Capitulo 2

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POV ___

No recuerdo en que momento me quede dormida, pero me desperté por el ruido de la puerta de mi celda abriéndose, dejando ver a unos hombres con un uniforme negro. Ellos me indicaron que saliera, uno iba delante y otro atrás.
Seguimos caminando hasta que llegamos a una sala muy grande en donde se encontraba una gran cantidad de niños. A algunos los reconocía, pero a otros no. Mientras caminaba,me di cuenta de que en las puertas de la habitación habían "guardias", tal vez para que no escapemos, por eso me dediqué a observar los rostros de los niños tratando de encontrar a mis hermanos, pero esto se vio interrumpido por un voz que reconocía muy bien y me hizo voltear solo para encontrarme con mi pequeño hermanito corriendo hacia mí.

-¡___!- grito Josh llegando a abrazarme hasta donde llegaba.

-Josh ¿Estas bien?¿Te hicieron algo?- dije apartandolo para verlo mejor

-No, estoy bien- hablo para darme una sonrisa -te extrañe- dijo para abrazarme de nuevo.

-yo también Josh- le mencioné para cerrar los ojos y abrazar fuertemente a mi hermano. Pero cuando los abrí vi a algunas personas adultas que entraban a la habitación con bandejas en sus manos, dandoselas a todos los niños, incluyéndonos a nosotros aunque solo nos dieron una.
Cuando se retiraron todos se dispusieron a comer.

-¿___ quieres?- Me pregunto mi hermano mientras me pasaba la bandeja con la comida.

-no Josh come tu, yo estoy bien- dije dándole una sonrisa esperando que empezara a comer.

Mientras mi hermano comía me puse a pensar en donde estaría Dylan, tendría que ir a buscarlo para poder irnos de aquí, aunque no sabia a donde iríamos, porque el orfanato fue destruido.

-¡Oye niño dame la comida!- dijo un adolescente que se acercaba a nosotros peligrosamente, no sabía en qué momento se había empezado un problema.

-¡Oye que te pasa deja a mi hermano tranquilo!- le dije al adolescente, que claramente era mucho más grande y alto que yo.

-¡No te metas en donde no te llaman mocosa!- me gritó empujándome lejos de mi hermano, y caminando hacia a el.
Cuando observe a Josh vi que estaba muy asustado, igual que en el orfanato. Por lo que me levanté lo más rápido que pude y corrí para ponerme enfrente de Josh para protegerlo.

-¡Te dije que lo dejaras en paz!- le dije al adolescente, quien solo parecía enojarse aun más.

-¡Te dije que no te metas!- espetó para lanzar un golpe con su mano, el cual esquivé, pero con el segundo no pasó lo mismo.
Todo fue muy rápido, solo sentía algo caliente fluyendo de mi nariz y un gran ardor en ella. El adolescente me miraba muy enojado, volviendo a levantar su mano para golpearme nuevamente. Yo solo me preparé para el impacto que nunca llegó.
Cuando abro mis ojos, los cuales había cerrado, me sorprendí al ver que un brazo metálico sostenía la mano del adolescente.
Y al levantar la vista me encontré con un hombre muy alto a mi parecer, con una mirada fría, ceño fruncido, ojos azules y un cabello castaño. Él era quien me había protegido del chico que ahora lo único que hacía era mirarlo con temor.

-Dejamos muy claro que no queríamos ningún incidente, ¿Haz entendido?- mencionó.
El adolescente solo se limitó a asentir, haciendo que el hombre lo soltara.
Cuando el se giró a verme, me tendió la mano y me ayudó a levantarme. Yo me quedé en mi lugar ya que el había caminado unos metros por delante de mi. Pero el se volteó y me hizo un gesto con la cabeza para que lo siguiera,  aunque yo dudaba un poco, ya que no quería dejar a mi hermano solo.

-zabotit'sya o rebenke (cuida al niño)- le dijo el hombre de brazo de metal a otro mientras señalaba a mi hermano.

Luego me miró a mí y siguió caminando, a lo que yo solo copié su acción.
Nos dirigíamos por los pasillos hasta que llegamos a una habitación que parecía ser algún tipo de área médica de paredes blancas.
El hombre brazo de metal se fue a una habitación y yo me quedé parada en donde estaba. Mi nariz sangraba y dolía, pero solo quería estar con mi hermanos.
Mientras pensaba no me había dado cuenta de que el señor de cabello castaño me estaba mirando desde la puerta.
El se acercó a mí, pero yo retrocedí temiendo que me hiciera algún daño. Al ver mi acción, el se detuvo y levantó las manos.

"Tú por mi, yo por ti" Donde viven las historias. Descúbrelo ahora