El universo está lleno de posibilidades, de infInidad, no hay límites...Cuándo menos importancia le tomes, de pronto, te tiene cabeza arriba.
He aquí una de esas posibilidades, donde el universo te presenta sus tan típicas cualidades, las de sorpren...
Ustedes ya saben que involucrar sentimientos con alguien que va en tu mismo curso termina pésimo 💀 es por ello que yo trataba de evitar todo contacto con el; pero siete siempre que podía buscaba alguna excusa para hablarme y yo no quería ser grosera por tanto le respondía lo justo y necesario.
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Ya después de un tiempo el me dió a entender que necesitaba decirme algo cada vez que hablábamos por mensaje pero nunca se atrevía a decirme nada (en el fondo yo ya sabía que el quería decirme que yo le gustaba o algo así, pero comprendía que era súper difícil para el decirlo); y así fue siempre, y como yo no tengo mucha paciencia, un día lo enfrenté le pregunté que le pasaba y si tenía algo que decirme que lo hiciera, pero no se atrevió, como dije antes era tímido. Si hay algo que me molesta es que las personas no sean directas y que oculten cosas, por lo tanto desde ese entonces me enojé con él y no le volví a hablar más.
Yo esperaba que me dijera lo que sentía y poder dejarle en claro que mi interés estaba focalizado en otras cosas (esto quizás suene súper frío, pero quería que el entendiera que conmigo solo podía contar como compañera) y así me liberaría de todas esas excusas que buscaba para hablar.
Y así se volvió hostil el ambiente, mutuamente nos ignorábamos y hacíamos como que ninguno de los dos existíamos. Él siempre que podía me evitaba, Para mi era mucho mejor así, me sentía en paz y liberada de todo conflicto, pero obviamente me agobiaba un poco lo pesada que había sido con siete; pero aún estaba enojada por su falta de madurez.
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Un día el universo hizo de las suyas; por temas de estudio, ya que debíamos hacer un trabajo, no volvimos a hablar, obviamente que la primera persona que tuvo que ceder fue siete.
Una vez finalizado el trabajo volvimos a la misma rutina de hablar de vez en cuándo, por lo cual opté por empatizar con el y no volver a presionarlo mas y obviamente no enojarme por suposiciones que presentía, por que al fin y al cabo no había algo que comprobara la veracidad de mis ideas.
De pronto no me di ni cuenta y ya se había acabado el año; ¡uff, por fin vacaciones!
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