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— Lis-Lisa— Una mano bajaba por la cremallera de sus jeans
negros, rozando con sus nudillos la erección.

Los besos seguian en aumento y sus labios húmedos eran prueba
de eso.

— ¿Quieres hacer esto? Yo estoy lista pero ¿Tú lo estás?

Su mente se quedó en blanco, ¿Estaba lista? Ahora que lo
pensaba, ella se sentía lista, tal vez no para el sexo real pero sí
para que manos ajenas a las suyas la tocaran.

— Lisa unnie— Su mano tomó la de la alta, que se había alejado
lo suficiente de su entrepierna par respetar la decisión de Rosé.— Estoy lista, puedes ver y tocar.

Hizo que la mano de Lisa presionara sus dureza, ambas soltaron un jadeo.

— Si te arrepientes o no te gusta algo que haga, házmelo saber y
me detendré.

Rosé pasó saliva en seco al sentir como Lisa desabotonaba el botón y bajaba con lentitud la cremallera de sus jeans sus manos tocando aquí y allá, haciéndole sentir tan jodidamente bien, esto no se comparaba para nada a sus propias manos. Ella misma le dijo como hacerlo, el ritmo y donde tocarla para que no surgieran problemas. Jamás en su vida se habia sentido tan dura y tan amada. A los minutos despuės el acto terminóy Lisa soltó su miembro para levantarse al baño por papel para Roseanne.

Rosé volvió a ponerse tímida una vez que Lisa llegó con el papel y la devoraba con la mirada.

— ¿Qué te pareció?

— Es grande— Susurró cerca de su oído y para rematar dejó un
beso en su sensible cuello.




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Consentimiento |✓| ChaelisaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora