𝙸𝚗𝚏𝚒𝚗𝚒𝚝𝚊𝚖𝚎𝚗𝚝𝚎

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Sentía la presente mirada sobre su cuerpo, eso le impedía que trabajará con normalidad. Los nervios estaba creciendo, una tonta idea de pensar de ese modo ante un animal. Tampoco se agacharía, "Yoongi" como su padre le informó que se llamaba, casi se comía su playera, le tiraba de ella hasta romperla y tuvo que regresar a la casa para cambiarse.

Se enteró de que no era tan salvaje, ya que llevaba 6 meses en la granja, solo que algunas cositas faltaban por cambiar. Inclusive, él ya cumple una semana en la casa.

Estaba limpiando su espacio, sacando con la pala el excremento y llevarla a la carretilla. Un puñetazo con la cola de Yoongi al cerrar la ventana.

Suspiró dejando sus manos en la cadera, limpiado el sudor. Quitándose los guantes y dejarlos en la montadura.

No admite, pero Yoongi le ha ayudado demasiado con su depresión. Llegó a él, pasando su mano por el lomo con suavidad, dejando unas palma ditas, pasando sus dedos por el vientre y subir al cuello, siendo ajeno a que aquellos gestos le estaban incitando una reacción al caballo, regresando a tomar sus guantes. Al darse la vuelta, el caballo tenía su cola un poco levantada, pero parpadeó y rasco su nuca avergonzado.

—Woow… Hm —El crecimiento del genital creció con lentitud y rebotó una vez que lo tenía erecto por completo.

Pataleo con su pata trasera inclinando su cabeza aun lado. Ahora falta el baño, esperando paciente a que aquella magnitud bajara, pero sentía que eso únicamente se la pasaba palpitando, gritando por ser atendido, que no era su intención dejar de lado su calentura, a menos que se le monte a una Yegua.

—Le diré a mi papá que te busque alguna Yegua… —Sacó el cepillo de la cubeta, empezando por tallarlo en el pelaje.

Era algo incómodo, tener que despistarse por su genital, o no hacer demás porque podría llegar a tocarlo por accidente. Inconscientemente, humedeció sus labios apretándolos, los mordió para seguir bañándolo.

Dando eso de las 6 de la tarde en que terminó sus tareas, y alimentar el resto de animales en la granja. Llegando a la cocina, limpio y fresco, secándose el cabello con la toalla en sus hombros. De la cafetera eléctrica sirviéndose un café negro.

—Papá, Yoongi necesita montar una Yegua

El río negando, bajando el periódico y beber de su café — Eso hice, fui con el granjero Frederick, hace tres cuando te fuiste a la ciudad con Emma

—¿Y? —Levantó una ceja, sentándose en frente.

—Intentamos con todas, ninguna quiso y ninguna reacción de su parte, se puso agresivo.

—¿Y estaban en celo?

—Si, la mayoría. Yoongi es un hermoso caballo, el granjero Frederick quiere que se cargue su yegua

—¿La Lola?

—Si, me pidió el esperma para que se le inyecte directamente

Chasqueo la lengua, sabiendo a qué viene esa información. Miró el líquido en su taza.

—¿Cómo le harás si no se deja?

—Mi lindo hijo, sabes que yo soy un viejo… —Se levantó estirando sus músculos —Y le prometí a mi amigo que le daría el esperma de Yoongi.

─❃ ꕥ♘ꕥ ❃─

Yoongi comía de la cubeta de alimento, pensando en la manera en que la haría para hacerle una erección al animal y poder llenar el frasco que el veterinario le dejó. Incluso el señor intentó, pero casi le volaba la cabeza con una de sus patadas, que lo recomendable era alguien cercano, a excepción del Señor Park, sus papás se llevaron al doctor al hospital a que lo revisen, porque se había desmayado del susto.

Recargo su cabeza en la mano, sentando en la paja mientras lo miraba comer con tranquilidad después de casi matar al veterinario.

—Yoongi, es por tu bien —Teniendo el valor, acercándose, llamando su atención. Acariciándolo, el frasco lo dejo en la tabla, mirando a su alrededor para suspirar.

Guio su mano a los genitales, preparándose mentalmente de lo que iba a hacerlo. Tocando aquellas dos bolas negras, retirándose de repente a la rápida reacción que tuvo, teniendo a su vista el pene del caballo, erecto.

—Madre mía... Pero vaya que si lo tienes grande —Murmuró, retomando su acción. Bajando y subiendo por la longitud, el caballo empujó su cadera hacia el toque.

Jimin se quedó quieto sin detener su mano, juntando sus piernas, tragando pesadamente.

Ahora con ambas, con más velocidad, pero sus brazos comenzaron a doler del esfuerzo dejándolo de lado, ya que, era más la motivación con la que masturbaba el genital, la respiración del caballo se puso pesada, las fosas nasales se extendían, con la boca abierta, apretando sin querer en la punta del pene recibiendo un golpe con sus cuartos traseros, cayendo al suelo de espalda, abriendo los ojos.

Quedando atorado el grito por el recibimiento en su cuerpo, tratando de entender lo que acaba de pasar.

Fijamente, hacia el techo, el animal se acercó y dejó un gentil golpe en su mejilla. Se paró sin decir alguna palabra, el caballo se acostó en su cama de paja, cerrando la puerta de su corral para regresar a su casa, directamente al baño, el semen se resbala de su rostro, sus manos empapadas de aquello al limpiarlo.

Atentamente, al espejo, y cayó a sus pantalones, su propia erección. Jadeando a la sensibilidad de únicamente querer bajar en pantalón, ni en cuenta en que pudo vivir la excitación, tan concentrado en su trabajo que olvidó su cuerpo, de igual manera tuvo consecuencias.

—No puede ser…

Únicamente fue lo que dijo, río, no que quedaba de otra más que fingir ignorancia de lo que acaba de pasar.

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