Luego de aquella sorpresiva visita por parte del capitán Kuchiki mis pensamientos solo se enfocaban en recuerdos del pasado.
Mi teniente me facilitó los documentos que necesitaba para iniciar con mi informe acerca del resto de tenientes.
—Capitana, han pasado aproximadamente 10 días desde el incidente con los Ryoka.
Deje de escribir y lo mire fijamente.
—Kurosaki Ichigo abandonará la sociedad de almas mañana... creí que quizás deseaba despedirse.
Ichigo paso cinco de esos diez días paseando por mi escuadrón y conversando conmigo, además aprendimos un poco el uno del otro.
—no te preocupes, Ichigo y yo no necesitamos despedirnos—Suspire y me deje caer en mi silla para luego observar el cielo. Ichigo no era como el resto de personas, sabía que si volvíamos a vernos seríamos tan amigos como hasta ahora.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Byakuya.
Mis heridas estaban totalmente sanadas así que me sentía listo para volver a las tareas de mi escuadrón con normalidad. Me encontraba en la misión Kuchiki en donde Rukia le esperaba frente al santuario de Hisana.
La mirada de la pelinegra reflejaba tristeza y un poco de preocupación, la mire por un breve segundo y me dispuse a seguir mi camino.
—¿hoy tampoco hablaras con Hisana?
Narrador.
Byakuya se quedo estático al escuchar aquellas palabras salir de la boca de su hermana adoptiva y es que era verdad, estos últimos días olvido por completo las plegarias y platicas que tenía con Hisana, por lo que se reprendió y sintió repudio por si mismo.
—Hermano, no tiene nada de malo que ya no hagas tus plegarias. No te estoy señalando pero... ¿puedo preguntar algo?
El mayor se giro en dirección de Rukia para prestar atención a su pregunta como signo de aprobación.
Hanabi.
Observe la habitación de mi hermano, la cual estaba totalmente vacía y su presión espiritual o cualquier residuo de ella ya había desaparecido.
Suspire y pase mi mano por el mueble que se encontraba frente a su cama. Lo extrañaba pero por otro lado me negaba a victimizarme o sufrir cuando Sōsuke planeaba matar a todos mis amigos.
Tenía que hacerme más fuerte, entrenar todos los días para poder proteger a todas las personas que amaba, a mis amigos...
La imagen de Byakuya cuando era más joven llegó a mi mente como un recuerdo y no pude evitar sonreír ante esa mirada de inocencia y enojo.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Kuchiki cambio tanto desde la muerte de Hisana, incluso el brillo en sus ojos se había ido. Él realmente era otra persona o al menos eso quería aparentar con todos.