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Han pasado más de dos semanas, Christian ha hecho lo que ha querido con mi cuerpo al igual que sus amigos.  No tengo permitido salir a ningún lado,  por lo que me la paso encerrada en mi habitación tratando de encontrar algo en que entretenerme.

Cada vez que me mira solo siento repulsión y asco.  He intentado comunicarme con Kate por un celular que una señora de limpieza que viene dos veces por semana me presenta.

Hoy cuando baje al comedor a la hora de la cena esa señora estaba de nuevo aquí, cada vez me voy convenciendo que ellos tienen algo,  yo como sin levantar la mirada de mi plato y sin hacer ningún ruido mientras ellos platican muy ánimados.

-Te sienta bien el matrimonio cariño.

-Encerio, pero preferiría una esposa más cooperadora.

Cuando dice eso puedo sentir como todo mi cuerpo se estremece. Desde hace unos días e intentado encontrar alguna manera de escapar pero Carlos un trabajador de la casa tiene órdenes de no dejarme sola en ningún momento, si hace bien su trabajo los domingos puede hacer conmigo lo que quiera.

Por lo que aventarme de la ventana que hay en mi habitación está empezando a ser una buena idea para terminar con todo esto.

  Estoy en una junta con Ross cuando Andrea entra a mi oficina anunciando que mi madre está aquí y le urge hablar con migo. Inmediatamente le pido que la haga pasar, cuando Andrea sale le pido a Ross que que me deje solo.

Llevamos unos minutos y encerrados en mi oficina y mi mamá solo se a dedicado a llorar, lo que está haciendo que me preocupe, cuando por fin se tranquiliza me pide ayuda para encontrar a una chica que se encontraba en uno de los orfanatos que apoyamos, y en dónde los trabajadores piensan que ella escapó, pero que ella piensa que en realidad le pasó algo.

➜For youDonde viven las historias. Descúbrelo ahora