23 de Junio de 1985
El sol se filtra por la ventana de la habitación causando que las partículas de polvo sean visibles mientras se desplazan por todas partes y se detienen en cualquier superficie. La luz dejaba a la vista a las trillizas que estaban en esa habitación. Una de ellas despierta, la otra durmiendo, y la otra está maquillándose porque sino no puede vivir.
—Baja esa persiana— escondo la cabeza debajo de la almohada y sollozo, pues nunca he sido fan de madrugar un viernes para ir al instituto y más si es el último día.
—Tú estás debajo de la ventana, así que, la bajas tú— le saco el dedo a Lidia y saco mi cabeza de debajo de la almohada... Esto va a ser una muerte para mí, pues después de seis horas en el instituto me tengo que tragar cinco horas más de viaje. Voy a llegar a Galicia reventada.
—Pero si estás al lado de la cuerda— me mira unos segundos y sigue poniéndose el maquillaje.—Que asco te tengo— me levanto de la cama y bajo la persiana.
—Vamos a llegar tarde al instituto— miro a Lidia y yo dejo caer mi cabeza en la almohada.
—Es viernes, no quiero ir— Lidia apaga el ventilador y la miro mal—. Tú quieres que yo me muera. Quieres que me muera para poder quedarte con mi parte de la habitación. Ahora lo entiendo todo.
—Vamos— me tira el uniforme en la cara, arrugandolo—. Mamá nos está esperando en el coche, y ya sabes cómo se pone si llegamos tarde.
—¿Habéis visto mi pintalabios? No lo encuentro por ningún lado— Laila nos pregunta mientras que revuelve entre su neceser de maquillaje.
—Lo tienes delante— Lidia lo señala y Laila sonríe.
Me levanto de la cama dejándo las sábanas enrredadas, pues me muevo mucho por la noche. Me quito el pijama y me pongo el sujetador el cual me está tres tallas más pequeño de lo que uso. Increíble. Hoy hace bastante calor, así que, no estaría mal si pudiera ir en ropa interior al instituto. Sería una alteración para los salidos de mi clase... Así que... Mejor me pongo el uniforme, pero no descarto la idea de ir en ropa interior.
—¿No puedo ir en ropa interior?— mi clon me miran, mientras que yo me pongo la falda.
El uniforme era algo que nunca me ha gustado. El simple hecho de tener que llevar falda y camisa me pone mala.
La falda es negra con rayas de colores negros y marrones. La camisa es blanca con el logo de la escuela bordado en una esquina en color verde.—Esta falda, me está tres años pequeña— me pongo los zapatos y me dolían los pies, pues llevaba tiempo sin ponerme unos zapatos cerrados. Esto es una mierda. Tengo ganas de irme a Galicia y ni siquiera he llegado a entrar al instituto... Menudo día me espera.
—Te aguantas— me hago una coleta y me salió bastante mal, pero como después me la iba a quitar me da exactamente igual.
—Lidia— me levanto y tomo la mochila. Pesa más que un muerto, coño—. Estás muy borde.
—Es viernes y me han hecho madrugar, es obvio que no voy a estar igual de feliz que tú un miércoles por la tarde— tomo la mochila y me la cuelgo en el hombro.
—Bueno, yo es que siempre estoy feliz por ese momento— Laila habla y la miramos mal pero sonriendo porque en el fondo la queremos.
—Venga, vámonos— empezamos a bajar las escaleras y estaba segura que mi madre nos iba a reñir, pero eso sí, confundiendo nuestros nombres.
—Lidia, te dije que no te duermas tarde.
—Soy Zaira, mamá— me meto en el coche y me siento junto a una ventana.
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Somewhere Only We Know
Short StoryHistoria basada en la película de Live is Life, así que, los créditos son de Dani de la Torre.