"TU Y YO SOMOS UNO"
Libro dedicado únicamente a puros one-shot de advanceshipping, de todo tipo.
Amor, traición, alegría, tristeza, reencuentro, cosas bellas o cosas estúpidas, entre otras.
A veces las ideas serán muy descabelladas y otras muy poéti...
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En el mundo hay muchos chicos distraídos, pero ninguno como el chico de pueblo Paleta.
Cuando se llega a cierta edad, (más siendo probable la adolescencia), los niños dejan de mirar a las niñas como monos piojosos y se empiezan a fijar más en ellas, igual viceversa.
Aunque, tal parece ese no era el caso Ash. Podría ser un gran entrenador pokémon y lo que quieras, pero un completo tonto en el tema del amor.
Sí, era cierto, las chicas si le llegaban a atraer y formar grandes lazos con ellas, pero, no llegaba a tanto.
Y tampoco es que el se preocupara tanto por ese tema.
Eso era de ley, hasta el día en que se reencontró con la princesa Hoenn, conviviendo día a día con esta, contándose entre sí las bonitas y malas experiencias que han tenido.
Lindo, ¿No?
— Ok Ash, —se decía para si mismo— tranquilo, quizá sean solo las pequeñitas horas de sueño faltantes por las que estas así.
El azabache estaba consternado a lo que pasaba, o más bien, lo que sentía.
Como dije en un principio, el no era un experto en el amor, por lo que esto de los sentimientos no era su fuerte.
— Sip, jaja, debería dormir un poco, seguro que mañana se me pasa.
El chico traía los nervios de punta, no sabía porque, tenía una leve idea, y eso era lo que lo traía loco.
Al siguiente día tendría una salida con la castaña, pero esta no era como las demás, esta la sentía diferente, de una u otra forma.
"Quisiera que fueras al restaurante de aquí en la esquina, a las 5 en punto, se puntual por favor Ash, necesito decirte algo importante"
Esas fueron las palabras de su amiga, y moría de curiosidad de saber que sería.
— ¡Ay, no puedo dormir! ¿Qué tal si si... Lo hace? —la loca idea que traía rondando en su cabecita era el que May se le fuera a declarar, sí, completamente lógico, ¿por qué no?— ¿Y qué que digo? O sea, si es linda, amable, cariñosa, divertida, una gran chica, pero... —créanme si les digo que podría seguir por horas— ¡Ay, demonios!
Se paró de nuevo de su cama y agarró un vaso de agua cerca de ahí. Volviendo a hablar consigo mismo.
— Es solo que... Siento raro, un sentimiento raro, que nunca había sentido, que nunca nadie me hizo sentir, ¿Qué rayos me pasa?
