A Stella Grant le gusta tener el control, a pesar de no poder dominar sus propios pulmones, que la han tenido en el hospital la mayor parte de su vida. Desde los seis años, su vida ha sido un ir y venir entre su casa y el hospital, viendo a lo lejos cómo la gente de su edad vive lo que se tiene que vivir siendo una adolescente sana, algo que impide el defecto que tiene en sus pulmones. Por ello, Stella necesita controlar su espacio para mantenerse alejada de cualquier persona o cosa que pueda transmitirle una infección y poner en peligro su trasplante de pulmón y alcanzar ese sueño de viajar por el mundo y de sentir más allá de un miedo constante. Dos metros de distancia. Siempre. Sin excepciones. En cuanto a Will Newman, bueno, no es para nada como lo vive Stella. Lo único que quiere controlar es cómo salir de este hospital. No le importan sus tratamientos, o si hay una nueva medicación en ensayo clínico. Pronto cumplirá dieciocho años y podrá desconectar todas estas máquinas, alejarse de su madre obsesionada con encontrar una cura a una enfermedad que poco a poco lo va a ir matando. Desea ser libre, no solo ver los hospitales de cualquier rincón de este planeta. Will y Stella no pueden acercarse. Solo con que respiren cerca, Will podría provocar que Stella perdiera su puesto en la lista de trasplantes y arrebatarle toda su oportunidad de vivir. La única forma de mantenerse con vida es mantenerse alejados. Pero los dos, de manera inesperada, se enamoran. Y quizás la lejanía resulta más dolorosa que su enfermedad.
Es posible que, como yo, al leer esta sinopsis viajéis en el tiempo hasta ese momento en el que aparecía un autor, John Green, firmando una novela que removió los corazones de todo el mundo: Bajo la misma estrella. ¿Quién no conoce la historia de Hazel y Gus? A dos metros de ti, aunque camina más o menos por la misma vía, se aleja de esta historia para contar la suya propia, un estilo menos metafórico, sí, pero igual de impactante y necesario. Rachael Lippincott hace un trabajo excelente, junto a Mikki Daughtry y Tobias Iaconis, de enseñarnos lo que es la Fibrosis Quística, todo lo que hay a su alrededor, a través de dos casos muy diferentes, el de Stella y el de Will. Narrado con capítulos alternos entre los dos, éste no es un libro hecho para el entretenimiento. Es un libro hecho para concienciar y comprender una realidad que vive una parte de nuestra sociedad.
La historia empieza con bastante sencillez: Stella vuelve a estar en el hospital, su segunda casa, después de una leve preocupación que la separa, de nuevo, de su familia y de sus amigas. Sin embargo, esta vez es diferente porque Will está empeñado es ser arrogante, un presumido y un despreocupado sin sentimientos. Así, entre una relación que va a ir creciendo poco a poco caminando sobre un manto de esperanza, oportunidades e infundiendo esa sensación de seguir luchando por tu propia vida, el libro va a ir avanzando de manera ágil, con escenas que te sacan alguna que otra sonrisa, conociendo términos médicos y ahondando en una enfermedad mortal como es la Fibrosis Quística. Sin olvidar jamás la seriedad y la peligrosidad que hay en relación a esto, ésta es también la historia de Stella y Will juntos, de alguna manera, siendo entre los dos un apoyo diario, aquel o aquella que sigue dando un paso más para el otro, un romance que abre un nuevo manto de deseos, sueños y oportunidades que vuelve a incidir en la cruda realidad de las personas con una enfermedad como la que tienen Stella y Will. Puede parecer un libro sencillo, pero no lo es. Es complejo, duro y realista. Es de esos en los que parece que todo es felicidad, y van bien las cosas, que te deja pequeños y preciosos detalles para que, mientras Stella y Will se enamoran, tú también lo hagas de ellos. Es de esos libros por los que quieres más, seguir leyendo pero a la vez temiendo hacerlo porque sabes que se va a acabar y no quieres por todas las sensaciones que te está dejando. Es de esas historias que vas a querer releer más de una vez y que incluso, al cabo de tres días de finalizarlo, te llama para que vuelvas a abrirlo y empezarlo. Al menos, ese es mi caso. Por supuesto, creo que no es un libro escrito para todos y todas. Pero sí de esos que tendrían que ser leídos por todo el mundo. Por lo que transmite y lo que quiere enseñar, por estar entre personajes que se convierten en tus amigos y por los que te preocupas, porque en un momento estás sonriendo y, al cabo de poco, estás llorando. Porque la vida es así y este libro, con su estilo limpio, directo, con una historia tierna, dulce y dura, y unos personajes inolvidables, está empeñado en que tengamos esto muy en cuenta todo el tiempo.Creo que A dos metros de ti debería de anunciarse y venir con un paquete de pañuelos bajo el brazo, no sabéis la de emociones que he podido tener mientras leía el libro. Ese ha sido uno de sus grandes puntos fuertes, el ser capaz de transmitir tanto en menos de trescientas páginas. Dolor, ilusión, superación, alegría, tristeza, esperanza. Ésta es la clase de libro que necesitamos hoy en día. Creo que el libro, aunque tiene la Fibrosis Quística como tema central, va más allá. muestra las primeras experiencias, el llamado primer amor, volviendo a perecer como algo que te da mucha fuerza para seguir andando, algo que te demuestra que existen cosas por las que seguir viviendo. Puedes estar completamente destrozado por dentro, pero teniendo a alguien de tu lado todo se hace más fácil. Es también una historia de duelo y de, como he mencionado, superación, de dejar el pasado atrás y concentrarte en el presente, de pasar página. Es de levantar la cabeza y no agacharla jamás. Es de vencer esos obstáculos que nos encontramos diariamente desde que nos levantamos. Es de ser paciente, disfrutar de los pequeños detalles y de ser muy valiente, de sonreír a pesar del horror que estás viviendo. A dos metros de ti es la historia que nos acerca a algo muy desconocido para quienes, afortunadamente, no hemos tenido que vivir algo así, ni en nosotros ni en nadie cercano: la Fibrosis Quística. Sigo hablando desde el desconocimiento, no tengo los datos suficientes como para juzgar la manera en la que tratan el tema en este libro, pero he podido conocer opiniones de gente que sí padece Fibrosis Quística por redes sociales y creo que, si hablo por ellos y ellas, si os diría que Rachael Lippincott ha conseguido acercarse bastante bien a la realidad. Un mundo médico muy detallista, con esos aparatejos por todos lados, medicamentos, todo el procedimiento y reglas que hay que seguir, eso de los dos metros de distancia, el estar con guantes y mascarilla casi todo el rato, el no poder tocar, por nada del mundo, a otro paciente, sea tu amigo o no, que tenga FQ, lo difícil que es estar en una lista de trasplantes y lo fácil que es salir de ahí. Stella y Will son ficticios, pero su historia es verdadera para miles de personas en todo el planeta. Lo mejor de todo esto que no, no se romantiza la enfermedad. Desde el primer momento se es bastante estricto con eso, mostrando la realidad de la manera más cercana y cruda. Se romantiza la unión y el efecto que crece entre dos adolescentes que, como tal, se enamoran. Y, con ellos, se aprende lo que es el verdadero significado de sacrificar lo que más quieres para conseguir el bien.
El segundo punto fuerte que tiene este libro son sus personajes, tanto principales como secundarios. Todos son chispeantes, tienen sus luces y sombras, tienen voz y personalidad. Stella es genial, una chica que agrada desde el primer momento. positiva, es irónica, usa el sarcasmo hasta en los vídeos que sube a YouTube. Intenta ayudar a todo el mundo, tiene sueños que quiere cumplir algún día, no se rinde y, aunque en su pasado hay un dolor tremendo, y aunque no quiera abrirse del todo para que nadie más vuelva a dañarla de esa manera, lo hace y es espléndida. Es divertida, inteligente, y no me extraña que Will se enamore de ella. Éste, al principio, puede parecer un completo idiota. Un chulo, de esos que pasan de todo y de todos pero que, en realidad guarda un corazón blando y bondadoso. una máscara que usa diariamente, poco a poco se va rompiendo y tenemos a un Will que también se llevará tu corazón. Es atento, detallista, un buen amigo. Tiene miedo y es normal, puede que tenga un carácter demasiado fuerte, un sentimiento de desesperanza, una boca directa y clara, pero es un personaje que lucha interiormente a su manera, que por dentro se derrumba a lágrima viva pero que también tiene esa parte que está deseando salir de allí para vivir de verdad. Son dos personajes muy difíciles de olvidar y que voy a recordar siempre con mucho cariño. En cuanto a los personajes secundarios, no sé cómo lo han hecho, pero también se sienten. Cada uno y una de ellos te da algo para que sigas riendo con ellos, se te encoja el corazón cuando pase algo, te enfades y luego les perdones. Son muy visibles, pisan fuerte en la historia y no son meros monigotes.En resumen, A dos metros de ti es un libro que recomiendo a todo lector y lectora. Una historia que te hace pasar por una auténtica montaña rusa de sentimientos, inspira fuerza y lucha, te acerca a una realidad dolorosa y te conciencia sobre un tema muy duro, donde sus personajes, en un intento de ser adolescentes, harán que la historia esté siempre en tu cabeza.
4.5/5
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Reseña de "A Dos Metros De Ti" - Rachael Lippincott
RomansaHola, como andan? Hace mucho que no subía una reseña así aquí tenéis una. Intentare subir otras más :) PD: Este libro NO esta en WATTPAD y además tenéis una película en Netflix sobre este libro. Espero que os guste :)