Capitulo 36

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Mi madre nos ha obligado a Calle y a mi a usar unos ridículos chalecos navideños con la inicial de cada uno, a Calle le parecen adorables, pero a mí me da un poco de comienzo. Nuestras madres tienen patas arriba la cocina de mi novia haciendo la cena, la chimenea está encendida habiendo más grato el momento en familia.

Lucia y Juli están recostadas conmigo en el sofá, hablando cosas de la vida, mientras Calle juega a las barbies con Lau y Vale, la escena es divertida porque ella hace voz masculina para usar a Ken, haciendo que las chicas rían.

-¿Ya lo hiciste con Alex? -pregunta Lucia a Juli.

-¿¡Qué!? -exclamó está -Como se te ocurre -se sonroja.

-Si lo has hecho -la acusó, ella se muerde el labio avergonzada y asiente.

-Se ha comportado estupendo -suspira -Fue muy lindo.

-Que tierno -decimos Lucia y yo a la vez.

-¿Tu lo has echo con Calle?

-Eso...no les puedo...eso no importa -me sonrojo.

-¿Que están hablando? -Calle se acerca a nosotras, nos miramos de reojo y estallamos en carcajadas avergonzadas. Calle se hace un hueco entre nosotras y recuesta la cabeza en mi hombro -Te extraño -dice.

-Estoy aquí -suelto una risita.

-Lo se -susurra -Pero no me has dado ni un beso -se inclina hacia mi, su cercanía hace que mi corazón comience a latir más rápido, mi mano se posa en su pecho cuando nuestros labios se juntan, no la he besado por horas, el deseo explota en mi interior, mi corazón se hincha en mi pecho electrizando cada parte de mi cuerpo, lo primero que hago al separar nuestros labios es mirar sus ojos, ella me encanta. Me lanzó a sus brazos y ella me abraza, quiero llorar y ni siquiera sé cuál es la razón, me encanta que lo que ella me hace sentir crezca cada día más, no se ni como algún día la podré reprimir, solo sé que es expande con tanta rapidez que ya me tienes tomada.

-¿Me acompañas a buscar los regalos? -le digo, ella se levanta y me extiende la mano.

Saco las llaves de mi bolsillo y nos encaminamos a mi casa, me doy cuenta de inmediato que hay alguien delante de mi puerta, Calle aprieta mi mano mientras nos acercamos, el hombre estira la mano para tocar pero la retira de inmediato, cuando estamos al lado de el tocó su hombro.

-¿Disculpe? -digo suavemente, el hombre no me da la cara, solo me mira de reojo y se da la vuelta sin más, el auto arranca de inmediato.

-Que extraño -dice Calle, me encojo de hombros, entramos a la casa y voy por las bolsas de regalos. Bajo la escalera cargada como un burro, Calle va de inmediato y me quita las bolsas -¿Qué has comprado tanto?

-Regalos para tu madre, tus hermanas, mi ma...-me interrumpe de inmediato.

-Te dije que no debías comprarles regalos, era malditamente innecesario -gruñe.

-Yo quería hacerlo -digo.

-No, no debías -dice enojada, le quitó las bolsas de las manos completamente indignada, me encamino hacia la puerta, todo sucede tan rápido, me estampa contra la pared y me besa fervientemente, me rudo a sus labios y me dejó llevar, sus manos van hacia mis muslos alzandome para enredar mis piernas en su cintura -Lo siento -dice sobre mis labios -Solo que no quería que gastaras tu dinero.

-No me importa -acaricio su rostro -Solo quería darles un regalo, además se han portado tan bien conmigo -besó la comisura de sus labios.

-Haz comprado los regalos antes de que ellos llegarán -dice -Eres tan testaruda, pero tan tierna -suspira -Te quiero, ¿lo sabías?

-Puede que lo hayas mencionado -digo, su sonrisa se ensacha -Yo también te quiero, mucho -la beso.

-Vamos antes de que te desnude -esconde su rostro en mi cuello y me besa justo sobre mi pulso.

Dejamos los regalos debajo del árbol de Calle, la mesa ya ha sido puesta, miró la hora en el reloj de Calle, ya son casi las diez. Hemos quedado en que abriríamos los regalos junto a las doce, fui por acuerdo ya que la familia de Calle debía partir temprano de vuelta a casa.

-Pase toda la familia a sentarse, la comida está lista -dice mi madre.

La comida les ha quedado deliciosa, cenamos todos gratamente, por su parte Marta avergonzaba a mi pequeña Calle con sus anécdotas de pequeña mientras mi madre hacia lo mismo, pero bueno, así son las madres ¿no?

Todos sentados alrededor de la chimenea nos disponemos a abrir los regalos, Calle se sienta al lado del árbol para entregarlos.

-Bien, comencemos -dice emocionada, a veces es como una niña -Este es para Lau, de parte de mi -la pequeña abre su regalo con euforia y chilla cuando una muñeca y un Ken salen del paquete -Este es para Vale, también de mi parte -ah bueno ella se enoja porque yo compro regalos pero ella si puede hacerlo.

Vale abre tímidamente el paquete encontrándose con un pony de peluche que mueve los pies, Vale se lanza a los brazos de Calle y le susurra suavemente un gracias.

Todos hemos recibido regalos, pero falta el regalo de mi parte para Calle, me levanto, busco entremedio del el árbol y saco un pequeño sobre, se lo entrego y ella me mira sorprendida.

-¿Otro? -ella había abierto ya la poleras y un par de jeans que le regale, pero este regalo es más importante, no sé si le gustará, asiento un poco nerviosa, ella mete la mano a su bolsillo, saca una cajita y me la da -Abramoslo  juntas -dice, yo estoy de acuerdo en ello, ella rasga el pequeño sobre y yo abro la caja quedándome impresionada, un hermoso collar con un dije de una llave se asoma, nuestras miradas se encuentran mientras ella sostiene los boletos en sus manos.

-Calle.

-Poché -decimos nuestros nombres a la vez -Toma -estira los boletos -No puedo aceptar esto -dice, yo le tiendo la cajita.

-Yo tampoco -digo, nuestras familias están atentas a la situación.

-Podrias por último mirar la llave, por favor -ruega, tomó el fino collar e inspecciono la llave en mis dedos, tiene unos pequeños diamantes, la cabeza de la llave es en forma de corazón, giró la llave entre mis dedos y contengo el aliento, una pequeñas letras grabadas en la parte detrás de la llave hacen que mi corazón salte al igual que las lágrimas que pican en mis ojos.

“Pequeña, tienes mi corazón ”, se lee atrás, la miró con los ojos inundados, levanta su polera y el chaleco revelando un pequeño tatuaje recién hecho en formar de cerradura justo en su pecho, mis lágrimas caen veloces por mis mejillas, suelto un sollozó, mierda, esto es mucho -Conservalo -pide.

Salto a sus brazos y me aprieto fuerte contra ella, siempre es tan detallista, la amo, con toda mi alma, acaricia suavemente mi espalda y besa mi frente mientras dejo de temblar.

-Yo -sollozó -Lo conservaré, si tú haces lo mismo -digo refiriéndome a los boletos.

-Poché -dice -Yo no puedo hacerlo.

-Por favor -pido -Iremos juntas a París -prometo, ella suspira y asiente, enredo mis brazos en su cuello y la beso suavemente -Te amo -se me escapa, se tensa contra mi cuerpo, sus ojos me dejan ver las puertas de su alma, un miedo a que me rechace recorre mi cuerpo, sus labios atacan con la fiereza mis labios mis labios, despertando mi delirio.

Y que importa la edad?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora