la playa, estaban demasiado ocupados para hacerlo ahora ... Y si la llevarán ella ya no vería nada de eso,no vería la arena,no vería
a las aves volando sobré el mar, al sol brillando,o al mar y al cielo ser amantes. Sólo vería un enorme vacío blanco.Aún recostada en su cama con una sonrisa con el recuerdo de la playa, y con la imagen que su mente aun conservaba de toda esa belleza. Fue interrumpida de ésos pensamientos cuando escuchó a su madre abrir la puerta diciendo con su voz suave, siempre llená de cariño qué necesitaba despertar para asistir a clases. Alice fingió qué apenas despertaba y se enderezó en la cama, antes de sentarse en la orilla y bajar de la cama. Sus chanclas estaban en el mismo lugar de siempre, se las puso y caminó al baño.
Con ayuda de una barra de metal se sostenía para no caerse, el shampoo,el jabón y estropajo estaban ordenados en su lugar de siempre, si existía algo bueno en toda la desgracia qué había sido perder la visión era qué a sus ocho años era más ordenada qué varios adultos, no tenía otra opción, sin sus ojos la única manera de no depender por completo de alguien más era su tacto,su bastón, o saber perfectamente donde encontrar cada cosa qué necesitará.
Al salir del baño su mamá la esperaba para envolverla con su toalla, secó a Alice y juntas se pusieron un divertido vestido de colores pastel y peinaron sus rizos dorados, aunque estos eran tan rebeldes que era imposible, no podían faltar los lentes oscuros de la pequeña. Alice ya estaba lista para ir a la escuela, entonces bajó las escaleras donde su padre ya esperaba con el desayuno preparado. Desayuno y su padre la llevó en auto a la escuela, dónde ella tenía qué valerse por completo sóla, sin nadie qué la tomará de la mano, en un ambiente amenazante ... Y eso daba verdadero miedo.
Pero Alice se armaba de todo el valor qué en realidad no tenía y entraba a las clases, nunca faltaba el comentario desagradable y llenó de maldad de algún compañero suyo o de algún grado superior... No todos, pero Alice resaltaba entre los demás niños, cosa que no le agradaba particularmente, podía escuchar como murmuraban, los chicos más maliciosos incluso habían llegado a intentar quitarle sus lentes para ver debajo de ellos, ver que escondia detrás de esas gafas.
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I was born to love you
RomanceAl amor y a ti los conocí el mismo día. Tu me lo presentaste con una sonrisa y ese pelo alborotado, en el que se enredan mis dedos , asi como todos mis sueños, me lo presentaste con ese sol que ocultas en tu rostro y al que tu llamas sonrisa, con e...