Capitulo 30

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La clase fue todo un éxito, Calle lanzó el proyecto de que teníamos que hacer un desnudo o retrato, el trabajo era en parejas y como la clase era impar quedé sin pareja, así que Calle como “buena profesora” trabajaría conmigo y me ayudaría.

-¿Que te decía ese chico nuevo? -me pregunta mientras la ayudo a ordenar un poco el salón.

-Me estaba diciendo lo caliente que me veía con esta polera -mordi mis labios para evitar reírme, sabía que había parado de haber lo que ella estaba haciendo, no tenía que darme vuelta para saberlo, sus pies se plantaron frente a mí.

-¿El dijo que? -subí mi vista hasta ella, tenía el ceño fruncido con una hermosa cara de pocos amigos, le di una sonrisa antes de que pudiera estallar en carcajadas.

-Quería llevarme al baño y hacer algunas cosas malas -le dije, ella me tomó en brazo y me sentó en su escritorio.

-No juegues conmigo Poché -me miró.

-¿Quieres tu llevarme al baño y hacer algunas cosas? -pase mi dedo por su pecho, tomó mi mano y se llevo el dedo a la boca raspando con sus dientes la yema de mi dedo, enviándome una punzada de calor justo ahí.

-Dime la verdad -bajo sus labios a mi cuello, cerré mis ojos disfrutando de la sensación.

-Me dijo que estaba tomando clases con su novio aquí, es gay, es demasiado agradable y simpático -gimo.

-Eso es bueno -dice en mi cuello, se separa de mi para besarme -Deberiamos recoger a Vale -yo asiento, vamos de la mano a buscar a mi hermana.

-¿Quieres ir a comer a mi casa? -le preguntó, ella me mira dedicándome una de sus hermosas sonrisas.

-Por mi, excelente -besa mi frente. Recogemos a Vale, quien le da a Calle un pequeño corazón de yeso que hizo en sus clases.

Caminamos las tres tomadas de la mano sonriendo, mi corazón no puede con tanta emoción, la había extrañado tanto, la posibilidad que volviéramos a tener esto, como sea que se llame lo que tenemos, se me hacia tan ajena después de que ella me pidió que me fuera, pero aquí estamos otra vez, metiendonos en la piel del otro, incapaz de volver a ser nosotras mismas.

Al entrar a casa, mi madre se sorprendió de ver a Calle, nos hizo pasar ya que tenía la mesa servida, puso un puesto para Calle a mi lado, la comida estaba muy buena.

-Mamá, sabías que Poché y Calle son novias otra vez -dijo Vale, el poco de arroz que tenía en la boca se desvío atorandome, Calle sobó mi espalda, tomé un poco de agua y suspiré.

-¿Estás bien pequeña? -asenti, su mano se enlazo en la mía, mi madre nos observo.

-Así que ¿novias? -sonrió.

-La verdad es que no -dijo Calle -Por ahora -susurró con una sonrisa tirando de sus labios.

-Pero tendrán bebés ¿no? Mi hermana me dijo un día que quería 4 bebés -acotó Vale, mi madre soltó una carcajada, si las miradas matarán Vale ya sería humo.

-Bueno si mi pequeña quiere 4 hijos, tendremos bebés, 5 si quiere -Calle sonríe, maldita, está avergonzándome a propósito -Todo lo que mi bebé quiere -dice burlona.

-¡Paren! ¡Ya! -mi madre se ríe en mi cara, frunzo el ceño y como en silencio con ganas de enterrarle el tenedor a Vale y a Calle de paso, terminó de comer y me cruzo de brazos, mi madre y Calle se dan miradas cómplices de sus burlas mientras se rien por lo bajo -¿Es en serio? -me quejó.

Terminó de comer, ayudó a mi madre con los platos y subo a mi habitación donde la señora Daniela Calle está echada en mi cama.

