(14) ¡Sujeto equivocado!

798 40 19
                                    


(1)

Un miércoles por la mañana para ser más específico. En la hora del almuerzo un pequeño dúo de dos amigos conversaban tranquilamente mientras disfrutaban de su almuerzo, en eso, un chico con cabello de color castaño, ojos como los de un delincuente y con su bandeja en mano, se sienta frente a ellos los cuales notan su presencia y lo saludan.

—Hey, Maeda, amigo. ¿Como está?—. Preguntó un rubio con su sonrisa orgullosa.

—Ya era hora que llegarás, ¿Como has estado, idiota?—. Lo decía un pelinegro con una sonrisa pequeña pero notoria.

—¡A quien tratas de idiota, idiota!—. Exclamó el castaño un poco ofendido.

—Vamos, no discutan, estamos en el almuerzo—. Dijo el rubio con una sonrisa nerviosa.

—Bien—. Dijeron ambos.

El trio almorzaba en paz hasta que el rubio quizo sacar un tema de conversación.

—Y... ¿Alguna novedad que quieran contar?

—No, ninguna en particular—. Respondió el pelinegro.

—Yo... Ehm, Si tengo una—. Dijo el castaño.

—Oh, cuéntanos, somos todo oídos— respondió el rubio.

—Bueno... ¿han escuchado sobre las nuevas chicas transferidas a esta escuela?

—Aquí vamos otra vez—. Dijo el pelinegro.

—¿Hablas sobre las hermanas nakano?, Si mi cabeza no falla, ¿ellas son quintillizas, verdad?—. Preguntó el rubio.

—Si, bueno... Y-yo—. Los nervios de Maeda comenzaron a crecer.

—Dejame adivinar, ¿Te enamoraste de una de ellas—. Fuutarou lo miraba con el ceño fruncido.

—¡N-no!, N-no, y-yo... —Da un suspiro derrotado—Está bien, si me enamoré de una de ellas, ¿Como lo supiste?

—Eres demasiado obvio, Maeda—. Respondió el rubio.

—Además que tienes la mala costumbre de enamorarte de cualquier chica transferida a esta escuela—. Terminó el pelinegro.

—¡No es mi culpa que me enamoré a primera vista, saben!

—¡Eso dijiste la última vez!—. Respondió Fuutarou.

—Ya, ya. Enojarnos no servida de nada—. Suspira—En todo caso, ¿Cual de las quintillizas te enamoraste?

—B-bueno, si me lo preguntas de esa forma, es la que está en el salón de Fuutarou. Desde que la vi no he podido sacar de mi cabeza su hermoso rostro; sus ojos azules que pueden igualarse al agua de un oasis, su sonrisa tan angelical que hasta el más fuerte caería rendido ante sus pies, sus...

—¡Ya, ya entendí! No hace falta ser tan explícito, sabes—. Lo decía Fuutarou cansado de tanto rodeo.

—Así que se encuentra en el aula de Fuutarou, ¿No?—. Preguntó el rubio.

—Correcto.

—No tengo idea de quién es— El rubio tenía su mano derecha en su nuca.

—Es Ichika, la primera hermana—. Respondió sin interés.

—¿Como sabes eso?—. Preguntó Maeda con cierta curiosidad.

—He hablado con ella, se sienta al lado mío en el aula, ella se presentó y por educación hice lo mismo.

—¿Acaso no te hablas enamorado también de ella?—. Preguntó Maeda enfadado.

—Ni siquiera es mi amiga, así que puedes estar tranquilo.

One-Shots de Gotoubun no HanayomeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora