Debería lastimarte...
Torturarte hasta matarte...
También debería odiarte... La sangre que corre por mis venas me obliga a ser el monstruo que todos conocen y muchos temen.
Pero contigo todo es diferente, contigo es seguro desvelar mi verdadero yo...
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Pete suspira por enésima vez, la cabeza le duele y está seguro que a su lado Vegas no se encuentra mucho mejor, su rostro tiene una expresión que indica que en cualquier momento estallaría y golpearía a alguno de sus primos.
—¿De qué noche en el bar estás hablando, Porsche? —pregunta Tankhun con curiosidad y sospecha.
—La noche en la que celebramos el regreso de Pete —responde Porsche. Y luego procede a explicar lo ocurrido brevemente, sin entrar mucho en detalles, cosa que Pete agradece. —Esa noche Pete no se sentía bien, por lo que me pidió que lo cubriera por un rato mientras salía a fumar un cigarrillo, cuando se tardó mucho en regresar, salí a buscarlo y ahí fue cuando los vi.
Pete se relaja un poco cuando se da cuenta que eso significa que su amigo no había visto más allá de su encuentro en el corredor.
—¿Los viste haciendo que? —pregunta Tankhun con ingenuidad.
Todos en la sala se incomodan de inmediato, y una mirada alrededor es suficiente para que Tankhun se de cuenta de a que se refiere Porsche. Pegando un salto, Tankhun se gira a observar a Pete con horror —¿¡Dormiste con Vegas!?
Pete se encoge en su asiento haciendo una mueca en el rostro, pero no lo niega. No tiene sentido negar la verdad cuando ya habían sido descubiertos.
Se encuentran todos sentados en la sala de la casa de los padres de Porsche. Pete y Vegas están sentados en uno de los sofás, mientras que todos los demás se sientan alrededor.
—¡Dormiste con el enemigo! —vuelve a exclamar Tankhun cada vez más exaltado. —¡Eres un espía, Pete! —añade Tankhun. A lo que Pete niega repetidas veces. —¿Cómo pudiste Peteeee? Es el hijo del diablo...
Pete encoge los hombros todavía con la mueca en su rostro. Y en un acto reflejo Pete se gira a observar a Vegas que se encuentra a su lado con gesto imperturbable, sin darle la menor importancia a los gritos dramáticos de su primo.
—No importa, no importa, todo está bien. Fue una cosa de una sola vez ¿verdad? —pregunta Tankhun con tono histérico pero esperanzado.
Pete vuelve a hacer una mueca e inconscientemente se acerca al costado de Vegas, quien en ese momento apoya su brazo en el respaldo del asiento acercándose más a Pete. Tankhun no desiste de su pregunta e interroga a Pete con la mirada. Pete mira a Vegas de reojo, pero este no dice nada, sino que sonríe de lado, con esa sonrisa torcida suya que Pete tanto ama como odia.
Con resignación Pete niega levemente con la cabeza, indicándole así a su jefe que había sido más de una vez. No era necesario que especificara la cantidad. Para que su jefe se hiciera a la idea.
—¡Ai'Pete, de haber sabido que tenías tan pésimo gusto, hubiera intervenido mucho antes presentándote a alguien más decente! —exclama Tankhun viendo directamente a Vegas, quien solo le devuelve la mirada con frialdad.