-¿Se te ofrece algo? -me apoyo en el umbral de mi puerta, ella me da una sonrisa perezosa.

-Por que no vienes aquí y te recuestas conmigo gruñona -dice, suelto un bufido pero voy hasta ella, me recuesto a su lado y me atrae a su pecho.

-Así que ¿ahora eres cómplice para avergonzarme con mi madre? -su pecho sube y baja por su risa.

-Lo siento, no sabía que querías tener cuatro hijos -dice divertida.

-Eso es mentira, Vale y su loca imaginación -digo frustrada.

-¿No quieres tener hijos? -me pregunta.

-¿Podemos dejar de hablar de esto? Me perturba -digo, ni siquiera quiero pensar en niños ni casarme, solo quiero vivir mi vida, además aún soy pequeña.

-Está bien, deberíamos hacer algo especial por tu cumpleaños, ¿Qué quieres hacer? -me giró para verla.

-La verdad, nada, mi cumpleaños no es importante -trazo extrañas figuras en su pecho, ella se queda en silencio unos minutos, levantó mi vista, está mordiéndose el labio mientras sonríe -¿Que estás pensando? -ella se sobresalta.

-Lo siento, no estaba pensando en nada -besa mi mejilla.

-Mentirosa, dime -demando.

-¿Eligirás desnudo o retrato para tu proyecto? -cambia de tema, me levanto mientras ella me imita, me subo en su regazo.

-Definitivamente desnudo -muerdo mi labio.

-No tienes a quien pintar -me dice.

-Si, a ti -muerdo mi labio.

-Jaja -niega con la cabeza -No me pintaras.

-¿Ah no? -me muevo en su regazo haciendo que se aferre a mis caderas.

-No y punto, no dejaré que alguien vea mi pene -yo me río.

-Un grandioso y glorioso pene -digo coqueta -Que hace cosas tan... -muerdo mi labio, dejó caer mi cabeza hacia atrás sin dejar de moverme sobre su regazo -Maravillosas -finalizo.

-Para Poché -dice entre dientes -Detente.

-¿Por qué? -digo sobre sus labios, succionó su labio inferior y lo suelto.

-Porqué tu madre está abajo y tengo unas ganas terribles de follarte -gruñe.

-Mmm...una boca sucia -la beso salvajemente, mis pezones se sienten duros contra su pecho.

-Se que te gusta que te hable sucio -gruñe sobre mis labios, delineó sus labios con la punta de mi lengua.

-Hablame sucio Calle -gimo incrementando el roce de mi centro contra su gran erección.

-¿Tan sucio como lo que quiero hacerte pequeña traviesa? -dice con voz ronca -Porqué quiero lamer esos lindos pechos y tirar de esos pequeños pezones para hacerte venir, lamerte el **** hasta dejarte rogando por más, tomarte duro contra el venga para que todos vean lo que solo yo puedo hacerte -gimo, Calle, voy a correrme así, ella sube su mano y tira de mi pezón sobre mi polera, técnicamente su polera.

-Calle -gimo, tiro de su cabello y la beso duramente mientras ella calla mis gemidos y mi grito de éxtasis, me desplomó sobre sus brazos jadeando, mientras su mandíbula parece que está a punto de estallar, se que está reteniendo su orgasmo para no correrse sobre sus pantalones, tiene los ojos apretados con fuerza e intenta respirar, me salgo de su regazo para desabrochar sus jeans.

-No -me intenta detener pero ya es demasiado tarde, introduzco su miembro en mi boca y comienzo a succionar fuertemente -¡Mierda! Más Poché -lamo desde la raíz hasta la punta, sus muslos se tensan, esa es la señal, lo introduzco lo más que puedo, ella llega a su destino llenándome, trago todo, ella no tiene mal sabor, le doy una última lamida y sonrió -Dios, eres fantástica -me besa -Si no vas a mi casa vendré por ti, quiero hacerte el amor.

Y que importa la edad?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora