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Raven miro con mala gana el molde de metal que su mano, la cuales estaban cubierta por unos lindos guantes de cocina con rosas dibujadas, sostuvo con fuerza la bandeja de metal, un gruñido escapó de lo más profundo de su garganta al momento de ver la masa aguada esparcida por todo el contenedor, la extraña mezcla se hundió más en el agujero del utensilio una vez que esa exhalación salió de su boca. Lo tiró sobre el comedor de la cocina con enojo, ¡¿cómo iba a ser posible que eso haya terminado así?!, ¡había hecho la receta el pie de la letra!

—Uuuh, parece que algo no termino taaan bien—dijo con un poco de ironía el chico de cabello platinado del otro lado de comedor, mientras apartaba su nintendo de su rostro.

—Tranquila má, no se ve tan mal—tranquilizo Kurt, bajandose del banquillo para meter un dedo en la masa y chuparlo. No pudo evitar mostrar su disgusto.—Ugh, está rico.

—Ya, Kurt, no tienes que mentir—Raven tranquilizo, se apoyo en el mesón, quejándose en silencio por su fracaso culinario. Peter miro la masa, luego a su maestra, la pobre se veía tan decepcionada.—No entiendo...no entiendo que hice mal.

Peter dejo la consola en la mesa con un suspiro, aproximándose cuidadosamente a la mujer mayor que estaba parada cerca del horno, mientras observaba la libreta con los ingredientes e instrucciones por encima del hombro de la mujer, eran las 1:15 de la mañana, él, Kurt y Raven habían estado metidos en la cocinas desde hace varias horas, el velocista pestañeo y miro todos los moldes con masa quemada, cruda, crocante y evaporada sobre la isla, Peter se cruzo de brazos.

—Aún está la opción de enviarme a una repostería en Taiwán—farfullo Maximoff y Raven le miro, moviendo la boca un poco indecisa.

—Ya te dije que no—espeto, Kurt se mantenía en un rincón, fuera de la conversación mientras chupaba uno de los moldes.

—¿Y por qué no?, digo, sería más fácil y nos ahorraríamos más tiempo y dinero—el menor se encogió de hombros, Raven se sacó un guante y tomo una cuchara, exhalando y relajando sus hombros para proceder a golpear al mutante con dicho utensilio en la cabeza—¡Ay!

—No se si tienes alzheimer o solo eres un ignorante,—se burló Raven, Peter se sobo la cabeza y la miro.

—Con ese golpe de seguro que me lo ocasionas—Wagner se río en voz baja justo tras de él, apenas fue audible pero eso no evito que el chico se girara bruscamente hacia él.—¡Y a tí!, ¡Espero que esa mezcla te de diarrea!

El lugar quedó en silencio.

Raven soltó un suspiro por onceaba vez esa noche y se recostó contra la alacena, Kurt le observo soltando la cuchara y apoyándose sobre la mesa.

—Ya má, en serio, ¿por qué no solo mandas a Peter a buscar unos panecillos y ya?—la mujer acaricio su vientre y frunció las cejas.

—Quiero hacerlos yo misma, sería una linda sorpresa para Charles el que yo le prepare sus panecillos favoritos.—confeso la metamorfa, Kurt volvió a tomar asiento junto a Peter—. Nunca he sido buena en la cocina...

—Vaya, eso se nota—Quicksilver mascullo, ganandose un codazo por parte de su amigo azul.

—Así que el que haga esto para él sería un lindo detalle que acompañaría su otra sorpresa...—Mystique sonrió, Peter tomo unas chispas de chocolate y se las metió en la boca, disfrutando del dulce sabor del cacao procesado y pensando deliberadamente en cómo nunca espero verse a la increíble Mystique así, siendo tan...cálida.

—Aún no puedo creer que yo vaya a tener un...un hermanito—El chico de piel azul y cola no dudo en demostrar su patente emoción, Raven se mordió el labio y acarició su cabello cariñosamente.

Boyos al horno | charvenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora