7. Avenencia.

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Avenencia:  Acuerdo, entendimiento o conformidad entre dos o más personas o cosas.


Verla en esa condición deplorable, encarcelada como si fuera la peor escoria había sido demasiado para Damian Desmond

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Verla en esa condición deplorable, encarcelada como si fuera la peor escoria había sido demasiado para Damian Desmond.

Verla tan indefensa hacia poco creíble el hecho de que hubiera confabulado con su padre para acercarse al suyo, el haberlo engañado todo este tiempo, jugando con sus sentimientos y aún más impensable era el que fuera una Esper, lo cual significaba que todo este tiempo estuvo leyendo su mente. ¿Acaso sus comportamientos extraños se debían a eso? En ocasiones debía admitir que había pensado que podría leer su mente.

Pero al tomar su decisión había levantado una barrera cuidadosamente construida, para evitar ser influenciado y afectado por cualquier cosa que ella dijera o hiciera.

Y a pesar de todo eso la barrera que había trazado alrededor de su corazón se derritió con tanta facilidad al verla ahí, mirándolo con esos adorables ojos grandes y las mejillas humedecidas por las lágrimas. Odiaba tanto el efecto que tenía en él, con tan solo mirarlo o sonreírle, lograba que hiciera cualquier cosa por ella. Él estaba dispuesto a hacer cualquier cosa que ella le pidiera, hasta regalarle una maldita fábrica de maní.

Había intentando convencerse mientras caminaba hacia aquel sótano que el hecho de liberarla era meramente porque el hecho de jugar con una vida humana iba en contra de todo lo que había aprendido en su vida académica, Dispuesto a terminar con eso de lo que su padre podría arrepentirse, se había atrevido a robar las llaves de un guardia que estaba dormido.

Pero cuando la vio saltar intentando alcanzar la ventana y más aún, cuando ella lo miró, entendió que había estado mintiéndose. Intentando justificar sus acciones y que realmente todo lo que estaba haciendo era por motivos egoístas. Damian había decidido liberarla porque no podría permitir que nadie, ni su propia familia ni el mismo, le hicieran daño a ella. No podía soportar verla llorar y no podría vivir en un mundo donde ella no estuviera y menos aún, contribuir a que le hicieran algún daño.

Aunque eso significara ir en contra de todo lo que le habían enseñado y más aún, que ganara el desprecio de su padre.

Y todo parecía ir bien, intentando aferrarse a los restos de la barrera interior al liberarla, hasta que ella había insistido una y otra vez en que le dijera la razón de sus acciones. ¿No podría entender que no había razones? O más específicamente, que no quería decirlas, porque todo era sentimental, todo lo hacía por ella, por su bienestar y no volver a verla llorar.

Había probado el elixir más delicioso con aquel pequeño roce que hubo entre sus labios, lo cual fue suficiente para agitar hasta la última célula de su cuerpo. Y más aún cuando ella se había quedado quieta, esperando que él acortara la distancia. Como aquel día en el Edén ¿era consciente de lo malditamente adorable que se veía esperándolo?

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