EL JARDIN DE LOS MUERTOS

1. El reencuentro

Nublado, ese día era nublado y aburrido como todos los anteriores.

Ya habían pasado 2 años desde que fui detenida y la verdad que fue lo mejor que pudieron haber hecho porque para que mentir, no me hubiera detenido porque personas como yo necesitan de otras para satisfacerse.

1,2,3 no habían sido suficientes, era como una droga, una vez que empiezas no 'puedes parar.

-mire a la cámara y responda las preguntas- dijo una persona insignificante- ¿jura decir la verdad y nada más que la verdad?

<<como si tuviera un orgasmo, dije:

-sí, acepto

-su nombre, de que se le acusa y porque lo hizo.

-soy sara, se me acusa de 50 asesinatos, 3 secuestros y algunos robos insignificante- dije mirando a la cámara.

- ¿Por qué lo hiciste?

-porque eso me divierte ¿no lo entiendes?

-mataste a 50 personas y todavía no sabemos dónde tienes a las 3 personas que secuestraste.

-lo sabrás dentro de 3 días- dije con un aire de arrogancia.

La gente me aburría y no comprendían, había indicado llevar a estas 3 personas que tenia secuestrada a sus hogares.

3 días después:

- ¿sara? - dijo el hombre de la vez anterior.

- ¿dime? - respondí- me felicitaras por regresar a esas 3 personas a sus casas, no tienes porqué, lo hice para que veas que si tengo corazón.

- ¿corazón?, ¿devolver?, ¡¿felicitarte?! - dijo el amargado- ¡¡solo devolviste sus cabezas!!

- que mal agradecido eres -dije con cara de aburrimiento.

- escucha sara- dijo con poca paciencia-en tu juicio dirán que mataste en total a 53 personas.

- ¿crees que me importa?

-te invitaron al matrimonio de tu hermana- dijo ignorando mi pregunta- y aceptaron que fueras cosa que yo no estoy de acuerdo, pero escúchame atentamente, si se te llega a ocurrir escapar, la siguiente cabeza que se cortará será la tuya.

-vaya, ¿es un piropo? - dije soltando una risa burlesca- me halagas, pero la asesina soy yo, no lo olvides.

Dia de la boda:

Me encontraba en la entrada de la iglesia con mis manos y pies atados, con un montón de patrullas a mi alrededor y vi como el hombre amargado entraba a dar un bello discurso sobre mí.

-como ya sabrán sara se encuentra aquí y se les sugiere que no se le acerquen o empaticen con ella por su propio bien- le escuche decir.

Segundos después me indicaron que entrara y una vez dentro pude ver como las miradas de todos estaban fijadas en mí, pero mi mirada se encontró con la de él...con la de aquel hombre que siempre había estado cuando lo necesitaba, con el todo había sido mi primera vez y luego de años lo volví a ver, pero con solo verlo no era suficiente, necesitaba besarlo, necesitaba sus manos en mi cuerpo y haría lo que fuera para estar con él... dicen que los reencuentros son bonitos.

3 horas después:

Me encontraba de la casa de él, ya todos estarían buscándome, no fue difícil manipular al anterior sujeto, cuando uno está enamorado se vuelve idiota, bueno menos yo y es una pena que aquel guardia haya muerto por dejarme ir.

Cuando entré a la habitación, me metí debajo de su cama para poder darle una sorpresa que le iba a encantar.

Ya él dentro de la habitación siento como abre y cierra la puerta con fuerza justo antes de lanzarse a la cama y no lo dudé ni un segundo más.

- ¡sorpresa! - le grite

- ¿pero que carajos? - se asomó y al verme sus ojos se abrieron como platos- ¿sara? - dijo asombrado.

- ¿me extrañaste amor? - le dije mientras me ponía de pies frente a él.

- ¿Qué haces aquí?

-he venido a verte.

-no puedes estar aquí

- ¿acaso no me extrañas? -dije haciendo un puchero.

-yo...no...- dijo desviando la mirada.

-se que no es así.

-mataste a mas de 50 personas y estas aquí como si nada ¿Cómo pudiste sara?

-no lo entenderías...

-yo quería una vida contigo sara, pero tu...decidiste una vida sin mí.

- ¿acaso no te das cuenta?, estoy aquí por ti

- ¿y qué quieres?

-te quiero a ti

-yo no quiero nada contigo

-se que no es así, te conozco, se que te mueres por besarme, abrazarme y...- me interrumpió con un beso que extrañaba tanto de él

- tienes que irte sara- dijo separándose

-no, escucha...yo...

- ¡debes irte ahora!

-no me iré- dije con seguridad

-a ver sara, ¡¿Qué parte de que me meterás en problemas no entiendes?!, dime lo que quieres, te lo daré, te irás y no volverás, ¿bien? -dijo mirándome fijamente.

-bien...- dije sonriendo

- y bien, ¿Qué quieres?

-que me la metas- dije mirándolo con una sonrisa torcida.

- ¿Qué...?, hum sara... yo...- dijo tensándose.

- ¿y bien?

-yo no puedo, no, y ya vete por favor- dijo mientras se dirigía hacia la puerta

- ¿Por qué no en vez de abrirme la puerta no me abres las piernas? -dije sonriéndole.

-sara... no lo pongas más difícil y vete por favor.

-escucha, no me iré hasta que no me folles.

- ¡SARA POR DIOS!

-al parecer me toca prenderte- dije sacándome el vestido y dejar mis pechos al descubierto- ¿y bien?, ¿ya se te prendieron las hormonas?

-sara...-dijo en un suspiro mientras se quedaba mirándome fijamente con el deseo brillándole en sus oscuros ojos.

Ya no pude aguantar mas así que fui donde él lo agarre de la camisa y lo atraje hacia mi con fuerza y lo besé, los besamos con tantas ganas que él no dudó ni un segundo más en acariciar mi espalda desnuda antes de que me tomara en sus brazos y me tumbara en la cama, me besó cada parte de mi cuerpo y echaba de menos su calidez, la conexión entre nosotros y el contacto físico.

El beso fue tan delicioso, tan él, que no quería separarme de sus labios y nuestras lenguas empezaron a entrelazarse y a jugar entre ellas.

Me agarró de la cintura y me dio vuelta con una rapidez impresionante que antes de darme cuenta ya estaba con mis rodillas y mis manos apoyadas en la cama, me tomo de las caderas y de una estancada me penetro haciéndome soltar un gemido que hizo eco por la habitación, cada estancada mas fuerte que la anterior y que mientras con una mano me agarraba de la cadera, con la otra me tomo uno de mis pechos apretándolo con deseo. Solo podía sentir su respiración agitada y que de su boca solo salían fuertes gemidos que hicieron de mi una explosión de sensaciones y que al momento después lo sentí llegar al orgasmo a él.

-te amo sara- dijo acostándose a mi lado y con la voz agitada- quédate conmigo...no quiero perderte otra vez.

-no me iré a ningún lado Martín- dije mientras apoyaba mi cabeza en su hombro.

<<si tan solo supieras que eres el único por el que haría lo que fuera para estar a tu lado y que nada ni nadie nos vuelva a separar>>