29.06.23
02:00 am y era como si el tiempo se hubiera detenido, con sus pequeños y profundos orbes explorando la anatomía del ajeno, memorizando sus tatuajes y sus lunares expuestos y sintiendo como cada detalle de su piel desnuda taladraba su mente, volcándose finalmente en su pecho en una revolución de emociones.
El silencio sepulcral le permitía despertar sus sentidos para escuchar su delicada respiración, casi como suspiros, casi como si ella a través de ellos pudiera conocer sus sueños.
La ligereza de sus dígitos paseaba por el contorno de aquel apellido teñido en su piel: Hunter, mientras sus fosas se deleitaban en el dulce y atrevido aroma de la habitación.
Siempre le pareció un apellido imponente, elegante y atractivo y para este punto no podía susurrarlo sin un toque lascivo entre sus labios, sabiendo que aquella combinación de letras le quedaba tan bien a su
físico y masculinidad, tan adictiva y de aura seductora.
Sin embargo, era inevitable que, al mirar sus duras facciones, pensara en lo fascinante que era tener a aquel amigo y primer amor de su infancia, convertido en el fiero amor que tan atada la tenía y era en esos escasos segundos, cuando su corazón abandonaba su cuerpo, en compañía de cualquier reacción química producida por la excitación.
A fin de cuentas, ella se había enamorado de aquel adolescente de dulces palabras tradicionales; se había enamorado de aquellas cartas que le prometían una taza de café y el calor de las mañanas y no de aquel hombre que le repetía cuan decepcionado estaba de ella, de sus errores y su humanidad, rompiendo su ya quebrado corazón cuando le gritaba que era una zorra sin sentimientos, ni valor.
¿Cuánto tiempo llevas despierta? - Murmuró un Edén recién espabilando, con una voz ronca y los ojos entrecerrados.
No he podido dormir - susurró tímida.
¿Y por qué no te vestiste o arreglaste la habitación? - Habló con recelo y un evidente toque de fastidio.
Pensé que podríamos dormir así, tú sabes que siempre me ha gustado dormir en tu compañía - dijo ya algo emocionada, pero aún alerta.
- Sabes que no, Venus. Las cosas no funcionan así conmigo y tú y yo no somos novios.
Pero, Edén, yo pensé que nostr... - fue interrumpida.
Tú nunca piensas, Venus y no existe un nosotros - Medio gritó, claramente ya molesto, perdiendo la paciencia de la que siempre había carecido.
¿Qué hice mal? Se preguntó a sí misma, triste, otra vez.
A veces sentía, que sin importar lo que hiciera, a él le molestaría y claro que tenía razón. Era como si aún odiándola, sintiera la necesidad de joderla aún más.
vístete rápido, te llevaré a tu casa - para ese punto, exclamó levantándose del lujoso lecho, mirándola aún recostada, aún con la tenue ilusión de que, en medio del comienzo de aquel arranque, suspirara y le diera un beso casto, como algunas veces sucedía, cuando entonces le ponía un reset a los problemas y nuevamente volvía a él, como un perrito fiel, ante la mínima muestra de afecto, como la perrita fiel que era (o debía ser), como Edén la llamaba.
Sí, cariño - habló la castaña, cuando lo vio poniéndose el bóxer negro que previamente ella misma le había quitado, resignada y sabiendo que de su parte no recibiría una partícula de arrepentimiento.
13 minutos habían pasado, cuando vestida y algo despeinada, estaba lista para abandonar aquel lindo cuarto. De alguna forma, ella se sentía ansiosa por llegar a su habitación y soltar las lágrimas retenidas, sin vergüenza, ni pudor, sintiendo cada vez aquella misión más imposible, si solo pensaba en cómo cuando trataba de acercarse, el pelinegro la evitaba, la alejaba y en el reflejo del espejo lo vio virar los ojos cuando sus miradas se cruzaron. Sentía que, en aquel encuentro, la única de intenciones sentimentales, ridículamente había sido ella.
¿vienes o te quedas? - La llamó desde el umbral
-Voy amor.
El resopló, de espaldas, tomando la perilla y, deteniéndose por un segundo, deteniéndose para reflexionar por un solo instante y girándose los 180 grados necesarios, para poderla mirar de frente, sabiendo por fin lo que había provocado.
La tomó por el rostro, acercándola a su cuerpo, aspirando la fragancia de su dulce shampoo, habló:
-Discúlpame, ¿sí, cariño?
Ella, sin rechistar, lo abrazó, permitiendo esconder todos sus sentimientos y las lágrimas rebeldes, en el cuello de su amante.
¿Te sientes mejor, bebé? - Le habló sutil, por primera vez en esa ya fría madrugada.
Por favor, no me dejes, yo te amo demasiado - le habló, esta vez, Venus, fue quien parló, volátil, afligida.
Jamás nos dejaremos, cariño, porque estamos hechos, el uno para el otro. - dijo cerrando su pacto en un dulce beso con el sabor del frío y el café.
Nuevamente, su corazón esta con él y ella, tranquila.
Para cuando estuvieron en la Duke del tatuado, rebasando el kilometraje permitido de la gran ciudad y mientras el viento producido por la noche y la rapidez traspasaba su cuerpo y ropa caliente, su mente lograba hundirse en los recuerdos que, al finalizar, la llevaban a flote, siendo como la droga que detonaba las emociones latentes de su palpitante ser.
Lo conoció en el punto culminante de su infancia, cuando los juegos de té dejaban de ser interesantes y todos a su alrededor ponían atención morbosa a las precarias clases de educación sexual. Ella entendía que no había prisa y tenía una vida entera para conocer del placer de enamorarse, pero, un segundo luego de verlo ahí, con su linda sonrisa, como un hechizo, quedó tumbada a sus pies y años después, en su cama, como su amiga, su novia y la mujer que, sin importar el desplante, seguiría ahí, porque de eso se trataba el amor para ella: demostrar que te quedarías sin importar lo malo, aceptando a esa persona y viéndolo día a día, como su salvador.
Y es que, eso era para ella, que solo lo tenía a él.
Ella le iba a demostrar que podía corregir sus errores, que era una persona merecedora de su amor, porque en el fondo, esperaba que aquel sentimiento continuara siendo mutuo.
Finalmente, con ese pensamiento decidió cerrar los ojos y disfrutar de lo que ahora esta viviendo, a su lado y no con lo que ya había pasado, ni lo que pasaría luego con el desastre que era su vida.
N/A:
Hola, soy Mar, la autora de esta historia.
Solo quiero aclarar que este capítulo piloto, es un climax en la historia, es decir, que a partir del siguiente (cap. 1) la historia se remontara tiempo antes y se desarrollará en orden cronológico (y con mayor duración)Aprovecho, para agradecer a quien decida leerla. Espero la disfruten tanto como yo escribiendola, y espero lo hagan desde un punto de vista maduro y objetivo. Agradecería mucho igual, cualquier tipo de interacción que me permita saber que les gusta.♡
Espero me puedan seguir, para conocer también, mis futuras historias, con estas y distintas tramas. Prometo ser constante.ʕ•ᴥ•ʔ
Besos.
~Mxr.♡
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La fractura de Dios
Roman pour Adolescents» Él es el ángel más puro jamás creado en el infierno al que me condenó el mirar tus lindos ojos. ❃― "Dí que me odias, antes de que vuelva arrastrándome a tus pies, por los pedazos de lo que alguna vez imaginamos que seríamos, pero que, por los plan...