Capítulo 2

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Después de quedarme toda la tarde con mis hermanos, jugando y viendo Hora de Aventuras nos fuimos a dormir.
A las 6.30 me sonó el despertador, entraba a las 8.30 al instituto pero necesitaba mucho tiempo para arreglarme.
Me di una rápida ducha, me sequé el pelo y me puse la ropa interior; me dirigí a mi habitación a encontrar algo decente que ponerme, opté por unas leggins negras, unas vans del mismo color, una camiseta grande cualquiera, y mi bandana roja, me recordaba mucho a Ashton de 5SOS y por eso me gustaba tanto. Me hice un moño y bajé a desayunar, cereales y café, como todos los días.
Terminé y me puse una sudadera, la mochila y salí de casa. Quedaba todos los días en la mitad del camino con mis amigas para ir andando juntas, pero algún día a ellas las podían llevar en coche y me iba sola, hoy era uno de esos días.
Llegué a clase y dejé mis cosas en mi mesa, luego salí al pasillo a ver a mis amigas y hablar un rato con ellas antes de que llegara mi primer profesor del día. Vi a mi profesor de filosofía a lo lejos y me despedí de ellas para entrar en clase; una vez todos dentro empezó la lección. Yo me sentaba en la última fila al lado del chico que estaba más bueno de mi clase, sí, era una gran suerte, así que podía permitirme distraerme en alguna ocasión. Comencé a garabatear en mi cuaderno, cosas sin sentido; dibujos, letras de canciones, rayajos... Oía a mi profesor hablar de fondo, estaba hablando sobre algo del amor había creído oír. Amor. Sí. Lo mejor que se me había dado en mi vida. Nunca tuve mucha suerte, no pude evitar acordarme de mi primer beso. Aquel chico, Dani se llamaba, y yo estuvimos tonteando durante un tiempo, hasta que quedamos en un parque y nos sentamos en un banco, oh el banco, ahora cada vez que paso por aquel parque no puedo avitar acordarme de como ese chico me metía la lengua hasta la garganta, hasta no hace mucho no me di cuenta de que solo quiso eso, solo quiso liarse conmigo y dejarme tirada. Como son realmente todos los chicos de 15 o 16 años actualmente. En fin, me dolió en su momento cuando me enteré de que me dejó tirada por otra, u otras, quien sabe; pero ahora estoy feliz por no haberme enamorado, ese chico no era para tanto. Ahora mismo no tenía novio, ni amigo con derechos, ni ligue, nada. No era una chica de tener a muchos chicos detrás ni de ir a buscarlos, simplemente era reservada.
Acabó la clase, y no tomé ni un maldito apunte, genial Alba, genial.
Salí de mi clase para dirigirme a clase de matemáticas, en el aula de al lado. Salí al pasillo y ahí estaba Lucía, yo la llamaba Lu, ella es rubia, delgada y de ojos castaños, es una chica preciosa y una de mis mejores amigas allí en el instituto, una de las pocas que me alegraban la ida hacia el infierno. Cuando me vio me abrazó y me preguntó qué tal estaba, y como siempre dije "Estoy bien, solo cansada" no me apetecía dar explicaciones de nada, realmente ni yo sabía qué me pasaba, simplemente yo era así, una chica seria a veces.
Mientras hablaba con Lu vi a un chico alto pasar a mi lado, le miré y le pillé mirándonos, era un chico normalillo pero guapo, tenía pelo oscuro, pálido de piel, y ojos marrón con un toque verde, cualquier persona diría que son marrones, pero yo veía un brillo verde en ellos, tenía labios finos y era muy, muy alto, amaba los chicos altos, vestía con pantalón de chándal gris oscuro, nike y una sudadera verde.
Hubo un contacto visual bastante largo, lo que me acabó incomodando por lo que volví a la conversación con Lu, me dio dos besos y entró en su siguiente clase mientras yo me dirigía a matemáticas. Miré para atrás pero el chico de ojos verdes/marrones ya no estaba.
Mi clase de matemáticas fue similar a la de filosofía, empecé a pensar en mis historias del año pasado, mi primer beso, los problemas que tuve con dos amigas, a las que no he vuelto a dirigir la palabra, ni si quiera nos miramos por los pasillos... Siempre duele perder amigas, pero eran de esas a las que se le llaman "falsas" por lo que mejor. Echaba de menos a mi mejor amiga, Diana, estaba enferma desde hace unos días y no pude verla, se nota cuando ves a una persona todos los días y de repente dejas de verla.
Mi clase de matemáticas acabó, al igual que la de filosofía, con ningún apunte.
Todas las clases pasaron de esa manera hasta que llegó el recreo, bendito, sagrado y divino recreo. Normalmente Lu, Diana y yo nos sentábamos en algún pasillo a hablar de nuestras cosas o a criticar a la gente que pasara por delante. Ese día sólo estábamos Lu y yo, así que nos sentamos en el suelo mientras ella tomaba un sándwich de jamón y queso y yo un zumo de naranja. Me acordé de repente del chico de ojos verdes, para mí ya era "el chico de ojos verdes".
-Oye Lu...- dije mientras jugueteaba con la pajita del zumo.
-Dime.- me dijo mirándome con sus enormes ojos castaños.
-Ese chico, el de los ojos verdes que es tan alto e iba de chándal, ¿es nuevo? Nunca le había visto antes.- la contesté mientras miraba al frente, a esa masa de niñatas insoportables.
-¡¿Que nunca le habías visto?! Tú eres tonta.- exclamó mientras se reía tanto que parecía que se iba a partir en dos.
-¿Pero qué pasa?- dije riéndome junto a ella.
-Pasa que ese chico, el de "los ojos verdes" que en realidad los tiene marrones, lleva en el instituto desde todo este año, solo que tú estabas demasiado centrada en tus cosas y no le has visto.
-Oh, puede que tengas razón Lu.
Faltaban 5 minutos para que comenzara la siguiente clase, así que nos levantamos del suelo y nos fuimos hacia nuestro pasillo, antes de entrar en mi clase me despedí de Lu y vi a lo lejos al chico de ojos verdes, no me jodas eran verdes, verdes marrones pero verdes, volvimos a hacer contacto visual y no sé si aquella mueca que él hizo fue un intento de sonrisa. Huí de esa incomoda situación y me metí rápidamente en mi clase. No tenía por qué haberme sonreído a mí, había muchas personas detrás mía y muchas de ellas eran chicas guapas y delgadas, yo no sería el motivo de esa mueca, lo tenía claro.

Quiero salirDonde viven las historias. Descúbrelo ahora