El nuevo futuro

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-¡OYE IDIOTA!¡CONCENTRATE!

El grito del cenizo lo volvió a la realidad, sujetó fuertemente los látigos negros en sus manos, reafirmando el agarre y logrando inmovilizar al sujeto de gran tamaño mientras Shoto deslizaba hielo bajo los pies de este hasta las rodillas, aveces los quirks no son bien aprovechados.

El sujeto cayó y volvió a su estado normal, tras haber transcurrido el tiempo de gigantismo, la policía se encargó de arrestarlo mientras ellos debían de esperar para dar su versión de lo sucedido mientras los periodistas intentaban acercarles los micrófonos a sus rostros en busca de declaraciones.

-Felizmente no hubo heridos...-Suspiró el bicolor-Debo volver a la agencia ¿ustedes se encargan?

-Tsk, claro pero primero dile a ese idiota que deje su teléfono antes que yo mismo se lo haga explotar.-Dije señalando a sus espaldas.

El bicolor miró sobre el hombro del cenizo, encontrándose efectivamente con el peliverde, quien miraba atentamente su teléfono de manera horizontal.

Soltó un suspiro y se acercó a su amigo mientras el cenizo se acercaba a los oficiales.

-¿Qué es lo que ves?-Preguntó curioso haciendo sobresaltar al pecoso de la sorpresa.

-¡Todoroki!...que susto-Suspiró aliviado, tocando su pecho-S-solo las noticias-Dijo mostrando su teléfono

Un accidente había ocurrido en Kōfu casi al mismo tiempo de lo que ellos se encargaban del villano, desastre natural, por fortuna había héroes en la zona, cuales actuaron rápidamente, reportaban algunas personas con leves heridas por culpa de la zona rocosa pero fuera de ello no hubo más víctimas.

Shoto al ver el motivo bufó y embozo una sonrisa en su rostro, entendiendo ahora sí el porque su amigo estaba tan metido en el teléfono.

-Estara bien, no seas paranoico, mejor ayuda a Bakugo antes que golpee a alguien o explote tu teléfono.-Dijo tocando el hombro ajeno y sonriendo levemente para después despedirse y salir de la zona .

Él miró su teléfono una vez más y apretó el aparato en sus manos, la reportera hablaba sobre el suceso pero no mostraban más allá de la ambulancia cerca, los nervios lo carcomía de pies a cabeza, era inevitable no sentirse así, no después de que la marca en su glándula de olor dolería en pleno trabajo indicándole que algo había sucedido con su pareja.

Soltó un suspiro e intentó mantener su mente positiva, todo debía de estar bien, no había nada de que preocuparse ¿Verdad?

Después del reporte y las regañadas por parte del omega cenizo, puedo volver a casa.

Frotó con suavidad su marca antes de entrar, tomó un fuerte bocado de aire e ingresó a su apartamento y caminó por el interior.

-¿Tomura?

El susodicho apenas oyó su nombre y asomó su cabeza desde el interior de la habitación en la que se encontraba e Izuku soltó un suspiro de alivio al verlo, se acercó rápidamente a él y lo abrazó fuertemente.

-¡Oye! No aprietes demasiado-Se quejó el Omega golpeando la espalda de su pareja, aveces deseaba que el tiempo no hubiera avanzado, extrañaba poder rodearlo con sus brazos, su Alfa había crecido durante los años que estuvieron separados y a su vista no fue muy notable hasta que lo tuvo frente a frente.

De por sí, su sentencia iba a ser cadena perpetua pero por muchas razones acortaron el plazo y su buena conducta logró sacarlo antes de tiempo del agujero en el que estaba.

-Lo siento ¿Tu estas bien?¿No te lastimaste? Me tenías preocupado, la mar..-Lo había tomado del rostro para examinarlo y eso fue aprovechado por su pareja que estiró su rostro para darle un corto beso.

Mi OrgulloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora