Advertencia: spoiler del manga
Siete años con nueve meses después...
Kuroo era un entrenador de un reconocido equipo de Vóley. Kenma era influencer, ceo de una empresa y seguía jugando videojuegos. Ahora vivían juntos en una gran casa. Había dos razones para eso: Que se seguían amando por lo que separarse no estaba en sus planes y que se morirían sin el otro. Kuroo por emocionalmente dependiente y Kenma por fisiológicamente dependiente. Kuroo se encargaba de darle comida, incluso en la boca cuando jugaba por cuarenta y ocho horas seguidas para sus streams o por que sí. Le recordaba que tenía que bañarse, lo peinaba, cambiaba... y demás. Kenma le daba su amor a Kuroo, lo apoyaba en todo y le daba su dinero... Por razones de la vida él ganaba más que su pareja, pero el dinero no le importaba así que lo que ganaba lo administraba Kuroo, patrocinaba a su mejor amigo Hinata y el resto era para que Kuroo se hiciera cargo de la casa, de las compras, de él y lo siguiera consintiendo a cada rato. Ropa, juegos, comida, nada le faltaba y no debía preocuparse por eso... se sentía cómodo con su vida y Kuroo de igual manera... Los comentarios de que Kenma era una carga no eran ciertos. El cuidarlo demandaba a lo mucho cuatro horas al día que de igual manera pasaría con él cuando no estaba trabajando. Ambos hacían lo que querían, tenían todo lo que querían y no se preocupaban por dinero. Era su vida ideal, especialmente porque seguían juntos. Cuando habían partidos en otros lugares Kenma iba con él; porque aunque el pudín supiera cocinar lo básico, Kuroo sabía que se iba a olvidar de comer. Por lo que una vez al mes dejaba los videojuegos por unos días y se iba a apoyar al equipo de Kuroo y a él. Además de conversar con Hinata ya que usualmente se lo encontraban por ahí.
Sorprendentemente las mamás y la familia de ambos no se sorprendieron cuando ellos les dijeron que eran pareja. Es más... ellos creían que habían sido pareja desde los once y doce respectivamente cuando recién habían empezado a los dieciséis y diecisiete.
Ahora estaban en un hotel en Tokio por una convención de videojuegos a la que habían invitado a Kenma. Él estaba jugando en una consola y Kuroo lo tenía abrazado por la espalda. Era una de sus posiciones favoritas para jugar. Salvo cuando Kuroo se ponía meloso y empezaba a darle besos en el cuello.
Ku: Kitten... ¿No me quieres dar amor? – Kenma no respondió - ¿Kitten? – Había pasado de nivel y antes de comenzar el siguiente se giró para besarlo. Kuroo se dejó caer en la cama y con eso Kenma cayó sobre él soltando la consola para no aplastarla y poniendo sus manos a los lados de la cabeza de Kuroo. Sí, tantos años de jugar le habían dado buenos reflejos.
Kuroo bajó las manos al trasero de su pareja y lo apretó. Kenma sabía lo afortunado que era de tener a alguien como Kuroo en su vida. Él se había hecho cargo de todos los preparativos para el viaje, se hacía cargo de todo y no se aburría de él. Incluso seguía igual de musculoso y fuerte que siempre con el plus que estaba más grande ahí abajo. Y como dicen: "La práctica hace al maestro" En esos casi ocho años de relación habían practicado mucho, Kuroo había desarrollado muy buenas habilidades en el sexo y aprendido todos sus puntos dulces.
Ku: Jajaja... hoy se cumplimos nuestro octavo aniversario. ¿Podrías dejar la consola un rato? Mañana vamos a ir a la convención y vas a poder ver y jugar mucho... concéntrate en mí hasta que lleguemos a la convención.
Ke: Esta bien Tetsu – Lo abrazó y se recostó en su pecho – Oye... sé que no soy el mejor novio del mundo, que a veces no te presto atención y muchos creen que solo te doy trabajo... y es muy cierto... pero quiero que sepas que te amo... y que figurativa y no figurativamente sin ti me muero... Te amo Tetsurou Kuroo – A Kuroo se le cayeron unas lágrimas al escuchar eso... era algo muy extraño en Kenma decir todo eso y le había tocado el corazón -
Ku: Yo también te amo Kozume Kenma. Te amo mucho... - Se paró de la cama de improviso dejando al chico confundido. Buscó en una de sus sudaderas y sacó una pequeña cajita – Pues... pensaba hacerlo en otro lugar pero no quisiste ir al restaurante conmigo... y el servicio a la habitación aún no llega... y creo que es un buen momento... - Se arrodilló - Kozume Kenma, has sido mi compañero toda la vida y quiero que lo sigas siendo... y aprovechando que vamos a ir en dos meses a Estados Unidos por otra convención y ahí si nos podemos casar. ¿Quieres casarte conmigo?
Ke: ¿Por qué si quiera lo preguntas? Sí ¡Si quiero casarme contigo! – Se paró a abrazarlo con pequeñas lágrimas saliendo de sus ojos. Ni siquiera sabía porque lloraba ¿Era de felicidad? Si era así era la primera vez que le pasaba – el pelinegro le puso el anillo en el dedo anular izquierdo - Kuroo... gracias... te amo... - El anillo era de oro rosa con tres diamantes incrustados, el del centro era más grande y en general le gustaba mucho. Kuroo se paró y lo cargó en brazos a la cama.
FIN
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Siempre juntos - Kuroken
HumorKuroo y Kenma siempre han estado juntos. De modo que Kenma ya ha dado por sentado que siempre lo estarán. Sin embargo, un mal día - Según Kozume - una chica le pide ayuda para entregarle a Kuroo una carta en la que ell declara su amor. Esto lleva a...