3 | Lleno de Luz

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La función fue exitosa, el telón se cerró. La formal cortinilla roja con un paraguas y un gorrión, daba por terminada la explicación de la conocida paradoja del abuelo.

— The Umbrella Academy —

Enfadada, Dalla se había decidido por darle fin a esta situación.
De vuelta en el hotel Obsidian, en contra de su propia libertad, tenía la disposición de charlar con Cinco y concluir tanto su situación como la de él de una vez por todas.

— ¿Qué diablos hacían ahí? — preguntaba Diego a aquella morena mientras Dalla se acercaba a Cinco con grandes zancadas

— Cinco — llamó ahora la castaña seriamente

— Bañándonos — respondió la morena

— ¿Juntos? — Dalla llegó justo al momento, y entonces notó que la de cabello blanco solo tenía una toalla envuelta en el cuerpo, lo que la hizo sentirse algo incómoda al escuchar la conversación

— Cinco — volvió a decir la chica

— Hola Dalla — dijo él, más en tono sarcástico

— ¿Quién es tu amiga? — preguntó la morena

— Nadie

— Okey, Diego. No tenemos tiempo para esto — le dijo la mujer — Los dos tenemos asuntos importantes

— Oye un segundo, ¿Más importantes que la familia? — le replicó Diego

— La destrucción del mundo... y tal vez del universo. ¿Te parece que eso se puede dejar pasar? — agregó Cinco

— Lila, ¿Qué importa más que nosotros? — intervino ahora Diego, deteniendo a la chica

— No hay un nosotros Diego

— Ven aquí... — insistió él — ¿A qué te refieres?

— Mira, para ti fueron unos días, pero para mí fue más de una década — dijo ella — Ya lo superé. Dormí con mucha, mucha gente, mucha. La única relación que nos queda en pie es con nuestro hijo, así que será mejor que no lo arruines

— ¿Qué se supone que yo haga con él? También tengo asuntos importantes — reclamó él

— Eso lo dudo — dijo Lila — Resuélvelo Diego, sé un padre

Dalla se había quedado todo este tiempo esperando a que resolvieran esa situación para poder hablar con Cinco, pero de un momento a otro las puertas del elevador se estaban cerrando.

— ¡Cinco! Espera, vas a escucharme...

— Será luego — la interrumpió él sin importancia y las puertas ya se habían cerrado

Dalla golpeó la pared con frustración.

— ¿Tú que quieres con Cinco? — le preguntó ahora Diego — ¿Ahora quieren secuestrarlo a él para devolverlo como un comunista Sparrow?

Dalla le dio una mala y opaca mirada.

— ¿Cuánta es mucha gente? — murmuró Diego ahora para sí mismo

— Mucha más que tú, papi — le contestó el niño a su lado con diversión, por lo que el mayor le persiguió al instante

Eso hizo que a Dalla se le ocurriera bajar por las escaleras. Pero el hotel era demasiado grande, para cuando llegó a la recepción el elevador ya había sido desocupado, y ella no tenía idea de a donde se había ido el chico, por lo que tuvo que resignarse.

Al día siguiente, Dalla decidió aburrirse terriblemente en aquel gran hotel. Como había visto el cartel de que el Sr. Penycrumb había desaparecido se decidió por ayudar a su búsqueda comenzando por los interiores del hotel. Algo lejos, observó a Viktor, así que como ahora no podía hablar con cinco, decidió hablar con él.

— ¡Dalla! — saludó él amigablemente — Es bueno verte otra vez. ¿Sabes? Ahora entiendo porque intentabas hacer las paces con nosotros. Tú y tus hermanos no tienen el más mínimo parecido

— Si, lo sé — dijo ella, seriamente — Viktor, no necesito que me recuerdes lo diferente que soy al resto de mi familia. Eh sido consciente de ello por toda mi vida ya que ni un segundo me lo han dejado olvidar. Sé que ellos son brillantes y atinados, y que yo soy un cero a la izquierda porque mis habilidades no hacen más que jugarme en contra

Luego de aquel largo monologo, Dalla tuvo que descansar bien las manos. Viktor estaba algo incómodo ahora.

— Lo... Lo siento, no era mi intención — le dijo él

— ¿Dónde está Marcus? — preguntó la castaña repentinamente

— Ya te enteraste... — murmuró — Mira, sinceramente no lo tenemos, pero te pido que no se lo digas a tus hermanos porque necesitamos esto para resolver asuntos de vida o muerte

— No entiendo — siguió Dalla — ¿Por qué debería encubrirte? ¿Ustedes saben en donde está o no? 

— No tengo la más mínima idea de en donde está tu hermano, Dalla — explicó aquel

Dalla se dejó recargar sobre la clavícula de Viktor, apoyando su mano y le miró fijamente unos segundos. Pensó un poco.

— Diablos... Eso no me da más tranquilidad — dijo ella — ¿Qué voy a hacer si no aparece?

— Hey... es lindo ver cómo te preocupas, pero sinceramente no entiendo porque lo harías. No se oye que te traten muy bien — comentó Viktor

— Amo a mi familia — dijo Dalla — Es lo único que tengo en la vida, nada más

— Y... ¿Por qué no intentas tener algo más? — le preguntó

Ahora que la chica había desahogado su enojo erróneo por los Umbrella, se encontraba caminando de vuelta a la academia mucho más tranquila e incluso con una nueva amistad. No creía poder tener mucho en común con alguien más joven que ella y que además fuera hombre, pero así fue. Viktor era un gran conversador, escuchaba a Dalla, pero también le respondía, cosa que muchos que había conocido hasta ahora no sabían hacer.

Al llegar, la academia estaba vacía, supuso que sus hermanos habían salido a... ¿A qué?
Mierda, en ese momento recordó que ya se había enterado por Viktor que sus hermanos irían a cambiar a Marcus por el maletín. Pero los Umbrella no tenían a Marcus, y conocía demasiado bien a su familia como para no saber que obviamente tendrían intenciones extravagantes. Carajo.

Dalla deseó haberse quedado en la academia. Deseó haber sido atropellada en el camino al hotel Obsidian. Esperaba todo, menos encontrar a dos de sus hermanos muertos.

— Oh por dios. Harlan, ¿Eres tú? — dijo Viktor

The Sparrow AcademyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora