I. A París

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Capítulo I.

Benjamín Kirbyn Tennyson, un joven adolescente de diez y seis años de edad, cabello castaño ondulado, ojos color verde como esmeraldas, piel blanca, portador del arma más poderosa del universo, de la galaxia entera, el onmitrix, creado por la mente más grande casi de todo el universo, Azmuth el galván. También  nieto del prestigiado y honorable Max Tennyson.

El castaño junto a su compañero-amigo-socio ravoniano Rook Blonko, un alienígena del planeta Ravonnah, estarían terminando de patrullar por calles de Bellwod y por el bajo "mundo", un barrio en donde se reunen distintas especies y razas de alienígena para el libre comercio y choques culturales. Fueron llamados desde la base para que regresen ya que el abuelo Max debe de informarles de algo importante.

Rook le iba comentando lo que realizaría durante el fin de semana, mientras que el oji-verde observa través de la ventanilla del proto-camión, con sumo aburrimiento a lo que dice su compañero.

Al llegar hasta una tienda, ingresarian por la puerta frontal caminando, ambos compañeros se dirigieron a la parte de atrás, en donde se hallan productos especiales para la plomeria, pero aunque en realidad es una fachada de lo que ellos son. Los plomeros, policías galácticos. Ben acciono una llave inglesa del doce, al moverse se mostraría un ascensor donde los llevarían directamente a las verdaderas instalaciones.

Ben junto con Rook caminan por los pasillos del lugar, hasta que los ojos del joven Tennyson divisaron dos siluetas que le resultó familiar.

Una de ellas tiene el cabello rojizo anaranjado, los mismos color de ojos que el castaño, es la joven Gwendolyn, su querida prima. A un lado de ella se encuentra un muchacho alto musculoso de dieciocho años de edad, cabellos negros, sus ojos también de negros como la noche misma, el novio de su prima Kevin Levin, también conocido desde la entrada de la pubertad como Kevin 11.

Los tres al verse de nuevo, después de casi cinco meses sin verse, se dieron un enorme abrazo. El cual no duró mucho tiempo, ya que los cuatros fueron llamados por el abuelo Max.

Los cuatros, sabiendo desde un principio como es el mayor, de seguro se encontraría en la cocina, preparando su famosa comida. Ben, Gwen, Kevin y Rook en lo caminan hasta llegar al lugar se ponían al día, en lo que la pelirroja y el pelinegro estuvieron ausente.

Rook, cuando los chicos mencionaron o más bien opinaron sobre la comida del Magistrado Tennyson, que según en palabras del ravonniano, es una exquisitez, que no muchos saben apreciar el arte culinario del mayor. Claro obvio ésta si te gusta digustar gusanos aún convida. A Ben y Gwen sintieron como le recorrió un escalofrío, al mismo tiempo, desde la punta de la espalda baja hasta su nuca al recordar aquellos días que pasaron en el camper.

Cuando apenas los cuatros cruzaron la entrada del lugar, el oji-ambar corrió rápidamente donde hay olla puesta en el fuego en su punto de ebullición. Rook destapo la olla para asomar la cabeza dentro de está y sentir el delicioso aroma que larga. Tanto oji-verdes como oji-negro se les puso la cara verde ante la acción del ravonniano. El olor que larga esa cosa es indescriptible y asquerosamente horripilante, ni hablar del color que posee, pero para los alienígenas es un manjar caido de los cielos.

-Ben.- llamó el oji-ambar.- prueba esto, huele espectacular.- dijo con total emoción en su mirada.

-en otro momento será.- se disculpó asqueado sujentando se de el estómago con una mano y con la otra se cubrió la boca tratando de contener las náuseas. Gwen y Kevin miraron para otro, no quieren ser incluidos en el tema. Rook simplemente se encogió de hombros, y se concentró  en observar dentro de la olla viendo una extraña textura que se iba formando, pero para sus ojos se ve realmente suculento.- viejo eso no es para nada sano.- se quejo el pelicastaño, a Rook lo miro para querer diferir de la opinión de su compañero. A lo lejos se escucho una voz mayor, un hombre de cabello blanco ojos azules, lleva puesto una camisa hawaiana de color roja con flores amarillas, en manos traían un especiero de múltiples especias.

-No le hagas caso.- habló con serenidad el oji-azul.- Rook, la comida aun le falta, pero mientras.- cambiando su semblante amable a uno totalmente serio.- ya que los cuatros se encuentran aquí les tengo que anunciar algo que no le va a gustar para nada.- dejando el especiero sobre la mesada.

El abuelo les indicó para que los acompañe al área de seguridad, el lugar tiene grandes pantallas y en ellas se ven otras áreas de las instalaciones el abuelo se acercó a uno de los agentes para decirle algo, y al instante en la pantalla se reproducía como una bestia gigantesca se infiltra en el lugar para hacer estrago y ponía a todos en estado de alerta fueron a combatir a la bestia gigantesca.

Al cabo de unos minutos después la bestia aprovecho el descuido de uno de los plomeros y la bestia rompió la celda de un preso en específico. La persona en cuestión que acaba de escapar, los cuatro miraron la gran pantalla viendo como el hombre escribe algo en un cartel "Nos vemos".

-El doctor Animus.- pronunció los labios del castaño con enojo.

-Así es Ben.- hablo calmado el hombre mayor.

-¿hace cuánto fue?- preguntó a cambio el menor.

-Hace menos de quince minutos.- respondió el ravonniano mirando la pantalla cuidadosamente. El magistrado asintió la cabeza en total afirmación ante lo dicho por el oji-ambar.

-¿por qué  no lo atraparon todavía?- ésta vez fue Gwen quien hablo.

-Está en París.- todos quedaron asombrados por lo que acaba de decir el mayor.

-¿y eso que tiene ver con nosotros?- preguntó el pelinegro señalandose a si mismo y a su novia.

-Los cuatros tendrá  que ir a París a buscarlo.- dijo firmé el abuelo. Los cuatros se miraron entre ellos sin entender nada

-¡¿QUÉ?!- unisono.






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