Ya que su mejor amigo le había impedido seguir a la rubia se fue con el a dirección, si era honesto se sentía culpable por haber hecho correr a la pequeña, se veía asustada, pero aún cuando su cuerpo temblaba se paraba firme como si no estuviera asustada, seguía enojado con Jean por atreverse a lastimar a la niña, en eso se hizo una pregunta que hasta ese momento no se había hecho. - Vic... ¿A ti por qué te mandaron a dirrección? - El pelirrojo levantó sus hombros y por unos segundos se mantuvo en silencio en lo que ambos caminaban, Amadeus conocía los ataques de furia de su amigo, pero considerando que solo habían pasado unos diez minutos desde que el fue mandado a detención le sorprendía que a su mejor amigo también lo mandarán.
- No quería estar en clases solo... Así que aventé mi silla para que me mandarán a detención contigo. Así ninguno de los dos está sólo.- A Amadeus le sorprendía la facilidad con la que decía eso, cómo si no fuera gran cosa... Si quería que lo mandarán a detención bastaba que gritará, no tenía que llegar a esos extremos. Pero así era Víctor, su padre era un hombre tradicional que le había enseñado a defenderse a los puños, su padre era de la idea de que un hombre que no era capaz de pelar era como un león sin garras, o sin rugido, no tenía poder, no tenía manera de defenderse, había metido a su hijo a clases de boxeo. Sólo por eso a Víctor le faltaba una muela, y contaba con el mejor récord de peleas, a Amadeus nunca le había gustado meterse en esa clase de conflictos, pero parecía que a la mayoría le resultaba demasiado divertidos.
- No vuelvas a hacer eso... De todas formas nos veremos acabando las clases. - Para ser su primera vez en detención lo manejo bien, resulta que hasta el lugar más horrible o aburrido del mundo se convierte en algo divertido si tú mejor amigo está ahí contigo para ayudarte a sobrellevarlo, el castaño empezaba a consultarse si no debería agradecer a su mejor amigo por no dejarlo morir solo. La detención no fue tan mala, incluso termino riendo a carcajadas con el pelirrojo, ganándose unas miradas de odio de reprensión repartidas, las cuales fueron ignoradas cuando su amigo le hacía una mueca divertida, o le escribía en su hoja algo que le sacaba una risa. Las dos horas sentado pasaron rápido, así que los amigos salieron juntos, a Víctor lo recogió su madre, pero se veía diferente, no sonreía y tenía los ojos hinchados.
Pero antes de que el pequeño se preguntará qué le había pasado a la Señora Muller sintió que una mano lo jalaba sin demasiado cuidado, el miedo por un momento se hizo presa de su cuerpo, ¿Lo estaban secuestrando? ¿Qué debía hacer? El pequeño miro para arriba dándose cuenta que quién lo sostenía era una hermosa mujer con el cabello negro,, unos ojos verdes, una piel bronceada, con el ceño fruncido... Esa mujer era su madre. ¿No estaba en una gira? Su madre murmuraba cosas que para el niño no eran más que bufidos con poco o nada de sentido, no tenía sentido que su madre viniera a recogerlo, siempre lo recogía el ama de llaves, pero le hacía muy feliz, poder acabar la escuela siendo recibido por su mamá. Contrario a su madre que tenía la cara fruncida, Amadeus sonreía encantado. Su sonrisa solo se hizo más grande al ver qué en la salida estaba su padre con sus dos hermanos que jugaban juegos de manos.
Sus padres lo subieron a los tres al auto, en un silencio sepulcral que solo los dos más pequeños rompían su padre manejo a casa, ¿Debería preguntarle que hacían ahí? No,no, no eso sería grosero. ¿Debería decirle que le alegra verlos ahí? Eran sus padres, pero no entendía cómo comunicarse con ellos, se sentía como si hablarán un idioma completamente diferente al suyo. Entonces el silencio reino durante todo el viaje, hasta que se llegaron a su casa. Los cinco se bajaron. - Amadeus mamá y yo tenemos que hablar contigo en tu habitación, ve nosotros te alcanzamos. - Tragó saliva mientras veía a su padre quitarse la corbata con el ceño un poco fruncido. ¿Estaban enojados con el? Aunque tenía miedo el no quería ser un niño malo, así que entro a su habitación, sentándose en el borde de la cama, meciendo sus pies por lo que ofrecieron horas, aún cuando en realidad no debieron ser más de dos minutos.
ESTÁS LEYENDO
I was born to love you
RomanceAl amor y a ti los conocí el mismo día. Tu me lo presentaste con una sonrisa y ese pelo alborotado, en el que se enredan mis dedos , asi como todos mis sueños, me lo presentaste con ese sol que ocultas en tu rostro y al que tu llamas sonrisa, con e...