Capítulo 3

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Las clases habían acabado, por fin. Estábamos en la tercera evaluación por lo que debería estudiar mucho más y ponerme las pilas, debería. Hoy llevaba a casa dos notas, una buena y otra mala. La buena era un aprobado en la recuperación de matemáticas de la segunda evaluación con un 5, ole yo. Y la mala era un 3 en literatura española, para ser sinceros no me gusta nada la literatura española, adoro la extranjera, como Shakespeare, Alan Poe, esos sí que son genios.
Llegué a casa y comí, pollo con verduras, muy sano y bueno. A las 5 de la tarde llegaron mis padres, junto a mis hermanos, adiós tranquilidad.
Me subí a mi cuarto y me dispuse a hacer mi tarea, antes de empezar encendí Spotify y puse Ed Sheeran, ay mi Ed, como le amaba.
Estaba sentada en mi escritorio haciendo los deberes de lengua cuando mi madre entra en mi habitación seria, mi subconsciente dijo "Oh oh". Me giré hacia ella y me miró.
-Alba, los exámenes.- dijo en un noto neutral.
-Eh, si, espera que los busque.
Me levanté y rebusqué en la mochila hasta encontrar los folios un poco arrugados, primero le di el aprobado de matemáticas.
-Muy bien, estoy muy contenta, - me dijo sonriendo, algo raro ya que venía demasiado seria.- ¿y literatura?
Se lo entregué y su seriedad volvió a sus facciones, levantó la vista hacia mí.
-Bueno hija, cuando empezó esta evaluación te lo avisamos, examen suspenso, día sin salir.
-Mamá no es justo, he traído un aprobado tiene que compensarlo.- dije mientras me levantaba de la silla.
-Me da igual, un 3 es un 3, este fin de semana te quedas en casa.
No la contesté, me había jodido los planes, tenía pensado ir a ver a Diana, me estaba empezando a preocupar por ella. La miré por última vez, un poco de desprecio en mi mirada quizá, me jodió mucho, no me gustaban los castigos.
Mi madre salió de mi habitación, quité Spotify y cogí uno de mis discos favoritos, American Idiot de Green Day, lo introduje en mi reproductor y lo puse a volumen alto.
"Terminé" los deberes y bajé a cenar, quería ver Footloose mientras cenaba pero mis hermanos estaban viendo dibujos, como siempre. Así que cené rápido, me despedí de mis padres y subí a mi cuarto, me acosté en la cama y apagué la luz.
Estaba preocupada, seguía sin saber nada de Diana, no me contestaba al móvil y no estaría pasando de mí, encima no podía ir a visitarla el fin de semana.
Decidí cerrar los ojos e intentar dormir, pero algo por dentro me decía que algo no iba bien. Me tapé las manos con las mangas del pijama, no podía permitirme tampoco que mis padres supieran sobre lo mío. Ellos no tenían ni idea y si les contaba algo de repente se volverían locos. No podía. No debían enterarse.
Mañana hablaría con la madre de Diana, necesitaba saber algo de ella. También necesitaba dormir, había sido un día largo.

Quiero salirDonde viven las historias. Descúbrelo ahora