Una hermosa castaña

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Año 849 / Cuartel general de la legión de exploración


Levi


El deber, en mis ratos de insomnio lo pienso, ¿en que momento deje todo atrás para entregarme al deber?.

Han pasado varios años en los que mi única compañera ha sido mi soledad, aún cuando pude cumplir mi tan anhelado sueño de salir de esa maldita madriguera en la que nací y crecí, ahora mi único salvavidas por elección propia, es justamente eso, el deber. Servir para ayudar a exterminar esas criaturas que nos han atormentado tantos años.

"- ¡Hermano confia en nosotros!

- Levi lo lograremos

-Tengo miedo, Farlan, Isabel

-¿De que?

-De que mueran."

Abro mis ojos con abrupto, levanto despacio mi cabeza, la cual estuvo apoyada en mis brazos encima de este escritorio, pestañeo algunas veces, y poso mis ojos en la ventana que está enfrente, puedo ver que aún está oscuro, pero por la tonalidad del cielo puedo deducir que falta poco para que amanezca.

No puedo evitar suspirar y llevar mis manos a mi rostro, me levanto frustrado pues me doy cuenta que apenas si dormí unas pocas horas como siempre, no deberia extrañarme, tampoco esas pesadillas que llegan a mi cerebro, esas que me muestran mi tortuoso pasado.

Camino a darme un baño, al menos tengo mi propio cuarto de baño y mi propia habitación, desde que me nombraron capitán todo mejoro, solo un poco, pero mejoro, convivir con los cerdos que son mis compañeros de la legión es un tormento, además lo menos que quiero es socializar con los demás.

Aun que al parecer Mike es el único que contra todo pronostico se gano mi confianza, pues estuvo a mi lado apoyandome desde la muerte de Isabel y Farlan hace ya varios años.

Una vez termino de bañarme me pongo el uniforme y me dispongo a revisar mi equipo de maniobras, un rato más y veo que ya está saliendo el sol. Ya listo salgo en busca de una taza de té en el cocina, al entrar noto que no ha bajado nadie, perfecto, así no tengo que hablar.

Busco y busco pero no encuentro mi té.

-¡Mierda!

-¿Te levantaste de mal humor? (Habla Mike con una sonrisa burlona en el rostro.)

-Ya no tengo té

-Siempre puedes tomar una taza de café

-Que asco, demasiado fuerte, por cierto, ¿qué haces aquí tan temprano?

-Ven sientate te contare

-¿Ahora que mierdas hiciste?

Tomamos asiento en una de las mesas que está lo suficientemente alejada de las otras.

-Al fin le dije a Nanaba lo que siento por ella.

-Me largo

-¡¿Qué?!, ¿No estas feliz por la felicidad de tu amigo?

-No me dejaste terminar, dije que me largo a dar saltitos afuera del cuartel para celebrar

-Levi, no te burles amigo, algún día te enamoraras y seré el primero en burlarme de ti.

-Tsk, pues espera sentado, no te vallas a cansar.

Ruedo los ojos mientras que cerca se escuchan unos pasos, cuando la rubia entra Mike casi corre hacia ella, ambos se saludan con un beso y se sientan en la mesa donde estoy.

Entre el deseo y el deberDonde viven las historias. Descúbrelo ahora