Su Dragón

Nuevo Omega

Narrador:

La mañana se alza de nuevo en la fría pradera donde Wei Wuxian ha estado durmiendo durante todos estos días de su estadía, un joven Omega de ojos dorados y curiosos se acerca con cuidado, ve que otra vez está el futuro líder de Yiling en su lugar preferido. Su piel ligeramente bronceada brilla con naturalidad ante los rayos del sol, el pequeño Omega de 16 años traga saliva al verlo con las túnicas mal puesta mostrando gran parte de su pecho al descubierto.

En silencio se sube a un árbol cercano y lo ve desde la altura, son las 8 de la mañana, se pregunta a qué hora despertará ese Alpha que le provoca tanta curiosidad, nunca había visto a nadie que por su propia presencia pueda irradiar tanta seguridad, tanto deseo carnal, tanta felicidad. La primera vez que lo vio fue en la noche de su primer día en GusuLan, el lindo Omega paseaba por los desolados pasillos de su hogar a causa del poco sueño que tenía, y fue a lo lejos, que pudo ver una sombra caminando en dirección a su lugar secreto.

Lo siguió con cautela, esperando que no note su presencia y escondiendo su olor, el hombre se tira en el pasto de una manera grotesca, sin importarle si sus túnicas se esparcen desordenadas en el suelo terroso, no lo ve bien, estando a metros de distancia es casi imposible, entonces decide irse y volver en la mañana. No esperaba verlo en ese mismo lugar, con el rostro escondido debajo de uno de sus brazos mientras sigue durmiendo ignorando el alboroto en su secta, puede verlo bien esta vez.

Cuando empieza a moverlo para que despierte notando que es el hombre al que buscan, este descubre su rostro y continua durmiendo, se queda quieto viendo con cuidado sus rasgos, sus largas pestañas, su rostro delgado y contorneado, los labios rojos que dejan salir vapor como haría un dragón de fuego o uno de agua, los rebeldes cabellos que caen por su rostro sin dejar que vea de mejor manera su belleza natural. Se atrevía a decir que es el hombre, el Alpha más apuesto que haya visto alguna vez, y en su secta solían estar los Alfas y Omegas más codiciados.

Ignorando todos los vergonzosos detalles que notó en el hombre (posiblemente por sus hormonas elevadas al ser época de apareamiento) empezó a moverlo de nuevo para que despierte, esta vez no pasó mucho antes de que sus ojos grises con matices azules, lilas y rojos lo miren en medio de su ensoñación. Se transformó en dragón antes de que pueda verlo por completo y salió volando sin importarle los gritos del hombre pidiéndole que se detenga. Pudo ver como lo seguía a lo lejos con muchas dificultades al no ser un dragón de aire y solo aceleró para perderlo de vista, cuando el hombre se rindió y volvió por donde venía bajó aterrizando en un claro del bosque.

Fue a su casa, allí estaba su madre esperándolo en la puerta con su encantadora sonrisa de siempre, sonrió levemente de vuelta para adentrarse en su hogar con ella, adentro su padre revisaba unos papeles, pero al verlo dejó todo de lado y fue a abrazarlo para darle vueltas en el aire donde una suave risa abandonó sus labios. Sus padres lo miraron con amor y cariño antes de ponerse melosos y darle besos en las mejillas donde se dejó hacer completamente feliz de las atenciones.

El día siguiente decidió no ir, no quería encontrarse con ese hombre de nuevo, sabía que esta vez si lo perseguiría por mucho tiempo más antes de irse, se quedó acostado hasta tarde con sus padres, con las ropas de dormir aún puestas, escuchaba las historias del amorío de sus padre como siempre, y con esas historias volvió a caer dormido en brazos de su madre, envuelto por los aromas combinados de ambos.

Cuando eran las doce del medio día despertó al sentir como su padre salía de la cama y su olor se volvía lentamente muy agrio, tanto su madre como él se levantaron con cuidado y vieron a Lan Qiren y Lan Xichen, Lan Wangji se preocupó por su hermano mayor al ver como su padre lo insultaba por algo y sólo pudo tratar de defenderlo, como siempre si podré no lo escuchó y continuó diciendo esas palabras hirientes hacia el otro Omega.