2. The start of the game.

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— ¿Segura?

— Sí. — Solté aire. — Lo voy a hacer.

— Amber, las chicas no invitan a los chicos a las citas. — Hablo Laurena mirándome raro.

— Me vale, voy a invitarlo. — Las mire. — Además usaré la escusa de que no entendí como ser prefecta.

Soltaron aire y rieron.

— Hazlo, te apoyaré en todo aunque sea una estupidez. — Hablo Druella dándome ánimos.

O eso trataba...

Solté aire y camine a la mesa de Gryffindor.

Todos me miraban extrañados.

¿¡Una Cameron yendo donde un Gryffindor!? Sí.

— Hola Potter. — Lo saludé con una sonrisa de lado.

— Am... Amber... — Se levantó nervioso.

— ¿Me ayudarías explicándome como funciona lo de ser prefecta? Es que no entendí unos... Detalles. — Le di una sonrisa coqueta.

Iba a responder pero se quedó callado.

Sentí que alguien estaba detrás mío.

Y sí era así.

— Yo te ayudo con eso, no le pidas ayuda a un estúpido Gryffindor. — La voz de Tom me hizo sentir un escalofrío.

¡Mierda!

— Yo... — Potter desvío la mirada.

— No gracias Riddle, quiero la ayuda de Potter. — Conteste aún sin darme vuelta.

Potter estaba empezando a sudar frío, por que Riddle lo estaba amenazando con la mirada y yo su flechazo desde el primer año estaba interesada en él o eso cree.

— Lo siento no ayudare a una Slytherin. — Respondió sentándose de nuevo.

¡Cobarde!

Tom tomo mi muñeca y me sacó de ahí.

— ¿Cómo se te ocurre pedirle ayuda a él? — Pregunto furioso.

— Qué idiota. — Solté aire. — No necesito ayuda, quería una jodida cita, pero lo arruinaste, gracias. — Me solté y camine de nuevo al gran comedor.

O ese era mi plan.

Me tomo de la cintura para acorralarme en la pared que se encontraba al lado de la gran puerta.

Nadie nos miraba por suerte.

— ¿Quieres una cita con Potter? — Me miró neutro.

Se notaba molesto era lógico.

— Besa muy bien, la verdad quiero probar un Gryffindor en la cama. — Confesé en voz baja retandolo.

— ¿En serio? — Soltó aire y cerro los ojos. — Que pésimos gustos tienes.

¿Qué?

Me soltó y entro de nuevo al comedor como si nada.

No iba a volver a esa mesa, me niego.

Caminaba a la sala común cuando escuche que me llamaban.

—¡Cameron!

Volteé a ver y era Potter corriendo a mí.

— Potter. — Lo mire neutra.

— Sí, me encantaría ayudarte, lamento haber sido un cobarde al frente de todos y negarme. — Hablo entre jadeos por correr tanto.

The Perfect of Slytherin [Tom Riddle]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora