Cᴀᴘɪ́ᴛᴜʟᴏ II: Lᴇ́ᴀɴᴇ Mᴏʀᴇɴᴛ

56 10 4
                                    

⚘ L É A N E ⚘

—Léa, dile a mamá que estoy bien... —mi hermanita murmura sentada en su cama de brazos cruzados y con un mohín en su rostro—. Quiere que me quede todo el día en cama, ¿puedes creer eso? —bufa.

Yo por mi parte no puedo hacer más que sonreírle con ternura.

Entiendo que no le guste aquello, yo también protestaría en su lugar, pero la realidad es que no tenemos opción... Debemos cuidarla mucho, dejar que saliera en su estado sería peligroso y demasiado descuidado de nuestra parte.

Bueno, aunque estuviera sana seguiría siéndolo realmente.

—Vamos, pequeña —digo tomando asiento a su lado en el borde de la cama y luego revolviendo un poco su cabello—. No te enfades con mamá, sabes que lo hacemos por tu bien, solo te estamos cuidando.

—Pero yo quiero acompañarte —protesta cruzándose de brazos.

Suspiro mientras niego con gracia.

¿De quién habrá sacado tanta terquedad esta pequeña...?

Pensando un poco en algún modo de persuadirla, una idea termina por llegar a mi cabeza.— Oye, God necesita unos cuantos ajustes en sus tuercas, ¿qué tal si me ayudas con eso, eh?

Una sonrisita se forma en su rostro al oírme.

Me encanta que lo haga.

—Mmm... Bueno, te ayudaré —responde sin embargo, intentando hacerse la difícil.

Pero a mí no puede engañarme.

Sé lo mucho que ama a ese perro de hojalata.

Yo también lo hago.

—¡God! —llamo al canino, y en menos de un pestañeo, éste ya se encuentra en la habitación—. Tu tarea de hoy será quedarte con Odaline mientras salgo un rato, ¿entendido? —cuestiono.

El perro asiente ante mis palabras y da un brinco en la cama, posicionándose a un lado de mi hermanita mientras toma asiento. Puede que no sea un canino de carne y hueso, pero realmente posee la misma (si no es que más) fidelidad que tendría uno de verdad.

Sin duda es el mejor invento que he hecho en mi vida.

No sé si él sea consciente de que fui yo quien lo creó hace unos años, pero independiente de eso, estoy agradecida de que se haya mantenido a nuestro lado.

Ha alegrado muchísimo la vida de Odaline.

—Muy bien, pequeña —digo poniéndome de pie—. Regresaré en un rato, así que pórtate bien, ¿si? —vuelvo a revolver su cabello mientras le sonrió—. Mamá regresará en una hora, así que si escuchas la puerta ni pienses en abrirla, ¿todo claro?

Mi hermanita asiente, tomando a God entre sus brazos.

—Cuida bien de Odaline, amigo —le reitero al canino dejando una caricia en su cabeza metálica.

God en respuesta agita su pequeña cola mecánica, y para mí ya es suficiente para poder salir un tanto más tranquila.

Sé que entre los dos se cuidarán.

—Nos vemos en un rato —es lo último que les digo mientras les regalo una media sonrisa antes de salir de la habitación.

Ya fuera, me dirijo con rapidez a mi taller, o bueno, me gusta llamarle así a pesar de que en realidad no resulta ser más que mi cuarto. De todos modos, tiene más apariencia de un taller entre tanto material y artefactos que posee, seguramente si no fuera por la pequeña cama que destaca en una esquina, podría pasar de ser percibido.

Mantendré el secreto [GL]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora