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La noche estaba estrellada, una suave brisa  me cruzaba la cara, era invierno pero no parecía, el frió que había sentido desde que comenzamos a caminar desde el centro de la ciudad hasta nuestro barrio había desaparecido, quizás por el hecho de que ya llevábamos casi cinco kilómetros de travesía, era la primera ves que me alegraba ver un cementerio, por que Así sabia que ya estábamos a mitad de camino, durante el próximo kilómetro no cruzamos palabra alguna quizás por el hecho de que estábamos cansados, o de ahorrar aire, recuerdo haber hecho este trayecto muchas veces en los dieciséis años de vida que llevo, pero jamás me había parecido  tan lejano mi punto de destino, al llegar al  lugar que conocíamos como los olivares, dado que estaba llenos de dichas plantas, sabíamos que solo nos faltaba pasar por un decampado solitario de unos mil quinientos metros y al fin divisaríamos nuestro barrio, fue entonces cuando advertí que se estaba levantando niebla, la cual parecía salir de una película de terror, dado que casi no se veía el suelo que pisábamos, pero esto era normal , mire a mi amigo y una risita cómplice me hizo pensar que ambos pensábamos lo mismo, mira si ahora se nos aparece el hombre lobo dijo, y empezamos a reir rompiendo el  monótono silencio nocturnal.

Y así fue, como sacado de una película, la risa se comenz deó a transformar en preocupación  porque en una fracción de segundo la niebla comenzó a elevarse y a hacerse mas y mas espesa tanto que apenas podía ver a un metro de mi, en vano miraba a  los costados tratando de ver a mi compañero, solo sentía pasos rozando el pasto del suelo, por lo que me imaginaba que estaba cerca de mi, en ese momento fue cuando sentí el trueno que rompió el silencio e hizo temblar la tierra bajo mis pies, ¿trueno de donde? Pensé, si la noche estaba estrellada, por un extraño impulso llame a mi amigo pero no respondía, a esta altura, la niebla comenzaba a hacerse mas liviana, fue entonces cuando llegue al  enorme barranco que jamás había visto en mi vida, ¿de donde salio?, ¿cuando lo hicieron?, fueron preguntas que pasaron a toda velocidad por mi mente pero el rugido atroz me hizo volver a la realidad, ahí parado frente mío había algo… era algo que no sabría como describir, podría llamarlo un perro, si no fue por que estaba como parado en sus patas traseras, tenia ojos rojos como el fuego, y despedía vapor por la boca cada vez que respiraba, además de unos extraños cuernos que salían de su cabeza en forma semi circular hacia abajo, ...“El diablo”..., pensé al verlo, justo yo que decía que ¡no existía!, ¡que si en verdad existía que se me apareciera!, ¡que yo le iba a  enseñar lo que era bueno!....¿Que cosas estúpidas dice el ser humano a veces no...?

La criatura me miró y largó una especie de suspiro, luego levanto su cuello e hizo girar su cabeza de un lado a otro, en lo que dura un parpadeo se abalanzó hacia mí, y se detuvo justo frente mío, el susto que tenía es indescriptible con palabras, comenzó a olfatearme de pronto erguio su cabeza,.. Poniéndose cara a cara conmigo, “Yo soy el diablo, ¿vos me querías conocer?, dijo con una voz grave parecida a un susurro.

No pude mascullar ni una palabra, y parece que la bestia se dio cuenta de ello, haciéndose para atrás volvió a mirarme...

“El futuro de la humanidad”...dijo y empezó a reír con una carcajada atronadora...

La frase activo algún extraño resorte en mi cerebro, porque de pronto comenzó a pasar ante mi toda mi vida, si bien los recuerdos pasaban a una velocidad vertiginosa, podía distinguir todos y cada uno de ellos, algunos de ellos había decidido eliminarlos de mi mente, pero ahora me daba cuenta que aun estaban allí, sobre todo el del día que había querido suicidarme pensando en alguna estupidez que ahora no tiene sentido, cortándome las venas, fue entonces cuando el tiempo pareció detenerse, y volví a recordar lo que sentía cundo me hallaba inconsciente ese día, la inmensa luz blanca que me segaba los ojos y la voz que decía “ aun no, aun no, tu lugar no esta aquí, quizás, si tienes el valor, serás el futuro de la humanidad”..Luego, poco a poco la luz fue disminuyendo de intensidad hasta transformarse en oscuridad,  me sentí caer en un inmenso vacío, despertando en mi cama. Ahí me di cuenta que mis aventuras como suicida, habían llegado a su fin.

Un nuevo temblor seguido de un destello inmenso me hizo volver a la realidad, aunque hubiera preferido seguir recordando, entonces pude ver la figura que se acercaba caminando hacia la bestia, era un hombre, un humano, como salido de un cuento medieval, con porte de caballero y con una espada en su mano, se acerco  mi, como ignorando la monstruosidad que se hallaba entre nosotros, alzó su mano con la espada en ella y pensé que iba a matarme, pero al contrario de lo que pensaba  clavó la misma frente a mis pies, levantando la visera de su negro yelmo, me miró e inclinó el mango de la espada hacia mí, como ofreciéndomela, “Un recuerdo de tu padre” dijo.

Tome entonces la espada, y aunque a simple vista parecía pesadísima, no lo era, sentía como si fuera una simple extensión de mi mano, el extraño saco entonces de su cintura otra espada y parándose a mi lado me miro,“ahora hagámoslo”... me dijo, hagamos que?, pensé para mi, este personaje no pretenderá que ataque a semejante bestia, que encima decía ser el diablo con una simple espada, ni hablar de que encima el miedo y el desconcierto me tenían como clavado al suelo, “...Un recuerdo de mi padre...”, había dicho, y la frase revoloteaba en mi mente, ¡¡mi padre!!, otro extraño ser en mi vida, el cual había desaparecido de la misma cuando aun no cumplía los tres años y nunca volví a verlo . El misterioso personaje me miro como conociendo mis pensamientos y por sus ojos supe que debajo del yelmo se reía, haciendo un movimiento raro arrojo su espada hacia la bestia, distante unos diez metros de nosotros, la espada comenzó a girar por el aire para terminar introduciéndose en uno de los hombros de la misma, la cual lanzo un alarido furibundo, ¡¡Ahora si estamos acabados!! Pensé, ya que la bestia levanto su puño y con ira lo lanzó contra el suelo, de repente sentí como la tierra poco a poco se iba desmoronando bajo mis pies y aferre la espada como si eso pudiera detener mi caída,  pero no fue así, me sentí caer y caer y caer, la caída era interminable ,y todo se hallaba  en gran oscuridad, y miles de pensamientos pasaron por mi mente, recordé entonces a mi amigo, ¿que habría pasado con el habría llegado a su casa o estaba inmerso en medio de esta pesadilla junto conmigo? y si era así ¿en donde estaba? , todo ese torbellino de ideas sumado a la caída me mareaba,  hasta que sentí el golpe fuertísimo contra el agua..., ahí fue cuando todo se oscureció y enmudeció de repente.

el despertarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora