05. Café y Karaoke.

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Jueves

Hoy era el segundo día de mi suspensión.

El mes más lluvioso estaba por entrar, el cual venía acompañado de neblina, nubes grises y truenos, lo que hacía que el día se sintiera mucho más deprimente de lo que era.

Estaba acostada en el sillón de la sala comiendo palomitas mientras que al mismo tiempo buscaba algo que ver en la televisión, cambie repetidas veces los canales hasta que encontré una película de terror que se miraba lo suficientemente interesante como para no pararme del sillón en dos horas.

Gareth me visito ayer por la tarde con un brillo inusual en el iris de sus brillantes ojos azules que nunca lo había visto tener, me contagio la sonrisa de oreja a oreja que llevaba desde el instante en el que abrí la puerta, aun que una parte de mi sabía a que venía decidí dejar que me contará sobre su cita de anoche con Jennifer en el parque de diversiones, me contó lo lindo que le quedaba el vestido verde que llevaba y un montón de detalles más que prefiero no pensar.

La mayor parte de mi vida escuche que cuando realmente amas a una persona, y esa persona ama a alguien más, debes de sentirte feliz por que su felicidad es la tuya, sin embargo estoy lejos de sentir felicidad por el, trate de fingir lo mejor que pude, por que así tal vez de algún modo llegaría a creérmelo, aun que en el momento que cruzó por el umbral de mi puerta despidiéndose con su típica sonrisa burlona, perdí la fuerza en las piernas cayendo de cuclillas, mis manos tapaban mi rostro mientras las lágrimas se deslizaban por mi rostro hasta llegar al suelo, mi corazón dolía de una manera tan extraña que ni siquiera podía explicarlo con palabras, era como tener un hueco en el pecho que antes estaba lleno de recuerdos felices y ahora solo son simples recuerdos llenos de nostalgia, me costaba trabajo respirar y mis manos temblaban hasta que unos cálidos brazos rodearon mi espalda abrazándome fuertemente, sentí el fuerte olor a perfume tan característico de mi madre que mi tristeza se fue por unos segundos, me sentía como cuando era pequeña y tenía una raspadura y ella me abrazaba hasta que dejara de llorar.

Sin duda estaba lejos de estar feliz por el, tal vez por egoísmo o simplemente no lo amaba lo suficiente como para verlo ser feliz, aun que el motivo de la felicidad no sea yo.
Había tenido dos largos días para reflexionar, sin embargo no logré encontrar la respuesta, en cambio me dedique a ver películas todo el día y tener una dieta poco saludable a base de jugo de naranja, palomitas de maiz y pollo frito.

El fuerte sonido de la televisión me sacó de mis pensamientos haciéndome volver a la realidad,  la película había terminado durante todo el tiempo que estuve divagando en mi mente, hoy tenía la sensación de que sería un buen día, es por eso que decidí levantarme del sillón en el que había estado más de 6 horas y salir a caminar al parque un rato.

Subí las escaleras como si mis piernas pesarán 80 kilos cada una hasta que llegue a mi habitación la cual estaba llena de ropa tirada por todos lados, ver todas las cosas que tenia que doblar me hizo dudar un poco en salir o quedarme hundida en mi depresión amorosa, puse los brazos apoyados en mis caderas meditando que decía hacer, giré a ver la ventana donde unas perfectas nubes grises adornaban el cielo de donde salían pequeños rayitos de sol que se colaban por los agujeros de las nubes.

El día es perfecto para dar un paseo tomando café mientras lees.

Me metí a la ducha que no había pisado en tres días, estaba igual de desordenada que mi habitación, abrí la llave de donde la cálida agua salió acompañada de vapor inundando toda la pequeña habitación, cada centímetro del vidrio se empaño dando paso a una atmósfera bastante relajante y tranquila.

Me adentre en la ducha sintiendo el agua deslizandose sobre mis hombros mojando al mismo tiempo mi cabello.
Al salir de bañarme tome una bolsa con un libro y mi monedero, me pare frente al espejo observando lo demacrada que se veía mi piel, una sonrisa ladeada adorno mi rostro al ver mis ojos llorosos otra vez, aun no podía creer que el salía con alguien, exhale mientras tallaba mis ojos tratando de que no se notará tanto el rojizo de mis ojos.

Kiss Me | Gareth Emerson x Reader Donde viven las historias. Descúbrelo ahora