You're so strong, honey

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Estaban a un par de pasos de la mesa, a unos metros del baño y, por primera vez, observa a Takemichi hablando con tranquilidad efusiva, sin tartamudeos ni sonrojos.

Se veía sereno y relajado, incluso las tenues luces frívolas y alocadas del club le hacían contrastar su natural encanto masculino, realzando la belleza de sus duras facciones, pero al mismo tiempo viéndose tan tierno y dulce como siempre.

Ese chico lo estaba volviendo loco. Debía relajarse. Quizá esa chica ni siquiera significaba algo para Takemichi... pero Mikey no podía evitar querer ir hasta ella y abofetearla por meterse con lo que le pertenecía aunque realmente no le perteneciera. Pero él le había echado el ojo primero, así que se valía.

Tomó el trago que Hanma dejó en sus manos y se lo bebió en dos sorbos, llamando la atención de Kazutora.

―Mikey, no bebas demasiado, Emma se enojará si llegas demasiado ebrio a casa―. Le recuerda el pelinegro, logrando que un infantil quejido saliese por los labios de Mikey.

―Emma no me quiere en casa porque irán sus amigas―. Le explica a Kazutora, tomando el trago que solía ser de Haruchiyo para empezar a bebérselo.

―¿Y dónde planeas quedarte, genio?―. Le cuestiona Hakkai, palmeándole la espalda.

―Con Baji.

―Baji y Chifuyu se irán a la casa de playa de los Matsuno después de que salgamos de aquí. Dudo que ellos quieran acompañarte―. Le hace saber Mitsuya, frunciendo el ceño.

―Entonces con Hakkai.

―Lo siento, Mikey, yo me llevaré a Hakkai a Gwangju mañana en la madrugada. Mi madre quiere verlo―. Se excusa Mitsuya, sonando apenado pero alegre a la vez. Mikey supo de inmediato que se debía a que su madre y su novio estarían juntos pronto y adoraba la buena relación que tenían.

―¿Contigo...?―. Sugiere Mikey por última vez dirigiéndose a Haruchiyo, quien niega con la cabeza algo apenado. Mikey siente ganas de llorar. ―¿Dónde mierda dormiré esta noche entonces?

―¿De qué hablas, Mikey-kun?―. Preguntó la voz de Takemichi, quien recién llegaba nuevamente a la mesa.

―De nada―. Se apresura a decir Mikey.

―Mikey no tiene donde dormir esta noche―. Suelta Hakkai, con la intensión de burlarse de Mikey. Takemichi lo mira compasivo.

―Si quieres...―. Takemichi comienza, pero Mikey le interrumpe abruptamente.

―No importa, conseguiré un lugar―. Gruñe, levantándose del sillón de la mesa. ―Iré por uno más de estos-. Dice entrecortadamente, tambaleándose hasta salir de la mesa y perderse en la multitud.

Mikey no tenía ni idea de con cuantas personas diferentes había bailado después de su quinto trago. Recordaba vagamente estar entre los brazos de un chico que le susurró en el oído su nombre. Kokonoi.

Después se le unieron Hanma y Kisaki, quienes se encontraban con Haruchiyo, Kazutora y un tal Muto, el cual bailaba con Haruchiyo.

Mikey había bailado un par de canciones con ellos, sin embargo, después se apartó del grupo y los perdió de vista. Hasta ese momento.
Justo ahora, no bailaba con nadie y estaba demasiado ebrio como para preocuparse por ello. La música le ensordecía, pero se sentía bien.

Porque a su alrededor no flotaban preocupaciones, sólo notas musicales y distintos aromas de personas a sus costados, quienes bailaban en estados iguales o peores al suyo.

Divisó a lo lejos a Draken, dirigiéndose hacia él, así que sonrió y comenzó a correr, escapando.

―¡Mierda, Mikey, vuelve aquí!

𝖿𝖺𝗅𝗈𝖿𝗂𝗅𝗂𝖺 ; 𝘁𝗮𝗸𝗲𝗺𝗮𝗶Donde viven las historias. Descúbrelo ahora