Tranquila, tranquila. Ni si quiera le conoces y ya estás sintiendo ese característico pinchazo en el pecho cuando te gusta alguien. Tengo un crush con él. Mierda. Intenté parecer tranquila y hablarle como una persona normal, teniendo en cuenta mi ataque interno fangirl que me estaba dando por lo que había comentado. Le gustaba Green Day. Dios. Mío.
-¿En serio te gusta?- le pregunté mientras colocaba la guitarra en el suelo.
-Sí dios, es mi grupo favorito.- dijo sonriendome mientras se acercaba.
Green Day era su grupo favorito, también era uno de los míos, siempre había pensado que para que dos personas conecten hace falta algún gusto en común. Y tener un grupo favorito en común para mí era un gran punto a favor.
-Pues también es de mis grupos favoritos.
Mis pies iban solos hacia él. Era una mezcla entre nervios porque me "gustaba" y nervios porque teníamos cosas en común, yo que sé, me sentía rara.
Estaba lo suficientemente cerca como para ver aquellos ojos verdes brillar con la luz que emanaba de las lámparas de pared del aula. Lucas parecía nervioso también, era adorable verle así. Tan alto y tan hombre y nervioso.
-Dejame darte un abrazo por favor, hacia mucho que buscaba a alguien con mis mismos gustos musicales.- Dijo rápido mientras se rascaba la nuca.
Me miró a los ojos mientras se reía, yo también me reía, no sabía exactamente por qué pero me reía. Abrí los brazos haciendo el gesto de abrazar mientras sonreía. Yo no iba a ser la que le abrazara, ya estaba lo bastante avergonzada, solo con que me haya visto tocar.
Lucas aún sonriendo se agachó un poco y me rodeó la cintura con sus brazos, yo pasé los míos alrededor de su cuello mientras me ponía de puntillas, no era demasiado alta. Dios mío qué bien olía, llevaba colonia de hombre, de esa que cuando te entra en la nariz te vuelve loca.
Nos separamos despacio, el abrazo no duró demasiado pero mejor, no quería que se asustara o cualquier cosa.
-Hueles muy bien.- me dijo con una sonrisita.
Me estaba derritiendo por dentro, tenía esos ojos verdes, para los demás marrones, muy cerca. Me fijé ahora que estábamos a una distancia corta en el resto de su rostro, tenía pecas debajo de los ojos y por la nariz, esta era pequeñita, como la de un niño pequeño. Sus labios eran finos, no eran los más bonitos del mundo, pero me parecían adorables. La mandíbula era grande, wow ahora que me fijaba me recordaba a Gareth Bale, y con ese hombre tenía un gran crush.
Estuvimos un rato mirándonos, no me percaté de ello hasta que oí a la gente de mi clase entrar en el aula, Nos separamos un poco y nos sonreímos. Qué mono era.
-Oye Lucas, el profesor va a venir en nada, tengo que sentarme ya.- me disculpé con una sonrisa mientras que me tocaba el pelo.
-Eh, sí claro, yo estoy en la clase de enfrente, cuando salgamos podemos ir a recoger a Javi a su clase, ¿quieres?- preguntó, esperando esperanzado una respuesta.
Yo como una boba obviamente le diría que sí. Nunca me había pasado esto tan rápido.
-Sí, claro, luego nos vemos.
Me quería acercar a despedirme, a darle dos besos, un abrazo, algo. Pero justo en ese momento entró mi profesor y me salvó de esa situación, hizo un gesto para que Lucas se fuera, así que retrocedió y antes de salir se giró y me sonrió mientras sacudía la mano.
Yo le devolví el gesto de despedida con una sonrisa de enamorada en la cara. Enamorada. Já. Nunca. No aún por lo menos. No.
Mi clase de música pasó lenta, estaba nerviosa por después. Era una tontería pero quería verle.
Sonó el timbre que indicaba que era el final de la clase y el final del día. Recogí mis cosas a una velocidad increíble y me puse la mochila. Salí de mi aula rápido y por las prisas me tropecé, menos mal que no llegué a caerme, pero hice un movimiento extraño para mantenerme en pie. Cuando me puse recta oí una carcajada que provenía justo enfrente de mí. Levanté la cabeza apartandome el pelo de los ojos y le vi. Apoyado en la parez, con el pelo retirado de la cara hacia atrás, como un intento de tupé. Me recordaba en esa posición al amigo de John Travolta en Grease. Eran demasiadas cosas juntas.
Me acerqué a él y le di un ligero golpe en el hombrox para que parara de reírse de mí. Lucas me miró ofendido, pero acto seguido sonrió enseñando todos los dientes.
