Uno

15.1K 509 19
                                    

Tocaron la puerta y mi madre bajó las escaleras para recibir a los invitados. No había llegado a escuchar quién era, pero me concentré en lo que estaba haciendo. Luego de unos minutos, me intrigué. Me dio curiosidad, y decidí dirigirme a la puerta de entrada para ver de quién se trataba. Era sábado y por la tarde casi nadie venía a visitarnos. Tan solo algún que otro amigo de mi hermana.

Me encontraba haciendo deberes en mi escritorio, intercalándolo con sesiones de Tiktok e Instagram. También estaba escuchando música, a Taylor. Nunca no estoy en mi Reputation era. Tenía que entregar los informes de historia, para pasado mañana. No era la gran cosa, pero era algo que no tenía ganas de hacer. Todo me llamaba la atención cuando tenía que enfocarme en algo en concreto.

Me levante de la silla, y husmeé de quién se trataba apoyándome en la pared, sin aún bajar la escalera, pero no llegaba a visualizar del todo. Sabía que mis padres habían recibido a una familia, ambos, y que había entrado una señora joven, de pelo cobrizo, que tenía una coleta de pelo baja. Al ver que ingresaban al living, baje un par de escalones y me senté en uno de ellos, sin hacer mucho ruido, ya que quería escuchar qué era lo que estaban diciendo. En eso pude ver que la señora tenía puesto una camisa blanca, unos jeans y unas sandalias color bordo. El marido, era alto y delgado, tenía también una camisa a cuadros y unos jeans. Suponía que eran los amigos de mis padres.

-¿Cómo te encuentras? Hace tiempo no te veía, queríamos saber de ti -escuché mencionar a la señora preguntarle a mi madre. Mientras escuchaba los sonidos alejarse, más me acercaba al living lentamente, bajando las escaleras. Ya para ese entonces, todos se habían saludado, y se estaban sentando en el sofá.

-Queríamos cerciorarnos de que se encuentren todos bien, y que tienen nuestro número de teléfono en el caso de que necesiten algo, lo que sea -escucho responder a mi madre. No podía captar la continuidad de la conversación, ya que escuchaba el sonido de fondo de la conversación que estaba teniendo mi padre y el señor.

En eso, veo que un muchacho alto, de pelo color castaño claro, que vestía una remera manga corta blanca con un corte redondo, y unos jeans color claro, me descubre espiar en la escalera. Se estaba dirigiendo al sofá, pero se había percatado de mi, ya que estaba con su teléfono móvil en la mano, y desvió la mirada hacia arriba. Me sonrió despacio, pero no omitió palabra, tan solo avanzó a sentarse en el sofá con sus padres.

Al darme cuenta de que me había ruborizado, sentí un poco de culpa y vergüenza, ya que me había descubierto. También, por tener puesto ropa casual y desordenada, con manchas de café en la musculosa y los pantalones grises. Bajé los últimos escalones y saludé con la mano a la familia.

-Camille, ellos son Conor, Rosa y Ethan. Nos hemos conocido cuando eran más pequeñas tu hermana y tú -mi padre continuó.

-Conor se quedará aquí unos días, ya que tienen una cuestión que resolver en su casa. Nosotros le brindaremos el espacio en la habitación de huéspedes para que se sienta cómodo y bienvenido, las veces que lo necesiten. De verdad -señala Talia, mi madre, haciendo un ademán con las manos, un gesto de comprensión y mirando a Rosa. Se encontraba preocupada. ¿Qué habrá sucedido?

-¿Puedo preguntar...? -continué despacio.

-Se ha incendiado una parte de nuestro hogar, y estamos organizando los procedimientos posteriores, con el seguro, los arquitectos y diseñadores -responde Rosa moviendo sus manos, ayudándose a explicar la situación.

-Lo siento mucho -respondo apoyándome en uno de los apoyabrazos del sofá donde se sentaba mi madre.

-Si lo quisieran, pueden quedarse también -mi padre respondió casi al unísono.

Gracias, Camille [EN EDICIÓN]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora