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─ ¡Muchas gracias! Vuelva pronto ─ dijo con entusiasmos el chico, mostrando una de sus mejores sonrisas que da a los clientes. Dando una pequeña reverencia, escucha el pequeño tintineo de la puerta, indicando que el hombre, que momentos antes estaba junto a él, se había retirado del local.

Al percatarse de que se quedó completamente solo en el lugar, su sonrisa se desvaneció, quedando en una simple y fina línea en sus labios. Sus ojos empezaron a divagar por el lugar, no hay gente en el local al ser altas horas de la noche, por lo que podía relajarse un poco antes de que llegue algún nuevo cliente o su compañero de trabajo.

Alza los brazos, estirándose para poder aliviar el leve dolor de espalda que estaba sintiendo al estar parado por varias horas. Mueve un poco la silla que está a su costado y se sienta. Da un suspiro, busca su celular en el bolsillo de su pantalón para sacarlo, lo prende para poder fijarse en la hora y ver cuánto le faltaba para poder retirarse del lugar.

No pudo evitar sonreír al ver que le faltaban menos de veinte minutos para largarse e ir con gran entusiasmo hasta su amado departamento. Al guardar su celular pudo escuchar de nuevo el tintineo en la puerta, alzó su mirada listo para saludar a un nuevo cliente. Pero en vez de ver a alguien completamente desconocido entrar al lugar, vio a su compañero de trabajo.

─ Oh, buenas noches Tsukishima ─ dice el chico, sonriendo mientras ve a su compañero caminar hasta el mostrador.

─ Buenas noches, Takemichi ─ dice con leve cansancio, se pueden notar las leves ojeras que empiezan a aparecer por debajo de sus ojos. ─ Odio el turno de noche ─ la frustración llegó a los oídos de Takemichi.

Solo sonríe, escuchando como su compañero se empieza a quejar por la mala distribución de los horarios que da su jefe y el poco pago que da por las horas de trabajo que hacen. El chico deja sus audífonos en el mostrador, sentándose en la silla donde minutos antes se encontraba Takemichi.

Después de colocarse su chaqueta y la bufanda para abrigarse del frío de la noche, Takemichi se despide de su compañero y sale del local.

Camina por las solitarias calles iluminadas por las luces artificiales de los postes. Su mirada se dirige lentamente hacia el cielo después de detenerse en una esquina, las estrellas no logran acompañar a la luna la noche de hoy, dejándola solitaria en lo alto del cielo.

El sonido de una notificación lo desconcertó por un momento, toma su celular y lo prende. Notado un par de notificaciones que no habia logrado revisar antes por la llegada de su compañero.

Un par de mensajes de WhatsApp que responderá cuando llegue a casa, algunos vídeos de YouTube y una notificación que llamo por completo su atención.

No puedo evitar sonreír y soltar un par de risitas de la emoción.

Después de tanto tiempo, su novela favorita por fin había actualizado.

'El despertar de la pasión' una novela de clasificación R, con una variedad de personajes masculinos que le encantaron y un bella protagonista que le había robado el corazón. Junto a unas cuantas escenas que le hacían sentir nervioso y lo hacían dejar de leer para poder pasar la pena del momento.

Una de la razones principales por las que leyó esta novela fue por un personaje en específico. El villano. Un chico que contaba con su mismo apellido y nombre, Hanagaki Takemichi. Alguien realmente desagradable para la alta sociedad y que había ganado el odio de mucha gente por culpa de sus acciones hacia los demás y las constantes súplicas por salir con la protagonista. Pero para él, el villano era una pobre alma que había sufrido por culpa de la gente.

Él no creía que todo hubiera sido culpa del chico, quizás, si lo hubieran tratado mejor, él no hubiera sido aquella persona tan desagradable.

Dio un suspiro, aprieta la notificación para llevarlo rápidamente a la app, cargando rápidamente la lectura y las imágenes.

El duque intocableDonde viven las historias. Descúbrelo ahora