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Se dice que en la vida tenemos 3 grandes amores...

El primero: Amor juvenil/Idealista

De los tres amores de nuestras vidas, este será el que nos marque para siempre. Por lo general, se asocia con la juventud.

Durante la juventud, se percibe al primer amor como un sueño hecho realidad. No importa que la conexión sea más ficticia que real, hace creer que el amor debe ser y sentirse de cierta manera.

Lo que es más, en esta etapa se piensa que esa persona especial será la primera, la única y la definitiva.

Debido a que la expectativa es tan grande, la decepción que se experimenta cuando todo se desmorona suele causar un gran impacto en la vida.

El segundo: Amor por necesidad/Narcisista

Este amor es el que duele, el que enseña.

De los tres amores que viviremos, este se distinguirá por ser más pasional. Debido a las decepciones vividas en relaciones pasadas, se crea una dependencia con la pareja.

Es común que en esta etapa se busque a alguien con el objetivo de reparar el daño que se nos ha hecho. Que sea capaz de cuidarnos, pero sobre todo, que nos ayude a recuperar la confianza en el amor.

Debido a la forma en que se construye este lazo, los problemas están a la orden del día. De hecho, a este tipo de enamoramiento se le llama amor por necesidad.

Si algo distingue a este de todos los tres amores es que lucharás más por él. Incluso, podrías volver la mirada al pasado deseando que las cosas hubieran sido diferentes para que funcionaran.

El tercero: Amor sincero/Real

De los tres amores, este es el definitivo y el mejor de todos.

Usualmente, este enamoramiento llega a nuestras vidas cuando aprendimos a sentirnos libres e independientes.

Una vez que podemos mostrarnos tal cual somos, con tranquilidad y madurez, todo lo demás se acomoda. Y es que las relaciones que experimentamos en esta etapa ya no vienen cargadas de ideales o expectativas, sino de un interés genuino y real en la otra persona.

Sin prejuicios y expectativas, este tercer amor se vuelve también el más sincero y hasta podría ser duradero.

No importa la edad que tengas, puedes pasar por cualquiera de estos enamoramientos. Y todos te marcarán de una manera inimaginable.

(...)

Hanagaki Takemichi había tenido un día muy largo.

No llevaba mucho de sopechar que poseía una enfermedad terminal, pero solo para confirmar sus sospechas había acudido a la tan aclamado "Clínica Shitsuren".
La cual era una clínica especializada en la famosa enfermedad "Hanahaki".

¿Que era el Hanahaki?

Bueno es difícil de explicar, pero se trata de una condición en la cual el enfermo vomita y tose pétalos de flores por un amor unilateral o mejor dicho mal correspondido. Donde la única cura es remover la "infección" mediante cirugía, sin embargo cualquier sentimiento también es extraído mediante la operación como daño colateral.

Una enfermedad mortalmente hermosa a mi parecer, después de todo morias por amor. Era la prueba más pura de que amabas a esa persona de una manera única y especial.

No todos piensan eso, después de todo yo, a lo largo de mi vida había prendido mucho sobre el amor. Tal vez no lo suficiente, pero había aprendido a amar y ser amado.

- ¿Hanagaki Takemichi?

- Sí, soy yo.

- Sus resultados- Me entregó un par de papeles, los tomé y fuí a tomar asiento.

Hanahaki se robó mis sueñosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora