Pros y contras

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Hange

No puedo apartar mis ojos de los suyos, mi corazón se acelera a medida que mis nervios aumentan, me pregunto, en que momento me deje enredar por alguien como el, por esos grises que ahora se muestran vacios, un molesto bip me saca de mi trance.

-Deberias tranquilizarte Hange.

-¿Tranquilizarme?, ¿con esto?.

Sacudo mis muñecas para hacer más enfasis en mis palabras, el sonido de estas me causa escalofrios, aún así trato de no mostrar más de lo que se nota.

-No quería que salieras corriendo de aquí, estamos en un lugar desconocido para ti.

-Creo que hay pocas cosas desconocidas dentro de las murallas.

-Ese es el punto, no estamos dentro de las murallas.

-¡¿Qué?!.

Su confesión me sorprende y a la vez me aterra, mis manos comienzan a temblar y la maldita maquina sigue haciendo ese molesto sonido, mis ojos viajan a la ventana detrás de Kenny, puedo observar el cielo azul, sin nubes, ni murallas.

-Hange, enserio debes calmarte, yo te ...

-¡¿Calmarme?!.

Mi voz resuena en toda la habitación y el sonido de las cadenas chocando me recuerda el accidente, Kenny hace el intento de acercarse a mi, pero apenas da un paso lo detengo.

-¡No te me acerques!

-Hange porfavor, necesito que te calmes, yo responderé todas tus dudas, solo no hagas mucho escandalo, vendran las enfermeras y esto será un caos.

-¡Debes estar bromeando Kenny!, me traes inconsciente a este lugar, lo cuál es secuestro, me encadenas y ¿aún así pides que me calme?, ¡Estas loco!.

Veo la furia reflejada en sus ojos, camina hacia mi totalmente enfurecido, con ambas manos en puños, una vez llega a mi me sostiene la mirada, sus ojos iguales a los de Levi me dan el valor de enfrentarlo.

-Tienes razón Hange, estoy loco, estoy demente.

Kenny se acerca tanto a mi que puedo sentir su respiración sobre mi rostro, sus ojos me escanean, y por alguna razón mi cuerpo queda inmóvil, soy incapaz de hacer o decir algo, su voz llega a mis oidos como la más tétrica confesión, una confesión que esconde una promesa peligrosa y tóxica.

-Estoy loco Hange, me volví loco cuando descubrí que la persona de la que me enamore estaba de noviecita con una maldita rata del subterraneo.

-¡Dejalo en paz!.

-¡Yo le hablo como se me da la gana!, además.

-¡No!, basta Kenny.

Con lagrimas en mis ojos le suplico que me deje ir.

-Kenny dejame ir, llevame a ...

-¡¿Con el?!, no Hange, y si no te tranquilizas alargaras más tu estancia en este lugar.

Toma asiento a mi lado y con su mano libre me toma de la nuca para acercar mi rostro, sus labios están tan cerca de los mios y sus ojos no se apartan de mi.

-Quisiera poder cumplir con tu petición pero no puedo, al menos no ahora.

Siento que mi mundo se viene abajo junto con esas palabras, mis lagrimas siguen corriendo sin freno, un miedo me recorre entera al no saber que será de mi.

-¿Por que?, ¿por que me haces esto Kenny?.

-Te lo explicare todo, solo.

La platica queda suspendida cuando de pronto abren la puerta, Kenny se levanta y se aleja algunos pasos de mi, mira con recelo a la persona que acaba de entrar, me permito observar al intruso, es un hombre rubio, de ojos azules, una barba espesa cubre su rostro, no pasa desapercibida la sonrisa en el, mira a Kenny con diversión y ajustandose los lentes habla.

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⏰ Última actualización: Sep 29, 2023 ⏰

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Entre el deseo y el deberDonde viven las historias. Descúbrelo ahora