Wʜᴀᴛ ᴋɪʟʟs ɪs ɴᴏᴛ ᴅᴇᴀᴛʜ, ʙᴜᴛ ʙᴀᴅ ʟᴜᴄᴋ (AU MDZS/WenRuoHanxOC) [TERMINADA]

Episodio II: Convertida en una guardería andante

Semanas más tardes y con energías renovadas en su cuerpo casi desnutrido. Después de desayunar, a Zhai Wei se le permitió salir del Palacio del Sol. Ella con la guía de un guardia, paseó por la ciudad de Qishan curioseando en los puestos y comprando cada cosa que viera. En realidad, cada vez que algo llamaba su atención su acompañante pagaba por ello y lo añadía a sus compras. Zhai Wei no tuvo voz ni voto para negarse puesto a que el hombre estaba bajo el mando de su Líder de Secta o algo parecido.

—Su Excelencia la dejó bajo mi cargo, y me ordenó que si la Señorita Zhai deseaba algo no escatimara en gastos. —dijo con tanta pasión, y Zhai Wei no halló en sí misma razón para desalentarlo. Menos cuando estaba siendo tan amable. Así que, dejó que él hiciera lo que quisiera pero intentando no hacer notar mucho su interés por cualquier cosa.

Le parece divertido y a la vez tierno cómo los Wen se preocupan de ella, y piensan que Zhai Wei no se da cuenta; ha tenido la oportunidad de pasar tiempo con el pequeño Wen Xu, logrando nivelar un poco su mentalidad sádica que por alguna razón había desarrollado el niño; hasta el momento, no comprende qué tipo de régimen sigue la Secta Wen o cómo se instalan realmente en el mundo además de ser la más 'respetada de todas'. Nunca tuvo curiosidad de preguntar al respecto, ya que jamás han sido descorteses o indiferentes con Zhai Wei.

No la malentiendan. Sus muchas reencarnaciones le permitieron saber leer a la gente, poder detectar sus malas intenciones y si están armando planes o algo parecido; hasta el momento, su comportamiento ha sido genuinamente sincero. De hecho, hasta las maestras de Wen Xu, como heredero, le han agradecido por suavizar el temperamento de su Joven Maestro.

Lo que la tiene con mucha intriga, es que prácticamente la tratan como si fuera de la realeza; al quinto día de vivir en el Palacio del Sol la trasladaron de habitación, situándola cerca de los aposentos del Líder del Clan. De hecho, Wen RuoHan le designó dos damas personales que se encargan de, literalmente, mimarla. La bañan, hacen el aseo de su habitación, la visten, le lavan su ropa, la invitan a comer con los miembros del Clan, entre otras cosas.

Zhai Wei tuvo que rogarles que esta vez le permitieran vestirse por sí misma para poder salir, y tanto Lingshui como Xiaodan, sus damas de compañía, accedieron a regañadientes. ¡Casi lloraron cuando Zhai Wei les insistió que no necesitaba ayuda para atenderse a sí misma!

Ellas se sintieron como si no sirvieran para nada. Pero Zhai Wei les mostró que no necesariamente debían atenderla para ser útiles. Entonces, les mostró otras cosas que podrían hacer por ella en su ausencia y quedaron felices.

Otra cosa curiosa es la meditación. La sanadora Wen Baozhai, que está a cargo de su salud desde que llegó; le propuso que su mejor tratamiento sería la meditación para ayudar a fortalecer cierta cosa que llamó núcleo dorado. Pensando que era algo común en este mundo, no le preguntó nada; ahora, realmente la llena de curiosidad. Quizás pase por la biblioteca y le pregunte a Wen Yingtai, una especie de bibliotecaria de Qishan, al respecto.

Los libros que posee esa Secta jamás los había visto antes.

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En medio de su visita a un puesto de telas para túnicas nuevas, la Joven oyó algo que le desagradó en su totalidad; a tal punto que Zhai Wei tuvo que ser sostenida por Wen Ping, su acompañante, para no lanzarse encima del sujeto que estaba echando a gritos y tirones a un niño de la posada.

—¡Sin pago, no hay servicios mocoso!

El niño tenía sus ojos bien abiertos. —¡Pero baba y A-Niang dijeron que A-Ying tiene que esperarlos aquí!