LAUNDRY SERVICE

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Dedication:

This One shot to the man with blue eyes, who stole my heart.

As always all is for you...

TE IUSBEC

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***Recomiendo esta lectura***

*Con chocolates y Los bombones de Carlos Santana & Chad Kroeger - Why Don't You And I *

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"Y una cosa puedo jurar: yo, que me enamoré de tus alas, nunca querré cortarlas".

Frida Kahlo

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Edward entró al bar, entrecerró los ojos un poco para ajustarse a la oscuridad del lugar. La música rock hacía retumbar las paredes.

«¡¿Por qué diablos estaba tan oscuro a las dos de la tarde?!», se preguntó

Caminó con su petate en el hombro con paso firme, sintiendo las miradas alrededor como si fuera el dueño del lugar. Hasta una mesa vacía en una esquina, escogió ese lugar precisamente porque desde ahí tenía completa visibilidad. Estaba cansado, hambriento y molesto. Pues había perdido su vuelo con destino a casa, por culpa de su amigo Vasile, quien hizo mucho ruido con las tres compañeras que había llevado a su habitación el día anterior.

«Maldita noche», pensó sacudiendo los recuerdos.

Aunque no se arrepentía de nada, para Edward no había nada más placentero que una cerveza bien fría y el sexo de una mujer caliente, mojado y dispuesto con ganas de divertirse. Pero quería volver a casa y abrazar a su hija Nikoletta de cuatro años de edad. Después de un traumático divorcio era el único lazo afectivo que quería conservar con las del sexo opuesto.

Dejó su mochila a un lado antes de sentarse. No pasó ni un minuto cuando una rubia alta con la camiseta del establecimiento. En la parte delantera decía bien grande la palabra: "Devórame" que le hacía resaltar sus grandes pechos. Hizo que se preguntara una vez más por qué el lugar estaba tan oscuro, pero lo único que se veía claro era aquel par de tetas tentándole.

—¿Qué puedo ofrecerte? —preguntó la recién llegada con voz melosa, mirándolo con curiosidad y golpeando sus labios con el lapicero.

Edward se llevó un cigarrillo a la boca, y agitó la cabeza. Si algo había aprendido en su vida adulta era a interpretar bien el lenguaje corporal de las mujeres. Luego de rebuscar su encendedor en el bolsillo delantero de su chaqueta de cuero respondió:

—Por ahora, solo una cerveza bien fría, cariño.

—También tenemos el plato del día —La listilla se ajustó los pechos, y luego puso la mano sobre la mesa y se inclinó un poco hacía él. Usando una voz sensual agregó:— Te aseguro que te encantará el postre.

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